¿CUANDO COMENZARAS?

Todos y cada uno de nosotros tiene una misión, la de anunciar el evangelio, ya sea en tu casa, en tu trabajo, en tu comunidad o en tu iglesia. Pero muchos, sino la mayoría, han olvidado este mandato, quiero recordarte esto:

“Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,  agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.» (Mc. 16: 15 – 18)

¿A caso esto que acabas de leer no es la palabra de Dios? Entonces mi querido hermano ¿cual es tu duda? Mira como Moisés dudo y se preocupó al recibir su gran misión, la de sacar al pueblo de Israel de Egipto:

Moisés respondió a Yahvé: "No me van a creer, ni querrán escucharme, sino que dirán: ¡Cómo que se te ha aparecido Yahvé!" … (Ex 4:1- 13)


Dios le dio una herramienta a Moisés ¿Cual? Su bastón “Autoridad” y a parte lo dotó de poder de Dios, le dio varias señales que le acompañarían en su “ministerio” para que Faraón creyera y se doblegara. Y aún así Moisés dudaba en poder hablar, y  ¿cual fue la respuesta de Dios?

"¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién hace que uno hable y otro no?" ¿Quién hace que uno vea y que el otro sea ciego o sordo? ¿No soy yo, Yahvé? Anda ya, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar.

Mi amado hermano, que más decir, Dios te ha dotado de tu bastón, la autoridad de “La Palabra” y la Palabra está en la Biblia, entonces qué esperas! Comienza a leerla, ahí encontrarás sabiduría, respuestas y fortaleza.

Pide al Espíritu Santo que te ilumine y te revele la voluntad de Dios en ella.  Y recuerda, si Dios esta con nosotros, ¿quién contra nosotros? Todo  lo podemos en Cristo que nos fortalece.

Comienza hoy a predicar, este es un buen día.

Dios te bendiga.

Autor: Mario Gutierrez

¿ES O SE PARECE?

          A su paso,  Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.
Y sus discípulos le preguntaron: Rabí,  para que este hombre haya nacido ciego,  ¿quién pecó,  él o sus padres?Ni él pecó,  ni sus padres -respondió Jesús-,  sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.Mientras sea de día,  tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió.  Viene la noche cuando nadie puede trabajar. Mientras esté yo en el mundo,  luz soy del mundo. Dicho esto,  escupió en el suelo,  hizo barro con la saliva y se lo untó en los ojos al ciego,  diciéndole:-Ve y lávate en el estanque de Siloé  (que significa: Enviado).  El ciego fue y se lavó,  y al volver ya veía.Sus vecinos y los que lo habían visto pedir limosna decían: "¿No es éste el que se sienta a mendigar?"Unos aseguraban: "Sí,  es él."  Otros decían: "No es él,  sino que se le parece."  Pero él insistía: "Soy yo."¿Cómo entonces se te han abierto los ojos?  -le preguntaron.Ese hombre que se llama Jesús hizo un poco de barro,  me lo untó en los ojos y me dijo: 'Ve y lávate en Siloé.' Así que fui,  me lavé,  y entonces pude ver.  Jn, 9. 1 – 11


Reflexión.
Este pasaje de la Biblia tiene mucha semejanza con nuestra vida.
Cuando nacemos venimos “ciegos” espiritualmente hablando. Crecemos en edad, en conocimientos, nos volvemos profesionales, pero seguimos manteniendo la ceguera.

Un día en nuestra vida nos damos cuenta que estamos en una situación difícil o muchas veces deplorable, porque alguien que está ciego espiritualmente, tiende a “vagar” sin rumbo y se es fácil de caer o topar con situaciones de peligro, tales como: la mentira, el vicio, las drogas, la pornografía, el asesinato, la infidelidad, etc. Tal condición hace que nos comenzamos a sentirnos infelices, abandonados, amargados y sin sentido de la vida.
Y la gente a nuestro alrededor lo nota. Comienza la crítica, las burlas, los juicios, los señalamientos, la discriminación.  ¿Te has sentido así, algunas veces? ¿Te ha pasado lo mismo?

La buena noticia es que Jesús está pasando por el mismo lugar en donde tu te encuentras en este momento. El no te va a hacer señalamientos, simplemente ve a tener compasión y amor por ti. El va a poner su mirada en ti, de tal manera que realizará un milagro en ti vida, y cuando el ponga sus manos sobre ti, ya no volverás a ser el mismo de antes, él abrirá tus “ojos” y podrás ver la luz, más no la oscuridad de antes.
¿Cómo lo va a hacer? No te preocupes, por ello, el tiene maneras raras de hacer las cosas y siempre utilizará formas que ni te imaginas, porque nuestra mente es limitada y nosotros pensamos limitadamente, comparados al pensamiento de Jesús. En otras palabras el te va a sorprender.

Cuando el Señor te ponga “lodo” en los ojos, tu tienes que también poner de tu parte, así como el ciego fue obediente y fue hasta la piscina a lavarse, también tu deberás de hacer todo lo que él te mande para recuperarte. No basta con decir soy salvo o ser hijo de Dios. Hay que trabajar, ser perseverante en la cosas de Dios.

Muchos de los que conocieron tu vida pasada verán tu conversión,  se sorprenderán y muchos ni lo creerán, se preguntarán,  ¿Acaso no es este que estaba ciego?

Es importante además, dar tu testimonio y decir a todos  “…El hombre que se llama Jesús, hizo lodo, y me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate: y fui, y me lavé, y recibí la vista.”

Mi querido hermano, ten fe y ánimo en las pruebas. No dejes de orara a la hora de tu angustia, la Gloria de dios está por verse, pronto podrás ver la mano de Dios  tocando tus ojos y para luego recuperar la vista. Dios siempre responde. El hace caminos donde no los hay. No confíes en tu mente. Cuando el hombre cierra puertas, Dios las abre y cuando El las abre, el hombre no las puede cerrar.

Dios derrame su bendición en ti y que la paz del Señor que sobrepasa todo entendimiento te colme toda tu vida.

Autor: Mario Gutierrez

UTOPIA DE UNIDAD ECLESIAL

Se me viene en este momento un pensamiento utópico que quiero compartir contigo.

Espero ver un día una sola iglesia tal y cómo la diseño nuestro Señor. Ojala que nuestras nuevas generaciones puedan tener y gozar esa libertad en la Palabra y que no se vean influenciados por intereses de una o de otra iglesia.

Es de lamentar cómo muchos en la iglesia Católica se sigue enseñando que la “única y verdadera iglesia” fundada por el Señor es la Católica y que todas las demás son sectas.

El mismo sentimiento me invade cuando muchos miembros de iglesias Evangélicas piensan de la misma manera y critican a la iglesia Católica sin conocer a profundidad.

El resultado? Muchos de los miembros de ambas iglesias no pueden ni siquiera verse.

Aunque reconozco que hay señalamientos teológico validos, que hay que conocer para poder tomar en cuenta y poder eliminar los errores que seguimos cometiendo en nuestras iglesias.

Pero realmente a lo que pretendo llegar es a que con tanta división, nada más le estamos siguiendo “el juego” al enemigo.

Recordemos las palabras del faraón Ex 1:9-10 "He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y fuerte que nosotros. Procedamos astutamente con él para que no se multiplique; no suceda que, en caso de guerra, también se una a nuestros enemigos, luche contra nosotros y se vaya del país."

Faraón representa a Satanás, y el reconoce que Israel, el pueblo de Dios, o sea, nosotros, somos un pueblo numeroso pero también, un tanto débil y quizá, ignorante.

El enemigo buscará la forma de causar división porque él sabe que el día que este pueblo abra los ojos y tenga sabiduría se multiplicará y será más fuerte y poderoso y se una a sus enemigos para derrotarle. Estos enemigos a los que se refiere son todos aquellos hijos de Dios que tienen su Espíritu y conocen la verdad.

Lee las siguientes tres citas bíblicas:

1. Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 2Co 3:17

2. En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Efe 1:13

3. Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Jn 4:23
Dice un dicho muy conocido “divide y vencerás”. Jesús lo dijo: Mat 12:25 —Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá.

Hasta que nuestro pensamiento como líderes no sea seguir causando división, “aplastar” y apartar al otro, sino más bien de lograr que la gente conozca Jesús y tenga un verdadero encuentro con él, solo hasta entonces podremos comenzar a sentirnos una iglesia genuina, verdadera y unida.

Nuestro papel es hacer las veces de aquellos cuatro que llevaban al paralítico y que a pesar de los obstáculos, lograron ponerlo delante de nuestro Señor, para que El hiciera el resto.

Que el Señor te bendiga abundantemente.

Autor: Mario Gutierrez


NO REMES MAR ADENTRO!


Y aconteció un día que él entró en un barco con sus discípulos, y les dijo: Pasemos a la otra parte del lago. Y remaron mar adentro. Pero mientras ellos navegaban, él se durmió. Y sobrevino una tempestad de viento en el lago; y henchían de agua, y peligraban. Y llegándose a él, le despertaron, diciendo: Maestro, Maestro, que perecemos! Y despertado él increpó al viento y a la tempestad del agua; y cesaron, y fue hecha bonanza. Y les dijo: ¿Qué es de vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, diciendo los unos a los otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y al agua manda, y le obedece? Luc. 8. 22 – 25.

Cuando leí por primera vez este pasaje pensé que mi Biblia tenía algún error, luego tomé otras versiones y de forma similar, narran el versículo 22.

¿No parece curioso leer cuando Jesús les dice “Pasemos a la otra parte del Lago” y seguido también leemos “Y remaron mar adentro”?

Detrás de esta aparente contradicción se esconde una gran enseñanza:
El barco representa nuestras vidas. Los discípulos somos nosotros, los que seguimos a Jesús.
Y cuando el Señor se sube a nuestro barco, todo nuestro andar estará lleno de paz y tranquilidad, a semenjanza de las aguas de un lago (normalmente los lagos son de aguas apacibles).

Con el correr del tiempo (por el tanto remar en la vida), nos olvidamos de Jesús y comenzamos a tomar nuestras propias decisiones al conducir nuestra vida.

Comenzamos a pilotear nuestro barco sin tomar en cuenta a Jesús y pronto nos vemos navegando “mar adentro” conduciendo cada vez más hacia aguas tempestuosas enfrentándonos a grandes vientos (los mares normalmente son agitados y muchas veces encontramos tempestades). Cuando esto ocurre, nuestro barco comienza a tambalearse y a sufrir inundación.

En la desesperanza recuerda a ese Jesús que lo tenemos “dormido” y cuando le despertamos se levantará y con autoridad mandará a calmar las aguas y la tempestad.

Amado hermano, Jesús está contigo a donde quieras que te conduzcas. Invítale siempre a que se suba a tu barco, cualquiera que sean tus decisiones, cualquiera que sea tu proyecto, cualquier trabajo que quieras hacer, cualquier decisión de vida que quieras tomar, primero, pídele que sea Él el capitán de ese barco. Y no importa si en el camino te encuentras con lluvias, vientos o tempestades, mantén la Fe en alto que Jesús está con tigo. El siempre responde y siempre calmará las aguas.

Cuando esto pasa, te maravillarás de las obras que Jesús es capaz de hacer en tu vida. Te sorprenderás y como esos discípulos te sorprenderás de su poder.

Que Dios bendiga tu vida abundantemente.

Autor: Mario Gutierrez

EGIPCIO O HIJO DE DIOS?

“El sacerdote de Madián tenía siete hijas, quienes fueron a sacar agua para llenar los abrevaderos y dar de beber a las ovejas de su padre. Pero vinieron unos pastores y las echaron. Entonces Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas. Cuando ellas volvieron a Reuel su padre, él les preguntó: —¿Por qué habéis vuelto tan pronto hoy? Ellas le respondieron: —Un hombre egipcio nos libró de mano de los pastores, y también nos sacó agua y dio de beber a las ovejas.”
Éxo 2:16 -19

Quiero dar pie con esta lectura para compartir contigo un mensaje de esperanza para los tiempos de prueba. Pero antes hagamos una síntesis de esta historia.

Moisés un hombre que cuando bebé fue rescatado de las aguas por la hija del Faraón el cual había ordenado matar a todo varón Hebreo recién nacido y este había sido puesto en una canasta por su madre para que flotara en el río y así librarlo de tal situación de peligro.

Moisés fue criado como un príncipe de Egipto: Pensaba, vestía, caminaba y actuaba como un egipcio.

Dice la biblia que un día Moisés vio como un egipcio maltrataba a un hebreo llegando a matarlo. Moisés pensó que nadie se había percatado de esta situación pero un día que estaban dos hebreos discutiendo, Moisés quiso intervenir y uno de los hebreos lo deslegitimó debido al asesinato que había cometido.

Moisés sale huyendo de Egipto debido a esta situación. Un día se encuentra con las hijas de Jetro, sacerdote de Madián como lo menciona la lectura anterior.

Egipto, una nación que esclavizó al pueblo de Israel durante 430 años, representa hoy día para nosotros la esclavitud del pecado, es decir, muchos de nosotros somos esclavos del alcohol, las drogas, el sexo, la pornografía, el engaño, la mentira, la infidelidad, las envidias, el asesinato, el robo, la evasión de impuestos, etc. llega un momento de nuestra vida que este mundo en el que estamos sumergidos nos señala con su dedo acusador y nos demanda y comenzamos a “pagar la factura” como solemos decir, es cuando nos damos cuenta que queremos huir lo más lejos posible. Muchos inclusive están pensando en el suicidio como un modo de escape.

Dios tenía un plan maravilloso para Moisés, le permitió que éste en su huida de Egipto se refugiara en las tierras de Madián y un día llegó a un pozo en donde se encontró con las hijas de Jetro quienes le presentaron a éste y quien le permitió quedarse en dichas tierras, es más, le dio a una de sus hijas por esposa.

Dios también tiene un plan para ti, y el va a ponerte delante de ti ese “pozo” que representarán el alivio, El te rodeará de las personas idóneas y que servirán de ayuda en tu camino a la salvación (tal como fueron las hijas de Jetro). Debes de aprender a reconocer esos lugares y a esas personas que Dios usará para bien de ti. ¿Será la iglesia a la que te invitaron a que asistieras un día o a un grupo de oración? ¿Será la persona que te llegó a hablar de Jesús? ¿la prédica que tanto te impactó y que escuchaste por la televisión o en la radio?

Ahora bien! Esto no termina aquí. Dice la biblia que un día que moisés había llevado a pastorear el rebaño al otro extremo del desierto, vio una zarza ardiendo que no se consumía por el fuego y cuando este se acercó escuchó la Voz de Dios que le decía “No te acerques más le dijo Dios. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa.” Éxo 3:5 . Aquí comienza la revelación de Dios ante Moisés a quien dotaría de todas las herramientas necesarias que usaría para convertirlo en un heraldo de buenas nuevas e instrumento de liberación para Israel.

Mi querido hermano, no es suficiente con asistir a una iglesia, o estar en un grupo de oración, es necesario despojarnos de todo aquello que hayamos arrastrado de “Egipto”, las hijas de Jetro no reconocieron a Moisés como un hebreo, lo vieron tal cual era, un egipcio. Todavía nosotros debemos aprender a limpiarnos de las cosas que nos identifiquen con nuestra vida pasada: esos pequeños vicios ocultos, esas mentiritas ocasionales, esas “canitas al aire”, etc. y es por ello que necesitamos estar dispuestos a quitarnos las “sandalias” para permitir que Dios nos haga criaturas nuevas.

Comienza a mirar cuales son las sandalias de tienes que quitarte todavía, será la altanería que te caracteriza, el mal genio que tienes, la arrogancia con la que te conduces…

Permite que Dios transforme totalmente tu vida, disponiendo totalmente tu corazón y rindiéndoselo a EL. Dios hará la obra. El te revestirá con una nueva imagen y una nueva autoridad como lo hizo con Moisés.

Que tu transformación sea tal, que esta vez puedas volver a Egipto, no para esclavizarte, si no para ayudar a liberar a tantos que hoy se encuentran en esclavitud y poderles hablarles con tu testimonio de vida y que la gente que te escuche ya no te vea más como un egipcio, sino más bien, puedan ver a un siervo de Dios y que al oirte pueda adorar a Dios y tener la misma oportunidad de salvación y libertad.

“Ya en Madián el Señor le había dicho a Moisés: "Vuelve a Egipto, que ya han muerto todos los que querían matarte" Así que Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los montó en un asno y volvió a Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios". Ex 4:19 -20

“Luego Moisés y Aarón reunieron a todos los ancianos israelitas, y Aarón, además de repetirles todo lo que el Señor le había dicho a Moisés, realizó también las señales a la vista del pueblo, con lo que el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se inclinaron y adoraron al Señor”. Ex 4, 29-31

Autor: Mario Gutierrez