¡Un año más, un año menos! Así me he referido siempre al cumpleaños de una persona, especialmente al mío. Una expresión muy real. Trata de profundizar en ello y caerás en la cuenta de la verdad que hay detrás de esas palabras. Es simple interpretarlo, un año más que sumas experiencias, pero a la vez, un año que se resta a tu existencia. El tiempo de vida se reduce.
Antes pensabas que tenías toda una vida por
delante y veías lo distante que era llegar a ciertas edades. Hoy, solo ves el
poco tiempo que te queda.
En lo personal cuando pienso en ello, veo el
privilegio que la vida me ha dado. He sido testigo de muchos acontecimientos
importantes en la vida de este planeta. Pertenezco a una generación, yo diría especial
y por supuesto muy particular. Nací a principios de una década revolucionaria,
los sesenta. Década que se caracterizó por momentos de conflicto político
protagonizado por los Estado Unidos y la URSS, la llamada Guerra Fría o crisis de los misiles en 1962 movimientos de protesta contra la guerra de Vietnam; contra la invasión de las tropas soviéticas
en Checoslovaquia; una década en donde se dieron
asesinatos de personas importantes, John F. Kennedy, Malcolm X, Martin Luther King. Da comienzo la carrera espacial, el
primer ser humano en la luna; y así sucesivamente muchos otros sucesos que
marcaron esas épocas.
Para resumir, diré que en mi época de adolescente
no había internet, ni mucho menos celulares, con eso lo digo todo. He sido
testigo de una verdadera revolución tecnológica sin precedentes. Sería
demasiado extenso contar lo que mis ojos han visto y mis oídos han escuchado.
Cuando mi generación desaparezca, pienso que la humanidad habrá perdido gente
muy valiosa, garante de una historia sin precedentes.
Y si te preguntas cual es mi edad, te diré que
he llegado a los sesenta. Para mí una edad especial porque marca un antes y un
después. Es decir, tres tercios de la vida. He llegado a las puertas de una
existencia en donde cada día se vuelve un regalo de Dios. En donde el poder
abrir los ojos y contemplar un nuevo amanecer es un verdadero privilegio y una
inmensa bendición.
Esta nueva etapa de mi vida es un poema, un
tributo a aquellos que fueron mis padres, los que me dieron la vida. Un
reconocimiento a aquellos que me acompañaron en los momentos más difíciles pero
que también compartieron mis alegrías. A los que ya no están, los que se
quedaron en el camino y a los que aún siguen en él. Es un reconocimiento a los
que amé, pero también a los que con sus rechazos me ayudaron a crecer y ganar
experiencia, a ser mejor persona. Están también mis legados, mis hijos a los
que veo hoy, de los cuales me enorgullezco de que lo sean y por los que le pido
sean bendecidos todos los días.
Aquí estoy, hasta aquí he llegado. Hoy pienso
en cada día que pasa, debo vivirlo como si mañana ya no fuera a estar. Respiro
y cada suspiro que doy lo proceso lentamente y sin restricción alguna. Trato de
llenar cada vacío, cada espacio, cada rincón. No quiero dejar nada a medias. No
quiero deberle nada a la vida.
Quiero sentarme en un lugar en donde pueda ver los
colores de la vida, respirar su hermosura, amar cada momento que la existencia me
proporcione y compartir con cada una de las personas que conozco la riqueza que
la vida misma me dado.
Para mí y para todos los que cumplen un día más
de vida, ¡!!Feliz Cumpleaños!!!
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