Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a
una luciérnaga. Aunque ésta trataba de alejarse de su perseguidora, no había
manera de deshacerse de ella. Huyó durante dos días y la serpiente no dejaba de
seguirla. Finalmente, al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga se detuvo y
le dijo a la serpiente:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro a dar explicaciones a nadie pero como te voy a
devorar, puedes preguntar lo que quieras, contestó la serpiente.
-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? preguntó la luciérnaga.
-No, contestó la serpiente.
-¿Alguna vez, te hice algún mal? preguntó la luciérnaga.
-No, volvió a responder la serpiente.
-Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
-¡¡¡Porque no soporto verte brillar!!!
Durante nuestra vida, andamos casi siempre en tinieblas. Nos
hemos acostumbrado tanto a la oscuridad, que cuando vemos a alguien brillar,
nos sentimos incómodos y molestos. Nos da envidia y la envidia corroe nuestro
interior. Es como si la “luz” de esas personas brillara en contra nuestra.
Seamos humildes y reconozcamos el esfuerzo de otros, que no nos moleste su luz, quizá ella misma, nos
ayude a iluminar nuestra oscuridad. Aprendamos de los demás.
"La paz del corazón fomenta la salud, pero la envidia corroe los huesos" Pro.14:30
(autor: desconocido)
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