Recientemente tuve la bendición de tomar unos días de vacación y poder ir de paseo con mi familia. Una de mis salidas favoritas es ir a las playas del oriente de nuestro país. Específicamente a la playa El Cuco en el departamento de San Miguel, El Salvador. C.A.
En una de esas tardes que caminaba por la playa, comencé literalmente a admirar la magnificencia que esta naturaleza encierra y cámara en mano comencé a captar lo que mis ojos veían. De esa manera, podía mantener cautiva tanta hermosura.
Reamente no hay palabras para describir lo inmenso que es el amor de Dios para con nosotros, pero si pudiera describirlo, tendría que compararlo con la majestuosidad y belleza de sus aguas.
Mi querido(a) hermano(a): Al contemplar tanta belleza, realmente debemos sentirnos agradecidos con Dios por tan maravilloso regalo que él nos ha dado y todo con el propósito de que los disfrutemos. Que bendición tan grande la que tenemos al tener los mares para nuestro provecho pero que también tenemos el deber de cuidar de ellos.
Cuando tengas la oportunidad de disfrutar como yo de estos parajes no olvides de ser responsable, cuidalos, no los ensucies ni los dañes, recuerda que son creación de Dios para ti.
Que Dios de bendiga abundantemente.
Autor: Mario Gutierrez
Autor: Mario Gutierrez
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