En nuestra vida existen tres días para considerar, dos de ellos que no deben preocuparnos y que no deben causarnos ni tormento, ni temor. El otro, al cual si debemos poner atención. Estos son:
1- El AYER, con sus errores e inquietudes, con sus flaquezas y desvíos, con sus penas y tribulaciones, con sus desaciertos y con sus inconsistencias. El AYER se marchó para siempre y está ya fuera de nuestro alcance. Ni siquiera todo el oro del mundo podría devolvernos el AYER. No podemos deshacer ninguna de las cosas que ayer hicimos; no podemos borrar ni una sola palabra de las que ayer dijimos. Ayer se marchó para no volver.
2- El MAÑANA, con sus posibles adversidades, dificultades y vicisitudes, con sus halagadoras promesas y tristes decepciones. En el MAÑANA saldrá el sol, ya sea para resplandecer en un cielo nítido o para esconderse tras las nubes, pero al fin saldrá. Hasta que no salga no podemos disponer de el MAÑANA, porque todavía el MAÑANA está por nacer.
sólo nos resta un día…
3- El HOY, cualquier persona puede confrontar los problemas de un solo día y mantenerse en paz. Cuando al día de HOY agregamos las cargas de esas dos eternidades, AYER y MAÑANA, es cuando caemos en la lucha por sobrevivir y por ser diferentes. El HOY es la oportunidad de la vida, es el momento de la verdad, es el tiempo de hacer que las cosas pasen. Lo que hagas en el HOY marcará la diferencia de lo que serás mañana y resarcirá lo que te equivocaste en el AYER.
HOY es el día, tu día y no el nadie más. HOY es buen momento para escuchar la voz de Dios en tu vida, hoy es la oportunidad para abrirte al Señor. El Salmo 95 dice:
¡Venid, cantemos con gozo a Dios! Aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
Acerquémonos ante su presencia con acción de gracias; aclamémosle con salmos.
Porque El es Dios grande, Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra; suyas son las alturas de los montes.
¡Venid, adoremos y postrémonos! Arrodillémonos delante del Señor, nuestro Hacedor.
Porque él es nuestro Dios; nosotros somos el pueblo de su prado, y las ovejas de su mano. Si oís HOY su voz, "no endurezcáis vuestros corazones como en Meriba; como el día de Masá, en el desierto, donde vuestros padres me pusieron a prueba; me probaron y vieron mis obras: Cuarenta años estuve disgustado con aquella generación y dije: ‘Este pueblo se desvía en su corazón y no ha conocido mis caminos.’
Por eso juré en mi ira: ‘¡Jamás entrarán en mi reposo!’"
Acerquémonos ante su presencia con acción de gracias; aclamémosle con salmos.
Porque El es Dios grande, Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra; suyas son las alturas de los montes.
¡Venid, adoremos y postrémonos! Arrodillémonos delante del Señor, nuestro Hacedor.
Porque él es nuestro Dios; nosotros somos el pueblo de su prado, y las ovejas de su mano. Si oís HOY su voz, "no endurezcáis vuestros corazones como en Meriba; como el día de Masá, en el desierto, donde vuestros padres me pusieron a prueba; me probaron y vieron mis obras: Cuarenta años estuve disgustado con aquella generación y dije: ‘Este pueblo se desvía en su corazón y no ha conocido mis caminos.’
Por eso juré en mi ira: ‘¡Jamás entrarán en mi reposo!’"
Mi querido hermano, HOY es el día, no es el pasado ni el futuro. Es el presente. Busca a Dios, es lo mejor que te podrá suceder.
A todos ustedes, quiero desearles un Feliz Año nuevo y que Dios se derrame con paz, , salud y con toda clase de bendiciones en la vida de cada uno.
Que el Señor Jesús les bendiga abundantemente.
Autor: Mario Gutierrez
Autor: Mario Gutierrez