“El sacerdote de Madián tenía siete hijas, quienes fueron a sacar agua para llenar los abrevaderos y dar de beber a las ovejas de su padre. Pero vinieron unos pastores y las echaron. Entonces Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas. Cuando ellas volvieron a Reuel su padre, él les preguntó: —¿Por qué habéis vuelto tan pronto hoy? Ellas le respondieron: —Un hombre egipcio nos libró de mano de los pastores, y también nos sacó agua y dio de beber a las ovejas.”
Éxo 2:16 -19
Quiero dar pie con esta lectura para compartir contigo un mensaje de esperanza para los tiempos de prueba. Pero antes hagamos una síntesis de esta historia.
Moisés un hombre que cuando bebé fue rescatado de las aguas por la hija del Faraón el cual había ordenado matar a todo varón Hebreo recién nacido y este había sido puesto en una canasta por su madre para que flotara en el río y así librarlo de tal situación de peligro.
Moisés fue criado como un príncipe de Egipto: Pensaba, vestía, caminaba y actuaba como un egipcio.
Dice la biblia que un día Moisés vio como un egipcio maltrataba a un hebreo llegando a matarlo. Moisés pensó que nadie se había percatado de esta situación pero un día que estaban dos hebreos discutiendo, Moisés quiso intervenir y uno de los hebreos lo deslegitimó debido al asesinato que había cometido.
Moisés sale huyendo de Egipto debido a esta situación. Un día se encuentra con las hijas de Jetro, sacerdote de Madián como lo menciona la lectura anterior.
Egipto, una nación que esclavizó al pueblo de Israel durante 430 años, representa hoy día para nosotros la esclavitud del pecado, es decir, muchos de nosotros somos esclavos del alcohol, las drogas, el sexo, la pornografía, el engaño, la mentira, la infidelidad, las envidias, el asesinato, el robo, la evasión de impuestos, etc. llega un momento de nuestra vida que este mundo en el que estamos sumergidos nos señala con su dedo acusador y nos demanda y comenzamos a “pagar la factura” como solemos decir, es cuando nos damos cuenta que queremos huir lo más lejos posible. Muchos inclusive están pensando en el suicidio como un modo de escape.
Dios tenía un plan maravilloso para Moisés, le permitió que éste en su huida de Egipto se refugiara en las tierras de Madián y un día llegó a un pozo en donde se encontró con las hijas de Jetro quienes le presentaron a éste y quien le permitió quedarse en dichas tierras, es más, le dio a una de sus hijas por esposa.
Dios también tiene un plan para ti, y el va a ponerte delante de ti ese “pozo” que representarán el alivio, El te rodeará de las personas idóneas y que servirán de ayuda en tu camino a la salvación (tal como fueron las hijas de Jetro). Debes de aprender a reconocer esos lugares y a esas personas que Dios usará para bien de ti. ¿Será la iglesia a la que te invitaron a que asistieras un día o a un grupo de oración? ¿Será la persona que te llegó a hablar de Jesús? ¿la prédica que tanto te impactó y que escuchaste por la televisión o en la radio?
Ahora bien! Esto no termina aquí. Dice la biblia que un día que moisés había llevado a pastorear el rebaño al otro extremo del desierto, vio una zarza ardiendo que no se consumía por el fuego y cuando este se acercó escuchó la Voz de Dios que le decía “No te acerques más le dijo Dios. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa.” Éxo 3:5 . Aquí comienza la revelación de Dios ante Moisés a quien dotaría de todas las herramientas necesarias que usaría para convertirlo en un heraldo de buenas nuevas e instrumento de liberación para Israel.
Mi querido hermano, no es suficiente con asistir a una iglesia, o estar en un grupo de oración, es necesario despojarnos de todo aquello que hayamos arrastrado de “Egipto”, las hijas de Jetro no reconocieron a Moisés como un hebreo, lo vieron tal cual era, un egipcio. Todavía nosotros debemos aprender a limpiarnos de las cosas que nos identifiquen con nuestra vida pasada: esos pequeños vicios ocultos, esas mentiritas ocasionales, esas “canitas al aire”, etc. y es por ello que necesitamos estar dispuestos a quitarnos las “sandalias” para permitir que Dios nos haga criaturas nuevas.
Comienza a mirar cuales son las sandalias de tienes que quitarte todavía, será la altanería que te caracteriza, el mal genio que tienes, la arrogancia con la que te conduces…
Permite que Dios transforme totalmente tu vida, disponiendo totalmente tu corazón y rindiéndoselo a EL. Dios hará la obra. El te revestirá con una nueva imagen y una nueva autoridad como lo hizo con Moisés.
Que tu transformación sea tal, que esta vez puedas volver a Egipto, no para esclavizarte, si no para ayudar a liberar a tantos que hoy se encuentran en esclavitud y poderles hablarles con tu testimonio de vida y que la gente que te escuche ya no te vea más como un egipcio, sino más bien, puedan ver a un siervo de Dios y que al oirte pueda adorar a Dios y tener la misma oportunidad de salvación y libertad.
“Ya en Madián el Señor le había dicho a Moisés: "Vuelve a Egipto, que ya han muerto todos los que querían matarte" Así que Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los montó en un asno y volvió a Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios". Ex 4:19 -20
“Luego Moisés y Aarón reunieron a todos los ancianos israelitas, y Aarón, además de repetirles todo lo que el Señor le había dicho a Moisés, realizó también las señales a la vista del pueblo, con lo que el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se inclinaron y adoraron al Señor”. Ex 4, 29-31
Autor: Mario Gutierrez
Autor: Mario Gutierrez
Estimado hermano Mario,
ResponderEliminarExcelente discernimiento sobre la palabra de Dios acerca de Moises, solo agregar que Dios nos permitira a nosotros sus hijos ver la zarza ardiente algun dia, esta la encontraremos en nuestro corazon cuando al igual que Moises o Daniel al escuchar su llamado le repondamos "Habla Señor que tu siervo escucha", es decir cuando nos hagamos dociles a su palabra y enseñanza y la pongamos en practica.
Que Dios te bendiga.