Hace algunos días atrás, tuve la
oportunidad de adquirir una moto para mi esparcimiento personal. Ello me
significaba gestionar una licencia específica para poder conducirla legalmente
de acuerdo a lo exigido por la ley. Para tal propósito, requería prepararme para
aprobar los exámenes tanto el práctico como el teórico, los cuales son requisito
indispensable para obtener la licencia de conducción de motocicleta. El examen
práctico no me preocupa mucho porque había estado practicando aproximadamente un
mes en un recinto amplio y cerrado, sin salir a la vía pública. La preocupación
era estudiar para familiarizarme y aprender la ley y sus reglamentos los cuales
abarcan 126 y 265 artículos respectivamente, todo eso sin contar con la
familiarización de más de 170 figuras de la señalización vial. Comencé la tarea
de estudiar durante un aproximado de dos semanas. Realmente fue sorprenderme
darme cuenta de todo lo que está escrito y estipulado en esas leyes y
reglamentos. Cada uno de sus artículos está diseñado y muy bien pensado, no
solo para poner las cosas en orden, sino que también para evitar accidentes y no
tener victimas que lamentar.
Durante la lectura y asimilación
de cada artículo, iba tomando conciencia
de cuán importante y vital es obedecer cada uno de ellos. Con tristeza venían a
mi mente las malas noticias que a cada momento se dan a conocer sobre serios y fatales accidentes de tránsito los cuales ocurren
a diario en nuestro país… no somos la excepción, existen muchos otros lugares que
padecen del mismo mal.
De acuerdo a las estadísticas de
nuestro país en el año 2016, un total de 22,943 accidentes fueron registrados,
eso significa que diariamente se producen 64 accidentes. Las cinco mayores
causas son:
1a Invadir carril
2a Distracción del conductor
3a Irrespeto a la señal de
prioridad
4a No guardar distancia
reglamentaria
5a Velocidad inadecuada
Y como dato adicional conducir en
estado de ebriedad es la 8 a causa.
Todas y cada una de estas causas
están tratadas en las leyes y los reglamentos y diario son violadas y pasadas
por alto por todos aquellos conductores que con conocimiento de su existencia, deciden
hacer caso omiso a estas.
Lamentablemente la carencia de conciencia
y responsabilidad de los conductores, la inexistencia de programas efectivos de
educación vial, los débiles perfiles y programas con los que trabajan las
Escuelas y Examinadoras de manejo autorizadas por la misma ley, la existencia de multas frágiles,
de las cuales las MUY GRAVES son penalizadas con un máximo de $57.14 y la poca
o casi nada vigilancia de las autoridades para hacer cumplir las leyes y
reglamentos, contribuyen al incremento de tantos accidentes de tránsito.
He podido apreciar y ser testigo
de cómo en otros países se respeta las leyes y reglamentos establecidos más que
los nuestros. Es impresionante observar de como los conductores detienen sus vehículos
automotores y ceden el paso a cualquier
peatón, y no al revés, que los vehículos se encuentran estacionados en los
lugares permitidos, de cómo se guardan las distancias reglamentarias entre uno
y otro automotor, que el mismo peatón
respeta y cruza las vías en los pasos peatonales, de cómo se obedecen las
señales de tránsito, de cómo la autoridad tiene presencia en cada lugar para
vigilar y hacer que se cumpla lo establecido, de los altos montos monetarios
que comprenden cada infracción, etc. Y aun así se tiene cifras que pueden ser
un tanto alarmantes (por supuesto dependerá de la cantidad de habitantes de
cada país). Por ejemplo se dice que solo en los Estados Unidos todos los días un promedio de 112 mil personas
recibe una multa de tránsito, 41 millones de conductores al año. El promedio de
costo de una multa de tránsito es de $152 y puede variar dependiendo del tipo
de infracción, el estado y los impuestos que se le agreguen. Lo que da un total
anual en promedio de más de 6 mil millones de dólares. Un policía de tránsito
puede recaudar hasta 300 mil dólares al año de multas para el estado y sólo el
5 por ciento de las multas son llevadas a una corte de tráfico.
A que quiero llegar con todo
esto. Simplemente a aquel que lea esta publicación, tome conciencia de lo
importante que significa el respeto a las leyes y a los reglamentos. El sometimiento
a sus estipulaciones y a las autoridades de los cuales emanan, ello es la clave
para tener un mejor país. Esto es parte de la paz que todos anhelamos. Tenemos
derecho pero también responsabilidades, basta solamente cumplir.
La misma Biblia habla de ello. En
el nuevo testamento, en la carta de Pablo a los Romanos en el capítulo 13 versículo
1 encontramos lo siguiente: “Sométase
toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de
Dios, y las que existen, por Dios son constituidas” y en la carta de Pablo a Tito en el capítulo
3, versículo 1 dice: “Recuérdales que
estén sujetos a los gobernantes, a las autoridades; que sean obedientes, que
estén preparados para toda buena obra”.
Si somos obedientes y respetuosos
de lo plasmado en las leyes y reglamentos, habremos contribuido a tener menos
accidentes y salvar vidas, que al igual que nosotros, los demás tienen derecho
a vivir en paz y tranquilada.
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