PARA SER HUMILDES, HAY QUE SALTAR MUY ALTO


Cada vez que abrimos nuestros ojos a un nuevo día, tenemos un sinfín de oportunidades que debemos aprovechar para hacer la diferencia. El nuevo despertar nos trae espacios para ejercitarnos y ser cada ve mejores personas. La vida misma nos pone retos, pero también nos da las oportunidades de ser grandes y al mismo tiempo ser humildes.

En relación a lo anterior recordé una noticia que recientemente  se publicó y que le dio la vuelta al mundo, la cual comparto a continuación

El 14 de Octubre de 2012 Felix Baumgartner consiguió tres récords: realizar el salto más alto (a unos 38,900 metros); llegar más lejos con un globo (unos 39,005 metros) y ser el más rápido en caída libre. Baumgartner se convirtió en el primer hombre que supera la velocidad del sonido sin ayuda mecánica. Felix Baumgartner aterrizó sano y salvo en la tierra después de lanzarse desde una cápsula a 39 kilómetros de altura, a una velocidad máxima de 1,342.8 kilómetros por hora. «Cuando estaba allí parado en la cima del mundo, te conviertes en tan humilde, no piensas en romper ya los récords, no piensas en obtener datos científicos. Lo único que deseas es regresar con vida», aseguró tras el impresionante salto, según reportó la emisora CBS. «Algunas veces debemos ir realmente alto para ver cuán pequeños somos», agregó.

Felix Baumgartner, quien tenía la ambición de obtener cuatro records y que solo pudo conseguir tres, estuvo preparándose por mucho tiempo para realizar tan asombrosa Azaña, pero en el preciso instante de iniciarla se dio cuenta que habían cosas más importantes. El dijo “Lo único que deseas, es regresar con vida”. 

El hombre en el afán de alcanzar sus metas, muchas veces puede fácilmente perder de vista las cosas más importantes en su vida: su pareja, sus hijos, su salud, los amigos, los que te necesitan, Dios, etc.

Al iniciar el nuevo año, pongámonos encima de esas cosas que nos distraen, alcemos la vista lo más alto que podamos, y divisemos esas cosas que se nos escapan y que son tan importantes como la vida misma, para darles toda nuestra atención.


Ver el video: 


Autor: Mario Gutiérrez

CELEBRANDO LA NAVIDAD EN FAMILIA


Les presento una liturgia, preparada por Eduardo Cáceres Contreras, del Instituto de Catequesis de Santiago, para ser vivida en familia. El ideal es que se realice el 24 de diciembre previo a la cena.

Ambientación
- El comedor de la casa y ojalá también el living y la cocina debemos adornarlo de fiesta con motivos navideños.

- En distintos lugares de la casa podemos colocar carteles con frases alusivas al momento, por ej.: ¡Gracias, Señor, por venir a nuestra casa!, ¡Con Jesucristo renace nuestra esperanza! ¡Feliz Navidad en familia!

- En un lugar adecuado y visible ponemos el árbol de Navidad y dejamos un espacio para colocar un pequeño pesebre que iremos formando en el transcurso de la celebración.

- Música ambiental, si es posible. Sobre una mesa unas velas que se encenderán una vez proclamado el Evangelio, quedarán encendidas durante la comida para que la luz, que es Jesús, brille en la oscuridad.

- La Biblia debemos tenerla abierta en un lugar destacado y visible de la casa.

- Es importante de que todos los integrantes de la familia estén reunidos por lo menos 15 minutos antes de dar inicio a la celebración. (Es bueno que alguien se encargue de fijar la hora y avisar a los demás para que no se atrasen).

- No hay que olvidarse de apagar la T.V. 

*Acogida

- Los dueños de casa deben ir creando un ambiente alegre y acogedor.

- Saludan con cariño a los familiares que han venido a esta celebración y los invitan a todos a reunirse en torno al lugar donde se irá formando el pesebre.

Padre o cabeza de familia: Estoy contento porque nuestra familia se ha reunido. Me parece muy importante que juntos podamos darle a la Navidad el sentido que verdaderamente tiene. Y no quedarnos sólo con la costumbre de comer y recibir regalos. Los invito como familia cristiana a recibir en nuestro hogar a ese Dios que viene. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén

Un niño: (Pregunta en voz alta) ¿Qué es Navidad? ¿Por qué estamos reunidos hoy?

El padre o cabeza de la familia: Responde brevemente (a modo de sugerencia)

En la Navidad Dios se presenta como uno de nosotros, en nuestra tierra. En el pequeño pueblo de Belén se cumple la gran promesa de Dios: de la Virgen María, nace Jesucristo, rodeado por la naturaleza, los pastores y el campo. No nace en una mansión sino en la pobreza de un humilde pesebre. Nos reunimos hoy como familia, porque Jesucristo nace también para nosotros, para que lo reconozcamos y lo acojamos. Dios nos hace un gran regalo y, juntos, lo vamos a celebrar.

Si Jesucristo nace en Belén, pero no nace para nosotros, no vale la pena estar aquí reunidos.

(Silencio)

Un niño: Lleva un poco de paja hasta el lugar donde se armará el pesebre, debajo del árbol de Navidad.

La madre comenta: Jesús ha querido nacer pobre en un establo. Hoy son muchos los que nacen y viven pobre-mente, los que pasan hambre y no tienen pan en sus hogares. Pensemos en ellos. Jesús ama a los pobres. Algún día dirá: Bienaventurados los pobres..."

(Música)

Alguien coloca la figura de San José.

La madre comenta: Jesús es el Hijo de Dios. San José lo libró de los enemigos, cuidó de El y le enseñó a trabajar. Jesús obedecía. San José carpintero cuida de nosotros y ruega por los que no tienen trabajo.

(Silencio, Música)

Otra persona coloca la figura de la Virgen.

La madre comenta: La Virgen María es Madre de Jesús. Mujer sencilla como tantas de nuestro pueblo, muchas veces ignorada y humillada. En María no hay más pretensión que hacer la voluntad de Dios. Allí están José y María. Ellos esperan gozosamente la llegada de Jesús... Nosotros también queremos recibir con alegría a este niño en nuestro hogar.

A continuación uno de los hijos, colocando la figura del Niño en el pesebre proclama:

¡Hoy, Jesús ha nacido, ha venido a traer la Buena Noticia a los pobres, a anunciar a los cautivos su libertad, a darles vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos! ¡Hoy el Señor ha venido también a nuestra familia!

(En este momento podemos cantar: "Alabaré" o "Gloria Gloria, Aleluya").

(Después del canto)

La madre comenta: María ha captado en su corazón la resonancia del misterio de Dios, ella una mujer simple ha sido elegida para ser la Madre de Dios... ¡Miren! está arrodillada y adora a su Hijo Jesús que ha venido a salvar al mundo. Arrodillémonos también nosotros y adorémoslo como la Virgen.

Podemos orar unos momentos en silencio...

(Música)

Algunos se acercan y colocan figuras de pastores y reyes magos

La madre comenta: Muy pronto llegaron los pastores y los reyes magos. Reconocer al Hijo de Dios manifestado en un Niño indefenso y débil. Acuden con lo que tienen y son, para dar y no para recibir. Se arrodillan y antes de irse, le dejan sus regalos. Ofrezcamos a Jesús nuestros regalos y nuestras buenas intenciones.

Proclamación de la lectura del Evangelio (Lucas 2,1-20).

El Padre o cabeza de familia lee el texto:

Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio. Este fue el primer censo, siendo Quirino gobernador de Siria.

Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David; allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada.

Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.

En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados.

Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»

De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: «Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.»

Después de que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.» [Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. [17] Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían.

María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior.

Después los pastores regresaron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles se lo habían anunciado.

Luego, dice:

¡Hoy y siempre el Señor está con nosotros!

¡Cantémosle nuestro gozo!

(Todos cantan jubilosos un villancico, puede ser "A las doce de la Noche" o “Noche de Paz").

- En estos momentos se pueden depositar en un canasto las tarjetas y los regalos que se entregarán después de la comida.

- Cada integrante de la familia, en forma corta y sencilla, puede decir algunas palabras expresando sus deseos para el resto de la familia y para otros a quienes también Jesús viene. 

*Sugerencias

- Deseo que mis padres se quieran mucho y nos entreguen cariño y amor, para que así la luz de Jesucristo no se apague nunca en esta familia.

- Deseo que juntos recordemos a nuestros queridos familiares y amigos que ya no están con nosotros. Que nuestro regalo sea tenerlos presentes en esta Nochebuena.

- Deseo que Jesucristo transforme tantos corazones llenos de odio y que traiga la paz, la justicia y la verdad a nuestra patria.

- Deseo que en las familias que ha ocurrido alguna desgracia donde hay enfermos, cesantes, perseguidos,... esté la luz de la esperanza que es Cristo.

*Comida

- Antes de pasar a la mesa, se encienden las velas, (podrían ser encendidas por varios de los que se reúnen en torno a la mesa). Esta luz nos dará un clima de intimidad y de fiesta, signos de la Navidad.


Antes de comer se dan todos un abrazo de paz y felicitación. Luego estando en la mesa, uno de los niños puede decir la siguiente bendición:

Niño de Belén, bendice a los que vamos a disfrutar de esta sencilla comida, preparada con tanto cariño.

Bendice también a los que nada tienen y quédate para siempre con nosotros.

Todos: Amén 


Empujando el Carretón de Sorbetes


Foto que tomé, al hombre que empujaba el carretón de sorbetes.
Recientemente viajaba en mi vehículo por una de las calles de la ciudad y me llamó poderosamente mi atención, una escena de esas que son dignas de admirar. Junto al vehículo, pasaba un hombre empujando un carretón de sorbetes, y encima de éste tres niños sentados. Debo suponer que este sacrificado padre, los conducía de regreso a su casa. A los chiquillos se les notaba que disfrutaban del viaje y el hombre realizaba un sobre esfuerzo físico, conduciendo el carretón con sumo cuidado para evitar el tráfico peligroso de las calles y no tener algún accidente que pusiera en riesgo la vida de sus hijos.

Dicha escena me hizo pensar sobre el amor y cuidado que como personas debemos proveer, especialmente a la niñez. Ellos son el futuro de una nación, y parte del éxito de ellos depende de la seguridad que les podamos brindar.

Con mucha tristeza he visto las últimas noticias sobre una matanza de personas víctimas de un tiroteo en un colegio de Connecticut el cual cobró la vida de 26 personas, entre ellas 20 niños, además de seis adultos que trabajaban en el centro educativo. Los hechos ocurrieron a en la localidad de Newtown (100 kilómetros al noreste de la ciudad de Nueva York) apenas media hora después del inicio de las clases. Dos de los menores llegaron con vida al hospital pero murieron minutos después. El asesino identificado como Adam Lanza, un joven de 20 años.

Esto es solo un ejemplo que me hace pensar en lo expuesta que se encuentra nuestra niñez y lo frágiles que son ante la asechanza de una era violenta en la que todos estamos envueltos. Casos como los de la matanza en Connecticut deben hacernos reflexionar en que se necesita el actuar de todos, con el propósito de disminuir este tipo de situaciones que solo busca acabar con la vida de las personas y sobre todo, acabar con la vida de los más inocentes.

Hace más de dos mil años un hombre llamado Herodes mandó a matar a todos los niños menores a dos años de edad, con tal de eliminar al Mesías, Jesucristo el Señor, porque lo consideraba una amenaza para su reinado. Herodes se enojó muchísimo cuando se dio cuenta de que los Magos lo habían engañado, y fijándose en la fecha que ellos le habían dicho, ordenó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus alrededores. Mat. 2:16 

La historia se sigue repitiendo con el paso de los años, y el Herodes de hoy (la violencia) sigue acabando con todo aquello que representa la vida, al igual que Jesús, quien es la vida eterna para nosotros los cristianos que creemos en el y le hemos aceptado.

Debemos todos luchar por unirnos y emprender una lucha feroz, no con armas, pero si, con leyes justas, con oportunidades de educación y salud, con un sistema integracionista que asegure el futuro de los más necesitados y de los más desprotegidos, especialmente la niñez, brindándoles el cuidado y el amor que se merecen, y al que tienen derecho. Solo así podremos crear una mejor nación, un mejor mundo lleno de esperanza, de amor y de paz.

Jesús ama de una manera especial a los niños: Algunas personas le presentaban los niños para que los tocara, pero los discípulos les reprendían. Jesús, al ver esto, se indignó y les dijo: "Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él. Jesús tomaba a los niños en brazos e imponiéndoles las manos, los bendecía”. Mar 10:13-16 

No olvidemos ese amor tan especial que Jesús mostraba a los pequeños. Es el mismo amor que nosotros debemos tener para con ellos, abrazándolos (sinónimo de protección y seguridad) y bendiciéndolos como Jesús los hacía.

Autor: Mario Gutierrez

UN CUENTO DE NAVIDAD


Hace más de dos mil años, un ángel se le apareció a unos pastores en el campo para anunciarles el nacimiento de una hermosa criatura. Los pastores se apresuraron en llegar al lugar que el ángel les había señalado, entonces quedaron perplejos  al mirar a ese hermoso niño. Pasaron horas contemplando su hermosura. Al termina y cuando los pastores se alejaron del lugar y la quietud volvió, el niño del pesebre levantó la cabeza y miró hacia la entrada de la cueva en donde se encontraba.
Un muchacho joven, tímido, estaba allí, temblando y temeroso.
- Acércate- le dijo el niño - ¿Por qué tienes miedo?
- No me atrevo... no tengo nada para darte, le dijo el muchacho.
- Me gustaría que me des un regalo – dijo el recién nacido.
El pequeño intruso enrojeció de vergüenza y balbuceó:
- De verdad no tengo nada... nada es mío, si tuviera algo, algo mío, te lo daría... mira!!!
Y buscando en los bolsillos de su pantalón andrajoso, sacó una hoja de cuchillo oxidada que había encontrado.
- Es todo lo que tengo, si la quieres, te la doy...
- No - contestó Jesús- guárdala. Querría que me dieras otra cosa. Me gustaría que me hicieras tres regalos.
- Con gusto – dijo el muchacho- pero... ¿qué?
- Ofréceme el último de tus dibujos.
El chico, cohibido, enrojeció. Se acercó al pesebre y, para impedir que María y José lo oyeran, murmuró algo al oído del Niño Jesús:
- No puedo... mi dibujo es horrible... ¡nadie quiere mirarlo...!
- Justamente, por eso lo quiero... siempre tienes que ofrecerme lo que los demás rechazan y lo que no les gusta de ti. Además quisiera que me dieras tu plato.
- Pero... ¡esta mañana lo he roto! – tartamudeó el chico.
- Por eso lo quiero... Debes ofrecerme siempre lo que está roto en tu vida, yo quiero arreglarlo... Y ahora –insistió el niño- repíteme la respuesta que le diste a tus padres cuando te preguntaron cómo habías roto el plato.
El rostro del muchacho se ensombreció, bajó su cabeza avergonzado y, tristemente, murmuró:
- Les he mentido... Dije que el plato se me había caído de las manos, pero no era cierto... ¡estaba enfadado y lo tiré con rabia!
- Eso es lo que quería oírte decir –dijo el niño- Dame siempre lo que hay de malo en tu vida, tus mentiras, tus calumnias, tus cobardías, tus crueldades. Yo voy a descargarte de ellas... No tienes necesidad de guardarlas... Quiero que seas feliz y siempre voy a perdonarte tus faltas.

Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
Lc. 2:11


Autor: desconocido