Empujando el Carretón de Sorbetes


Foto que tomé, al hombre que empujaba el carretón de sorbetes.
Recientemente viajaba en mi vehículo por una de las calles de la ciudad y me llamó poderosamente mi atención, una escena de esas que son dignas de admirar. Junto al vehículo, pasaba un hombre empujando un carretón de sorbetes, y encima de éste tres niños sentados. Debo suponer que este sacrificado padre, los conducía de regreso a su casa. A los chiquillos se les notaba que disfrutaban del viaje y el hombre realizaba un sobre esfuerzo físico, conduciendo el carretón con sumo cuidado para evitar el tráfico peligroso de las calles y no tener algún accidente que pusiera en riesgo la vida de sus hijos.

Dicha escena me hizo pensar sobre el amor y cuidado que como personas debemos proveer, especialmente a la niñez. Ellos son el futuro de una nación, y parte del éxito de ellos depende de la seguridad que les podamos brindar.

Con mucha tristeza he visto las últimas noticias sobre una matanza de personas víctimas de un tiroteo en un colegio de Connecticut el cual cobró la vida de 26 personas, entre ellas 20 niños, además de seis adultos que trabajaban en el centro educativo. Los hechos ocurrieron a en la localidad de Newtown (100 kilómetros al noreste de la ciudad de Nueva York) apenas media hora después del inicio de las clases. Dos de los menores llegaron con vida al hospital pero murieron minutos después. El asesino identificado como Adam Lanza, un joven de 20 años.

Esto es solo un ejemplo que me hace pensar en lo expuesta que se encuentra nuestra niñez y lo frágiles que son ante la asechanza de una era violenta en la que todos estamos envueltos. Casos como los de la matanza en Connecticut deben hacernos reflexionar en que se necesita el actuar de todos, con el propósito de disminuir este tipo de situaciones que solo busca acabar con la vida de las personas y sobre todo, acabar con la vida de los más inocentes.

Hace más de dos mil años un hombre llamado Herodes mandó a matar a todos los niños menores a dos años de edad, con tal de eliminar al Mesías, Jesucristo el Señor, porque lo consideraba una amenaza para su reinado. Herodes se enojó muchísimo cuando se dio cuenta de que los Magos lo habían engañado, y fijándose en la fecha que ellos le habían dicho, ordenó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus alrededores. Mat. 2:16 

La historia se sigue repitiendo con el paso de los años, y el Herodes de hoy (la violencia) sigue acabando con todo aquello que representa la vida, al igual que Jesús, quien es la vida eterna para nosotros los cristianos que creemos en el y le hemos aceptado.

Debemos todos luchar por unirnos y emprender una lucha feroz, no con armas, pero si, con leyes justas, con oportunidades de educación y salud, con un sistema integracionista que asegure el futuro de los más necesitados y de los más desprotegidos, especialmente la niñez, brindándoles el cuidado y el amor que se merecen, y al que tienen derecho. Solo así podremos crear una mejor nación, un mejor mundo lleno de esperanza, de amor y de paz.

Jesús ama de una manera especial a los niños: Algunas personas le presentaban los niños para que los tocara, pero los discípulos les reprendían. Jesús, al ver esto, se indignó y les dijo: "Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él. Jesús tomaba a los niños en brazos e imponiéndoles las manos, los bendecía”. Mar 10:13-16 

No olvidemos ese amor tan especial que Jesús mostraba a los pequeños. Es el mismo amor que nosotros debemos tener para con ellos, abrazándolos (sinónimo de protección y seguridad) y bendiciéndolos como Jesús los hacía.

Autor: Mario Gutierrez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios.