“Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio” (2Tim 1:7)

Me gusta mucho leer pensamientos  que otras personas escriben y  buscando encontré  éste, el cual deseo compartirte. Al leerlo recordé lo que dice Pablo en su 2a carta a Timoteo: "Dios no nos ha dado un espíritu de timidéz", es decir, no tenemos un espíritu mediocre, temeroso, inseguro ni mucho menos asustadizo. Dios no ha dotado de un espíritu de seguridad, valentía, fortaleza y sobre todo de decisión. Está en tí ponerlo en práctica.

Espero que lo siguiente sea de tu agrado y sobre todo de ayuda, especialmente en los momentos de incertidumbre. 

Aprendí y decidí ...

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas; decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución; decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis; decidí ver cada noche como un misterio a resolver; decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades; y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder, y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor, y que quizás nunca lo fui; me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamarle a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida".
Aprendí que debo dejar de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados, y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz, si no vas a iluminar el camino de los demás.
Decidí cambiar tantas cosas...
Aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.
Desde aquel día ya no duermo para descansar, ahora simplemente, duermo para soñar...

Walt Disney .