En los últimos días han pasado algunos acontecimientos que me han puesto a meditar, es un tema que no a todos les gusta tratar y que hoy quiero compartirles. Espero que así como yo, ustedes también puedan reflexionar sobre lo que ello significa y cómo puede impactar la vida, me refiero a la muerte.
De todos es conocido la ola de violencia que se ha desatado en muchos países en los últimos tiempos, situación que se ha generado debido a múltiples razones: Control de territorio para la comercialización de droga, guerra entre pandillas, luchas por el poder político, robos, violaciones, etc. Recientemente en lo personal, viví una experiencia en la cual estuve en peligro de muerte, lo cual me ha puesto a pensar sobre lo corto que puede ser la existencia, y que las oportunidades que tenemos de vivir en gracia de Dios, en paz y armonía con nuestra familia y con los demás, puede ser muy limitada. Así mismo, ocurren muertes no por causa de la violencia, sino por los asares de la vida (como cualquiera podría decirlo). Este fin de semana me enteré de la triste noticia sobre un accidente aéreo con saldo fatal, el cual tuvo lugar en el archipiélago Juan Fernández en el país de Chile, en donde un grupo de veintiún personas, entre periodistas, funcionarios de gobierno, empresarios y miembros de la Fuerza Aérea Chilena, perdieron la vida cuando el avión en que viajaban se estrelló en el mar. Entre ellos se encuentra un famoso presentador de televisión, Felipe Camiroaga (foto anexa). Ellos realizarían un trabajo de cobertura periodística acerca de los esfuerzos de reconstrucción que la población de la isla Juan Fernández, llevaba a cabo después del devastador Tsunami que sufrieron el pasado 27 de febrero del 2010.
Cada uno de nosotros podemos encontrarnos con la muerte en cualquier momento, ya sea fuera de casa o dentro de ella, quizá a edad temprana o madura, gozando de muy buena salud y viviendo momentos de éxito. Nunca se sabe. Lo que sí es seguro, que tarde o temprano nos enfrentaremos con tan innegable encuentro. En esos momentos cuando la muerte llega de sorpresa no hay tiempo para nada, puede suceder en un abrir y cerrar de ojos. Ante esas circunstancias, la pregunta que debo formular es ¿Estás preparado? Pero que puede significar el estar preparado, ¿preparado para qué?
Me parece que a todos nos gustaría vivir por largo tiempo y sin envejecer. Tener una vida plena y saludable, ver hecho realidad todos nuestros proyectos de vida y también tener una familia, verla crecer, disfrutar de las maravillas de la naturaleza y tener paz y felicidad. Todo esto es un bonito deseo, pero sabemos que todo tiene una terminación, y lo ideal sería que todo aquello que deseemos y nos propongamos tenga un final feliz. Pero si pensamos que las cosas tiene un final sin ningún propósito, es pensar de manera errada. Todo lo que muere debe servir para dar comienzo y vida a algo nuevo. Dios lo diseñó así. Aquel que piense de manera contraria no ama la vida y no conoce a Dios. Todo en la vida tiene propósito. La vida no sería la misma si las personas que murieron en el pasado no nos hubieran dejado un legado. Que hubiera pasado si muchos científicos no hubieran sacrificado sus vidas en el pasado para procurarnos un mejor futuro, o que decir de los adelantos científicos y de los grandes inventos con los que hoy contamos y que nos han hecho la vida más fácil y práctica.
El mismo Dios sabe que todo lo que se hace en la vida tiene sentido, él mismo entregó a su único hijo a la muerte (Jn. 3:16), para que hoy tu y yo, tengamos opción a gozar de la vida eterna.
La muerte de nuestros hermanos Chilenos debe dar frutos positivos en cada uno de nosotros, no importa si eran conocidos nuestros o no, ese no es el tema. Todos ellos murieron en la realización de su trabajo, en el esfuerzo por mostrar al mundo que después de la muerte viene la vida, que después de la destrucción viene la reconstrucción, algo que los habitantes de la Isla Juan Fernández lo tienen muy claro. Jesús nos enseñó al respecto, él dijo “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” Jn. 12:24
Hoy nos toca preguntarnos si lo que hacemos con nuestras vidas dará fruto alguno. ¿Tendrá algún valor para nuestras familias y para los demás?. Mi querido hermano, nuestro tiempo de vida es muy valioso, no lo desperdiciemos en discusiones sin sentido, en crear divisiones y peleas, no perdamos el tiempo en criticar y destruir. Mejor empleemos el tiempo en amar y unir, en construir y edificar. Que el esposo o la esposa sean fieles entre sí, que los hijos amen y respeten a sus padres, que aquellos que hemos sido llamados a servir, pongamos los dones que Dios no ha dado al servicio de los demás y no para nuestro propio beneficio.
Si tan solo fuéramos obedientes y pusiéramos en práctica las enseñanzas de Jesús nuestro Señor, las cosas serían muy diferentes. El dijo:
"Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros” Jn.13:34
"Ustedes han oído que se dijo: 'Ojo por ojo y diente por diente.' Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa. Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda. "Ustedes han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.' Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? Mt 5:38-47
Y tú, ¿Estás listo para cuando llegue el momento? ¿Tienes a Jesús? Date un chance y pídele que te perdone tus ofensas y por la omisiones de hacer el bien a los demás, acéptale como tu único salvador, ama, perdona y prepárate a gozar de la vida eterna. La buena noticia es que hasta la muerte tiene solución, Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” Jn.14:6
Que el Señor te bendiga abundantemente.
Autor: Mario Gutierrez
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