Venganza - Decadencia del Espíritu Humano

Todos los días en el mundo entero encontramos noticias que tienen mucho que ver con una violencia desenfrenada que poco a poco va desgarrando la figura del ser humano y todo lo que este representa, incluida el área en donde la persona se desenvuelve ya sea en la sociedad como en la familia, alcanzado al resto de personas que en alguna manera estén involucrados o no, resultando perjudicados de alguna manera.

La violencia puede desarrollarse en muchos ámbitos y puede tener muchas raíces. Existen varias causas con tintes religiosos, políticos, control territorial, demostraciones de poder, ambición, envidia, intereses personales, etc. Muchas pueden ser las causas. En lo personal creo que una de ellas es la venganza.

Buscando el concepto de venganza encontré esta definición en Wikipedia:
La venganza consiste primordialmente en el desquite contra una persona o grupo en respuesta a una mala acción percibida, vengarse es "equilibrar la balanza", y ello tiene como consecuencia que muchos aspectos de la venganza se asemejen al concepto de justicia, haciendo que la diferencia entre los conceptos de venganza y justicia sean muy difusos.
La venganza en general persigue un objetivo más injurioso que reparador. Consiste en forzar a quien haya hecho algo malo en sufrir el mismo dolor que él infringió, o asegurarse de que esta persona o grupo no volverá a cometer dichos daños otra vez. Muchos creen que la venganza es un acto que causa placer a quien la efectúa, aunque otros consideran que no es placer lo que se siente, sino que es la sensación del restablecimiento de la salud del que se venga, ya que la venganza traslada el daño de la víctima hacia el atacante, lo que hace que la víctima se libere de aquella "molestia", acontecimiento el cual, al interpretarlo de manera incorrecta es llamado placer.

La violencia que genera la venganza no solo se traduce en guerras, asesinatos, peleas campales, también se puede traducir en otras acciones como las  críticas, los chismes, las calumnias y el descredito, lo cuales se pueden dar en otros niveles que afectan a la persona, es decir, la gran mayoría de las veces la venganza ataca las relaciones personales. Los motivos sobran: el alumno que se venga del maestro por un castigo o una mala nota, el subalterno que se venga de su jefe por un trato injusto, el esposo(a) que se venga de su pareja por una infidelidad… en fin, podría seguir enumerando más y más ejemplos sobre los motivos que produce la venganza, al final todo esto se traduce en una muestra de la decadencia del espíritu de la persona, lo cual demuestra su bajeza al recurrir a la venganza para desquitarse el sentimiento negativo que otro le causó.

Es una lástima darnos cuenta que estamos rodeados de personas que conviven con estas características y lo peor de todo es que muchos hacen alarde de su condición  en una sociedad ya sea política, familiar o religiosa. He sido testigo de cómo muchos se llaman a sí mismo “cristianos” y dicen estar cerca de Dios, asisten a las iglesias a darse golpes de pecho o bien a alabar al Señor en los cultos, leen la Biblia, la llevan bajo su brazo, y en muchos casos les gusta jugar el papel de jueces al señalar a otros sin tener pruebas fehacientes que respalden su juicio, simplemente haciendo conjeturas y tratando de amarrar cabos, que solo existen en su imaginación de una mente y espíritu desfigurado. Claro, muchas veces esta postura les sirve de una mera pantalla o escudo que les auto resguarda y que no les permite aceptar ni ver sus mismos errores.

Nadie en este mundo ha sido nombrado como juez de otro por parte de Dios para “juzgar” la espiritualidad de los demás y mucho menos para cometer actos de venganza.

Bien dicen que la violencia genera más violencia. Si no somos capaces de controlar este “cáncer” que está destruyendo a nuestra sociedad y a nuestras familias, nunca vamos a evolucionar como personas. Esta vida es una preparación para la eternidad.

No podemos obligar a los demás que se comporten como nosotros quisiéramos. Por ejemplo en una pareja en la que el amor se murió y que a pesar de los innumerables esfuerzos que se hayan podido hacer para rescatar esa relación y la violencia verbal y física comienza a surgir, es momento de tomar decisiones que conlleven a dejar las cosas por la paz y el bienestar de ambos y de los hijos que pueden verse afectados. De lo contrario las cosas podrían terminar en venganzas que al final dejarán muchas cosas que lamentar.

La biblia dice en el libro de Levítico 19:18
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo soy el SEÑOR”.

 Y en Romanos 12:18 y 19 dice:
Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres. Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de dios, porque escrito está: mía es la venganza, yo pagare, dice el señor”.

Está claro que la venganza no le corresponde al hombre, sino a Dios, mas sin embargo Dios es vengador pero también misericordioso que perdona y que ama. Lo seguro es que nunca llegaremos a alcanzar la perfección en el sentido de amar como Dios nos ama, pero si estamos obligados a imitar la actitud de Dios a través de su hijo Jesús, quien nos vino a enseñar que la paz se consigue con el perdón y el amor, y no con venganza y violencia.

Dios nos libre de vivir con personas que abrazan a la venganza.

Leyes y Reglamentos - Cumplirlos o no Cumplirlos

Hace algunos días atrás, tuve la oportunidad de adquirir una moto para mi esparcimiento personal. Ello me significaba gestionar una licencia específica para poder conducirla legalmente de acuerdo a lo exigido por la ley. Para tal propósito, requería prepararme para aprobar los exámenes tanto el práctico como el teórico, los cuales son requisito indispensable para obtener la licencia de conducción de motocicleta. El examen práctico no me preocupa mucho porque había estado practicando aproximadamente un mes en un recinto amplio y cerrado, sin salir a la vía pública. La preocupación era estudiar para familiarizarme y aprender la ley y sus reglamentos los cuales abarcan 126 y 265 artículos respectivamente, todo eso sin contar con la familiarización de más de 170 figuras de la señalización vial. Comencé la tarea de estudiar durante un aproximado de dos semanas. Realmente fue sorprenderme darme cuenta de todo lo que está escrito y estipulado en esas leyes y reglamentos. Cada uno de sus artículos está diseñado y muy bien pensado, no solo para poner las cosas en orden, sino que también para evitar accidentes y no tener victimas que lamentar.
Durante la lectura y asimilación de cada artículo,  iba tomando conciencia de cuán importante y vital es obedecer cada uno de ellos. Con tristeza venían a mi mente las malas noticias que a cada momento se dan a conocer sobre serios y  fatales accidentes de tránsito los cuales ocurren a diario en nuestro país… no somos la excepción, existen muchos otros lugares que padecen del mismo mal.
De acuerdo a las estadísticas de nuestro país en el año 2016, un total de 22,943 accidentes fueron registrados, eso significa que diariamente se producen 64 accidentes. Las cinco mayores causas son:
1a Invadir carril
2a Distracción del conductor
3a Irrespeto a la señal de prioridad
4a No guardar distancia reglamentaria
5a Velocidad inadecuada
Y como dato adicional conducir en estado de ebriedad es la 8 a causa.
Todas y cada una de estas causas están tratadas en las leyes y los reglamentos y diario son violadas y pasadas por alto por todos aquellos conductores que con conocimiento de su existencia, deciden hacer caso omiso a estas.
Lamentablemente la carencia de conciencia y responsabilidad de los conductores, la inexistencia de programas efectivos de educación vial, los débiles perfiles y programas con los que trabajan las Escuelas y Examinadoras de manejo autorizadas por  la misma ley, la existencia de multas frágiles, de las cuales las MUY GRAVES son penalizadas con un máximo de $57.14 y la poca o casi nada vigilancia de las autoridades para hacer cumplir las leyes y reglamentos, contribuyen al incremento de tantos accidentes de tránsito.
He podido apreciar y ser testigo de cómo en otros países se respeta las leyes y reglamentos establecidos más que los nuestros. Es impresionante observar de como los conductores detienen sus vehículos automotores  y ceden el paso a cualquier peatón, y no al revés, que los vehículos se encuentran estacionados en los lugares permitidos, de cómo se guardan las distancias reglamentarias entre uno y otro automotor,  que el mismo peatón respeta y cruza las vías en los pasos peatonales, de cómo se obedecen las señales de tránsito, de cómo la autoridad tiene presencia en cada lugar para vigilar y hacer que se cumpla lo establecido, de los altos montos monetarios que comprenden cada infracción, etc. Y aun así se tiene cifras que pueden ser un tanto alarmantes (por supuesto dependerá de la cantidad de habitantes de cada país). Por ejemplo se dice que solo en los Estados Unidos  todos los días un promedio de 112 mil personas recibe una multa de tránsito, 41 millones de conductores al año. El promedio de costo de una multa de tránsito es de $152 y puede variar dependiendo del tipo de infracción, el estado y los impuestos que se le agreguen. Lo que da un total anual en promedio de más de 6 mil millones de dólares. Un policía de tránsito puede recaudar hasta 300 mil dólares al año de multas para el estado y sólo el 5 por ciento de las multas son llevadas a una corte de tráfico.
A que quiero llegar con todo esto. Simplemente a aquel que lea esta publicación, tome conciencia de lo importante que significa el respeto a las leyes y a los reglamentos. El sometimiento a sus estipulaciones y a las autoridades de los cuales emanan, ello es la clave para tener un mejor país. Esto es parte de la paz que todos anhelamos. Tenemos derecho pero también responsabilidades, basta solamente cumplir.
La misma Biblia habla de ello. En el nuevo testamento, en la carta de Pablo a los Romanos en el capítulo 13 versículo 1 encontramos lo siguiente: “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas”  y en la carta de Pablo a Tito en el capítulo 3, versículo 1 dice: “Recuérdales que estén sujetos a los gobernantes, a las autoridades; que sean obedientes, que estén preparados para toda buena obra”.
Si somos obedientes y respetuosos de lo plasmado en las leyes y reglamentos, habremos contribuido a tener menos accidentes y salvar vidas, que al igual que nosotros, los demás tienen derecho a vivir en paz y tranquilada.


Nuestra Existencia - Una Misión de vida


La existencia del ser humano puede ser tan corta como un suspiro o tan prolongada como la permanencia de nubes en un cielo despejado, hasta que el viento y las condiciones climáticas así lo permitan.
Nuestra existencia cobra sentido cuando servimos a los demás y contribuimos a crear mejores climas de vida en los ambientes en los cuales nos movemos.
Cada día trae consigo nuevos retos y nuevas necesidades. Todos los días conocemos nuevas personas, diferentes ambientes. Todo ello representa incalculables oportunidades de servir, de ser útiles y de hacer la diferencia.
Ojalá que todos cumpliéramos el rol para o cual fuimos creados y que al cruzarnos en la vida de los demás, dejemos siempre huella positiva y no lo contrario.

Venimos a este mundo no solo para nacer, crecer, reproducirnos y morir. Nuestra presencia en esta vida representa algo mucho más profundo y va más allá de lo que podemos imaginar. Estamos aquí no solo para pasar el momento y ser felices, también estamos aquí para ayudar a los demás.

Debemos estar siempre preparados y listos para responder ante las adversidades y necesidades que la vida nos plantea, dando siempre muestras de fe, esperanza, amor y paz, y sobre todo, muestras de confianza en Dios y en nosotros mismos.
A continuación te comparto esta hermosa reflexión de Pablo Coelho que ejemplifica lo que aquí estoy tratando de expresar:

Nadie se cruza por azar en tu vida

<<Nadie se cruza por azar, las personas entran en tu vida por una razón, por una estación o por una vida entera. Cuando percibas el motivo, vas a saber qué hacer con esa persona.

Cuando alguien está en tu vida por una razón, es generalmente, para llenar la necesidad que ha demostrado tener, ellas vienen para ayudarte con una dificultad, proporcionando apoyo y orientación, ayuda física, emocional o espiritual. Podrán parecer un regalo de Dios y lo son.

Entonces sin ninguna actitud errónea de tu parte o en una hora incierta, esa persona dirá o hará alguna cosa para que la relación llegue a su fin, lo que debemos entender es que nuestras necesidades han sido atendidas, nuestros deseos cumplidos y el trabajo de ellos hecho.

Cuando las personas entran en nuestras vidas por una estación; es porque llegó a su vez repartir, crecer y aprender. Ellas traen la experiencia de la paz y te hacen reír, ellas te podrán enseñar algo que nunca ha hecho>>

Ambición, Corrupción y Poder: Tres "valores" comprados con vergüenza, lágrimas y sangre.










Millonario coreano se suicida
Corrupción: Conozca por qué el Vicepresidente del Grupo Lotte, el quinto mayor conglomerado de Corea del Sur, terminó con su vida.

Empresario y ex fiscal general en el banquillo
Ayer no fue una audiencia normal. No todos los días llega un empresario, dueño de aviones, o un ex fiscal general en calidad de acusados.

Ambición, Corrupción, Opulencia, Poder, etc. Todos estos males se han hecho realidad desde el inicio de la humanidad. Cada día y a cada hora nos desayunamos noticias sobre la avaricia de las personas, muchos incluso se vuelven asesinos y matan con tal conseguir control y poder. Muchos otros son seducidos por la ambición del poseer.

¿Hasta dónde vamos a llegar?

Tenemos que recuperar el valor de las cosas sencillas, de aquellas que no se pueden comprar con el dinero: la ternura y el amor de una madre, el cuidado y protección de un padre,  la mirada  y  un abrazo sincero de un buen amigo, la solidaridad y el acompañamiento de aquel que te estima y que cree en ti, ver salir el sol cada mañana, disfrutar las inocentes  travesuras de los hijos, leer un buen libro, degustar  una buena comida aunque sea sencilla pero preparada con dedicación y esmero, en fin… poder aprecia las cosas buenas que la vida nos da, porque lo más seguro es que la vida terrenal es efímera y tenemos poco tiempo para “sembrar un árbol, “escribir el libro de nuestras vidas” y dejar huellas  como Estelas en el cielo.

La palabra de Dios es rica, mayor que cualquier tesoro, en ella encontramos la enseñanza que necesitamos para poder vivir y tener vida en abundancia. En ella encontramos la revelación del saber vivir.

  • El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece. Proverbios 13:11
  •  Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.» Hebreos 13:5
  • No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. Proverbios 23:4
  • Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. 1 Timoteo 6:9
  • Quien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es absurdo! Eclesiastés 5:10
  • A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos. 1 Timoteo 6:17
  •  Ciudad amurallada es la riqueza para el rico, y éste cree que sus muros son inexpugnables. Proverbios 18:11
  • Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale adquirir inteligencia que plata. Proverbios 16:16
  • Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación. Proverbios 22:1

Y les dijo: Estad atentos y guardaos de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes.  También les refirió una parábola, diciendo: La tierra de cierto hombre rico había producido mucho. Y pensaba dentro de sí, diciendo: "¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas?" 
Entonces dijo: "Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes.  "Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete."  Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?" 
Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios. Y dijo a sus discípulos: Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. Porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que la ropa. Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; no tienen bodega ni granero, y sin embargo, Dios los alimenta; ¡cuánto más valéis vosotros que las aves! ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Si vosotros, pues, no podéis hacer algo tan pequeño, ¿por qué os preocupáis por lo demás? Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¡cuánto más hará por vosotros, hombres de poca fe! Vosotros, pues, no busquéis qué habéis de comer, ni qué habéis de beber, y no estéis preocupados. Porque los pueblos del mundo buscan ansiosamente todas estas cosas; pero vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas. Mas buscad su reino, y estas cosas os serán añadidas. No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino. Vended vuestras posesiones y dad limosnas; haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro en los cielos que no se agota, donde no se acerca ningún ladrón ni la polilla destruye. Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón. Lucas 12, 15-34.


La Confianza

Son muchas (demasiadas) las noticias que a diario vemos en los medios informativos respecto a homicidios en todo el mundo. Es verdaderamente impresionante la cantidad de personas que fallecen todos los días a manos de la delincuencia. En mi país El Salvador no es la excepción. Los salvadoreños nos levantamos desayunándonos una buena ración diaria de noticias que expresan la cantidad de violencia que envuelve esta nación. Los datos oficiales del recién pasado año (2015) indican que en octubre ocurrieron 676 homicidios y se dieron 22.7 asesinatos en promedio. En el mes de septiembre se presentaron 685 muertes violentas con un promedio diario de 22.8. En agosto, catalogado como el mes más violento se produjeron 918 homicidios, el promedio es de 24.3 diarios. A esto habría que sumar otra cantidad de personas que todos los días desaparecen y que no forman parte de las estadísticas, sino hasta que son encontradas sin vida. Con el pasar de los días nos damos cuenta que esta situación de violencia no se detiene ni mucho menos termina. Por el contrario va en aumento. Nuestra autoridades se ven minimizadas en su esfuerzo por combatir esta barbarie en la que estamos envueltos. El temor de salir a la calle crece pues no sabemos si nosotros iremos a formar parte de esas estadísticas. Claro está que una buena cuota de prudencia debe rodear nuestra existencia diaria y poner en práctica medidas que nos permitan disminuir nuestra exposición a este ambiente inhumano de violencia.

El salvadoreño común, honesto y honrado muy poco puede hacer para acabar con la delincuencia. Le corresponde guiar y educar correctamente a sus hijos, respetar las leyes, salir a trabajar honestamente y contribuir a promulgar un ambiente de armonía y de paz. El que se levanta todos los días en busca del sustento diario le queda solamente encomendarse a Dios y salir confiando. 

Personalmente creo que la angustia y el temor se debe en parte a la falta de confianza. Las personas debemos, ante las adversidades, buscar el sentirnos más tranquilos y confiados. Cuando en nuestro interior logramos confianza, la duda y el temor se ven disminuidos. Buscado algunas definiciones de la palabra confianza encontré lo siguiente:

Esperanza firme o seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o una cosa va a funcionar como se desea. 
Seguridad en uno mismo o en las propias cualidades. 

Ánimo, decisión o valor para obrar. 

Quise escribir sobre el tema de La Confianza porque recientemente me compartieron un hermoso salmo que habla sobre esto, y cuando lo leí, sentí que era oportuno compartirlo, especialmente en estos momentos que vivimos los salvadoreños y otras personas en el mundo. Me refiero al salmo 27. 

En este hermoso salmo David pide al Señor que lo libre de sus violentos enemigos. Similar a los Salmos 9, 10 y 40 que comienzan con un himno de acción de gracias antes de la petición. El salmo 27 comienza con un canto de confianza (versículo del 1 al 6), seguido de una oración de liberación (versículos del 7 al 13). El versículo 14 no es parte del canto personal ni de la oración, pero invita a la congregación a unirse a su rey y esperar en el Señor. Primero David profesa que Dios libra de los enemigos (versículos del 1 al 3) y entonces habla de buscar a Dios en su santuario, ofreciéndole sacrificios que le honren como Rey (versículos del 4 al 6). La oración tiene dos partes: 

1. La petición a Dios de que no le abandone, sino que lo favorezca (versículos 7 al 10); y

2. Específicamente, le pide liberación (versículos del 11 al 13).

En lo personal me gusta mucho este salmo, creo que recordarlo a diario y decirlo como parte de una oración personal logrará crear en nosotros esa confianza que necesitamos. Quizá para muchos sería un tanto difícil aprendérselo de memoria en su totalidad, por lo que recomiendo es que lo leas completo unas cuantas veces, reflexionando en cada una de sus palabras y memorices solo una parte, los tres primeros versículos, los cuales puedas incluir en tu oración diaria. Al hacerlo, por añadidura, recordaras el resto. Aquí tienes los tres primeros versículos:

El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? 

Cuando para devorar mis carnes vinieron sobre mí los malhechores, mis adversarios y mis enemigos tropezaron y cayeron. 

Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado.

Lectura de Biblia en las Escuelas

Recientemente en mi país se ha vuelto a realizar un nuevo intento por incorporar la lectura de la Biblia en las escuelas con la idea de buscar una paliativa a la pérdida de valores, la cual es una constante que marca a muchos de nuestros jóvenes. En uno de los periódicos digitales locales se exponía la siguiente nota periodística la cual comparto: El diputado del PCN Antonio Armendáriz presentó esta mañana una petición para que el Ministerio de Educación incorpore en su plan educativo la religión como materia. A criterio de Armendáriz, la propuesta es parte de una solución para el auge de la delincuencia, ya que -a su juicio- la Biblia es una herramienta para el cambio de las futuras generaciones. "Se ha visto que en muchos penales dónde se incorpora la lectura de la Biblia se desarrolla un cambio y hoy son predicadores", remarcó el pecenista, quien destacó el trabajo de la religión en los últimos años. La iniciativa, denominada "Ley de Lectura de Biblia en escuelas", no es la primera de este tipo que se presenta en el pleno. El año pasado ARENA intentó -sin éxito- introducir la lectura religiosa en el plan educativo. Armendáriz aclaró que su propuesta surge como contraparte ante la eliminación de la materia de la currícula escolar: Moral y Cívica, a través de la cual se formaría a niños y jóvenes sobre las buenas prácticas y los valores. Por su parte, el diputado del FMLN Misael Mejía consideró que la propuesta debe ser discutida ampliamente para no generar problemas de creados por la versión de Biblia que sea implementada. De la misma opinión es la diputada de ARENA, Margarita Escobar, quien expresó que la propuesta tendrá que ser analizada en la Comisión desde diferentes vertientes a fin de que se incorporen otras medidas integrales. La pieza de correspondencia tendrá que ser estudiada por los diputados para definir la comisión encargada para su análisis. Aquí el link de la nota 
http://www.lapagina.com.sv/nacionales/113779/2016/01/14/Proponen-lectura-de-la-Biblia-en-escuelas

Antes que nada debo aclarar a los lectores que mi pretensión no es introducir temas políticos en este Blog, sino más bien, reflexionar sobre lo delicado que puede ser el tema de incorporar la lectura de la Biblia en las escuelas. Si se pusiera en práctica esta ley, no me preocuparía el debate sobre la versión a escoger (si corresponde a la biblia católica o a la protestante) porque al final se puede llegar al acuerdo de utilizar solo el nuevo testamento, el cual es común en ambas versiones y además este encierra todas las enseñanzas de Jesús sobre el amor, el perdón, la paz, la justicia y el hacer el bien a los demás, valores que estamos necesitando con urgencia en nuestro sufrido país. Mi preocupación más bien, es sobre quien o quienes serían los encargados de su interpretación, pues no basta solo la lectura, sino más bien, que se escojan personas que estén lo suficientemente preparadas y que  puedan interpretarla y transmitir las enseñanzas de una manera objetiva, sin adulterar la Palabra y sin ninguna clase de vicios ocultos.

El interpretar la Biblia y transmitir sus enseñanzas no es solo de “soplar y hacer botellas” como dice un dicho popular, incluso el soplar y hacer botellas requiere del uso de una técnica adecuada, enseñanza y preparación junto con largas horas de práctica para llegar a ser un maestro. Hasta en la misma Biblia encontramos pasajes sobre la importancia de tener alguien que interprete la Palabra, por ejemplo en el libro de Los Hechos de Los Apóstoles en el capítulo 8 versículos del 27 al 29 encontramos lo siguiente: “…y he aquí, había un eunuco etíope, alto oficial de Candace, reina de los etíopes, el cual estaba encargado de todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar. Regresaba sentado en su carruaje, y leía al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Ve y júntate a ese carruaje. Cuando Felipe se acercó corriendo, le oyó leer al profeta Isaías, y le dijo: ¿Entiendes lo que lees? Y él respondió: ¿Cómo podré, a menos que alguien me guíe? E invitó a Felipe a que subiera y se sentara con él”. El etíope de esta narración pudiera representar a tantos jóvenes y personas que hoy en día conocen poco o nada de la Biblia y de lo que esta enseña, requiriendo de personas instruidas y preparadas como Felipe para que ayuden a la enseñanza de la Palabra.

Es necesario además dejar claro que la enseñanza de la Palabra y de los valores, no solo es responsabilidad de los gobiernos, sino también de los padres de familia, los cuales deben desde el seno del hogar educar a los hijos especialmente cuando están pequeños para que cuando sean grandes no olviden y practiquen la buena fe y la buena convivencia. En el libro de los proverbios, capítulo 6, versículos del 21 al 23 encontramos: “Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre; átalos de continuo en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Cuando andes, te guiarán; cuando duermas, velarán por ti; y al despertarte, hablarán contigo. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción…”.


Por tanto, debemos aprender a velar y enseñar por lo valores en casa y no esperar a que nuestros gobernantes se vean desesperados buscando medidas de corrección, las cuales podrían verse frustradas en su aplicación por esos “estiras y encoges” con tintes políticos que cansan y desgastan mientras el tiempo pasa y nuestra juventud se pierde en una vorágine de pérdida de valores y derramamiento de sangre sin sentido.

Autor: Mario Gutiérrez

Habitantes en la Luna

Cuando mi pequeña hija comenzó su año escolar, entre sus primeras tareas fue la de crear un historieta de un científico. Ella sabe que me gusta crear historias y escribir, por lo cual me solicitó que le ayudará con su tarea y al hacerlo me basé en uno de sus sueños de vida. Siempre me ha dicho que cuando sea grande quiere ser astronauta e ir a la Luna y crear el oxígeno en ella para que pueda ser habitada. He aquí la historia:

Habitantes en la Luna
Karloff Page era un científico Escoses. Un día se puso a pensar que ya no cabíamos en la Tierra por lo cual teníamos que buscar otro planeta en donde habitar. Se recordó que el lugar más cercano a la Tierra era la Luna, pero esta no tenía las condiciones básicas para vivir en ella especialmente porque le falta el oxígeno para poder respirar. Entonces, se propuso el mayor reto de su vida: “Crear oxígeno en la Luna”.
Para ello se puso a pensar y recordó que las plantas producen oxígeno a través de la fotosíntesis.
Entonces consiguió todas las macetas que pudo y en ellas plantó varias semillas que al crecer se convertirían en árboles gigantescos y frondosos los cuales producirían mucho oxígeno.
Cuando las semillas comenzaron a germinar, Karloff dispuso que ya era el momento oportuno para viajar a la Luna. Sacó todos sus ahorros del banco y compró muchos boletos para los viajes que haría. Llegada la fecha del primer vuelo empacó sus maletas, juntó todas las macetas y con ellas llevó un soplete. Al llegar a la Luna, distribuyó las macetas en diferentes lugares, tomó un trozo de hielo (se dice que en la Luna lo hay) y lo derritió con el soplete, con ello pudo regar las pequeñas plantitas que habían crecido en las macetas. Karloff viajó varias veces a la Luna para regar sus plantas. Estas fueron creciendo con el tiempo y arraigándose cada vez más al suelo lunar convirtiéndose en arboles gigantescos, robustos y muy frondosos, los cuales comenzaron a producir mucho oxígeno. Esto permitió que muchas personas comenzaran  habitar la Luna… Y así fue como Karloff Page, creo el oxígeno en la Luna.

Les comparto esta historia porque detrás de ella hay una hermosa verdad. Es acerca de soñar y de la capacidad que tenemos en hacerlo, y no me refiero a los sueños que se producen al dormir, me refiero a los sueños de esas  aspiraciones que todos tenemos. Estos sueños se deberían producir motivados por los deseos de alcanzar metas, de obtener logros en la vida. Muchos sueñan con ser grandes estrellas del deporte, excelsos cantantes y actrices, grandes bailarines, reconocidos profesionales, otros con tener mucho dinero o quizá sueñan con adquirir una casa, formar una familia, conquistar a la persona de su vida. El soñar debería representar esa catapulta que todos necesitamos para lograr nuestras aspiraciones, nos debería de permitir fijar nuestros objetivos en la vida. Si soñamos y deseamos, nuestra vida se inspira y se motiva, nuestra fe crece y nuestras ganas de vivir se incrementan.

Martin Luther King Jr. En su discurso pronunciado el 28 de agosto de 1963, dijo su famosa frase: Yo tengo un sueño (I Have a Dream). Martin se refería a su deseo que en el futuro la gente de raza negra y blanca llegarían a coexistir en armonía y verse como iguales. A la fecha este sueño se cumplió.

Rick Warren (Pastor Evangélico) dice: “Hay personas comunes comprometidas con grandes sueños. Cuando te comprometes con un gran sueño, este saca algo de ti y te ayudará a ser más grande de lo que llegarías a ser de cualquier otra forma”.

Dios tiene grandes sueños para nosotros, mira lo que dice la Biblia en el libro de Jeremías 29:11 “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.”

El sueño de Dios para nosotros es personal. Sólo nosotros mismos podemos cumplir el propósito que Dios ha planeado para nosotros.

Por tanto les invito a que no dejen de soñar. Lo mismo le digo a mi hija, la motivo a que siga soñando y que cumpla con uno de sus sueños: ser una astronauta y que cuando llegue a la Luna lleve muchas plantitas para que las siembre en la Luna y que estas puedan producir mucho oxígeno para poder habitarla.


Dedicado con todo mi amor y cariño a mi hija Daniella

Autor: Mario Gutiérrez


Digan lo que Digan!

Recientemente tuve la oportunidad de volver a escuchar la reconocida canción “Digan lo que Digan” la cual fue interpretada por primera vez en 1968 por el cantante español Raphael, cuya letra es autoría del cantante y compositor de origen también español, Manuel Alejandro.

Aquí la letra de la canción:
Más dicha que dolor hay en el mundo
más flores en la tierra que rocas en el mar
hay mucho más azul que nubes negras,
y es mucha más la luz que la oscuridad.

Digan lo que digan, digan lo que digan, digan lo que digan, los demás!

Son muchos, muchos más los que perdonan
que aquellos que pretenden a todo condenar.
La gente quiere paz y se enamora
y adora lo que es bello nada más.

Digan lo que digan, digan lo que digan, digan lo que digan, los demás!

Hay mucho, mucho más amor que odio.
Más besos y caricias que mala voluntad.
Los hombres tienen fe en la otra vida
y luchan por el bien, no por el mal.

Digan lo que digan, digan lo que digan, digan lo que digan, los demás!

Han pasado 47 años desde que se estrenó esta canción y si hago una comparación de lo que su letra dice con la situación que vive nuestro mundo, me lleno de asombro y pienso: - En tan solo cuatro décadas la humanidad se ha degradado notablemente. Pareciera que hoy en día es más el dolor que la dicha, que son menos los que perdonan y más los que esclavizan, que hay más odio que amor y que la mala voluntad sobrepasa al amor y a las caricias. Pareciera que los hombres han perdido la fe y la esperanza, y que el mal triunfa sobre el bien-. Pero me niego a pensar que esto es así. Quiero en verdad creer que somos muchos más los que deseamos la paz, que somos más los que nos enamoramos y adoramos lo que es bello. Quiero pensar que somos más lo que valoramos la vida que la muerte. Pienso que en este mundo en que vivimos se aplica la famosa ley de Pareto: “El 20% de las personas no tienen fe y causan el 80% de la desesperanza”.

Amados hermanos ya es tiempo que despertemos del letargo que nos tiene esclavizados y sumergidos. Ya no seamos cristianos inertes. Como verdaderos hijos de Dios debemos actuar. El mundo está necesitado de amor. A las personas les hace falta una dosis de paz. Seamos pues imitadores de la persona de Cristo, quien vino a amar y no a odiar, quien vino a perdonar y no a condenar.

Ya es tiempo de abrir nuestras puertas y salir de la oscuridad a la luz. Ya es tiempo de comenzar a demostrar amor no importando que te critiquen los demás, aunque la ley y los parámetros del mundo en que vivimos indiquen lo contrario. Simplemente hagámoslo y de ahora en adelante tan solo perdona, digan lo que digan. Ríe, digan lo que digan. Baila, digan lo que digan. Da al que necesita, digan lo que digan. Visita al enfermo, digan lo que digan.

Tan solo ama, digan lo que digan!

Autor: Mario Gutierrez

Descifrando las Claves Secretas del Enemigo

Durante el desarrollo de las contiendas o batallas militares tanto en tiempos antiguos (siglo v a.C.) como en los contemporáneos (Primera y Segunda guerra mundial) el uso de mensajes secretos u ocultos fue de gran valor. Con ellos se lograba enviar información crítica entre miembros de un mismo bando que permitía compartir fechas y lugares de los ataques, blancos a destruir, etc. Dada la importancia de dichos mensajes, estos no podían caer en manos del oponente porque daba la oportunidad de prepararse y contrarrestar al enemigo llevándolo a una derrota segura. Para ocultar el contenido de los mensajes se tuvo que emplear diferentes métodos y formas para lograrlo, es así como se desarrolló la ciencia de la Criptografía. En ella existen distintos métodos, en donde el más común es el cifrado. Esta técnica enmascara las referencias originales de la lengua por un método de conversión gobernado por un algoritmo que permita el proceso inverso o descifrado de la información.

En el combate espiritual también existe la manera de descubrir todos los mensajes ocultos o encriptados (cifrados) que el enemigo utiliza para atacarnos, así como poder descubrir quiénes son los miembros que componen su ejército. Me refiero al discernimiento espiritual. El Discernimiento es la habilidad de discernir, o sea, distinguir una cosa de la otra. En nuestro caso el discernimiento de espíritus es saber diferenciar un espíritu malo de uno bueno, es saber reconocer cuando un acto de alguien es positivo o mal intencionado, también se refiere a conocer la diferencia cuando una situación es de beneficio o dañina. Este discernimiento es un don que el Espíritu Santo nos da. “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas” (1ª.Co 12:7 -10).

Tenemos entonces que pedir este discernimiento al Espíritu Santo para que de acuerdo a su gracia nos lo de. No bastará con solo tenerlo, hay que desarrollarlo y fortalecerlo cada vez más. La mejor manera de hacerlo es a través de la práctica del ayuno, la oración y la lectura de la Palabra. Un ejemplo de esto lo podemos apreciar en el inicio de la vida de predicación de nuestro Señor Jesucristo, cuando después de ser bautizado por Juan el bautista fue conducido por el Espíritu al desierto y por espacio de cuarenta días con sus noches, practicaba el ayuno y la oración. Esta práctica y disciplina le permitió a Jesús combatir con eficacia a Satanás y derrotar cada una de sus tácticas (Lc. 4:1-13). Nuestro Señor nos enseñaría esta misma práctica cuando le llevaron un joven que tenía un espíritu que lo perturbaba. “Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. El les preguntó:

— ¿Qué disputáis con ellos?—

Y respondiendo uno de la multitud, dijo:

—Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron—

Y respondiendo él, les dijo:

— ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo—


Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre:

— ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? —

Y él dijo:

—Desde niño, y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos —.


Jesús le dijo:

— Si puedes creer, al que cree todo le es posible —.

E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo:

— Creo; ayuda mi incredulidad—

Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole:

—Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él—


Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndolo con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían:

—Está muerto —.

Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte:

— ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? —

Y les dijo:

—Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno” (Mc 9:14-29).

Ya antes de este suceso, los discípulos habían recibido de parte de Jesús el empoderamiento necesario para realizar la misión que a todos ellos les había sido encomendada. Expulsaban demonios, predicaba y sanaban a los enfermos (Mc 6:7-12). Ellos llevaron a cabo esta encomienda, pero se enfrentarían con una situación muy particular: no habían podido expulsar el demonio de aquel muchacho.

El espíritu que lo poseía era un demonio “sordo y mudo” como Jesús lo mencionaría. Por ambas características, este espíritu era muy diferente a los otros con los cuales los discípulos se habían tenido que enfrentar antes y ellos no pudieron expulsarle porque les faltó el discernimiento necesario para descubrir esas características y poder expulsarle. Cuando los discípulos le preguntaron a Jesús al respecto, vemos su respuesta —Este género de demonios con “nada” puede salir, sino con oración y con ayuno—. Si los discípulos hubieran discernido esto mismo hubieran sido efectivos expulsando al demonio en cuanto les llevaron al muchacho.

Como vemos, el discernimiento espiritual o de espíritus nos permite ver más allá de nuestros sentidos naturales. Con el podemos percibir y ver a los enemigos ocultos y sus actividades para poder combatirlas con eficacia. Al discernimiento podríamos llamarlo “un sexto sentido”.

Tomado de mi libro LISTO PARA VOLAR - UN LLAMADO A LA LIBERTAD.

Autor: Mario Gutiérrez

Una llamada Inesperada

Recientemente leí una noticia sobre el papa Francisco. En ésta se decía que el papa llamó a un italiano enfermo para consolarlo. El pontífice tiene la costumbre de llamar a personas enfermas y les dice ``Hola, soy el papa Francisco'' cuando atienden el teléfono. Según la publicación, el interlocutor, Franco Rabuffi, colgó dos veces pensando que se trataba de una broma. Al tercer llamado se dio cuenta de que era el pontífice y se quedó sin habla. Francisco le dijo a Rabuffi que le había resultado divertido, y los invitó a él y a su esposa a la audiencia pública del miércoles en la Plaza de San Pedro, donde los abrazó y les aseguró que había sido él quien lo había llamado.

Traigo a colación dicha noticia porque es sorprendente lo que este papa hace a diferencia de sus antecesores. Me recuerda las cosas que el mismo Jesús acostumbraba a realizar; por donde quiera que iba hacía llamados, a muchos los llamó por su nombre. Tal forma de llamar era tan impactante para algunos que terminaban siguiéndole motivados por una fuerza de atracción impresionante. Sabemos hoy, que esa fuerza no es nada menos que la presencia del Espíritu Santo. Jesús acostumbraba a recorrer muchos caminos y por donde quiera que pasaba dejaba su estela, una huella imborrable. Jesús al igual que ayer, sigue pasando hoy por nuestros caminos, frente a nosotros, llamándonos por nuestros nombres, invitándonos a seguirle, a estar con él, a convivir con él. Claro no lo podemos ver físicamente, pero ¿cómo lo hace? Lo hace a través de nosotros.

Nosotros tenemos esa presencia divina, la presencia del Espíritu Santo de Dios. Ya lo decía pablo: ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? (1ª Co. 3:16). Si cada quien fuera consiente de esa presencia en su interior y la alimentara cultivándola con el estudio de la Palabra de Dios y haciéndola vida, tal como el mismo Jesús la hizo; andaría por ahí sorprendiendo a todos, llamándolos por su nombre, tendiéndole sus mano para ayudar a aquellos que están enfermos, necesitados, encarcelados o hambrientos.

Nuestro mundo, nuestro país, la colonia en donde vivimos, nuestro lugar de trabajo, los círculos que acostumbramos frecuentar, todos ellos están llenos de personas con necesidades de afecto, atención y cariño. Nuestro mundo necesita de personas que al igual que Jesús y que Francisco, sorprenden a cada momento con sus acciones y llamadas de amor.

Este llamado es para todos, a que pongamos en práctica nuestro espíritu de solidaridad con el que lo necesita. Nuestro mundo lo requiere. Ya basta de tanto egoísmo, indiferencia y violencia. Aprendamos a sorprender a los demás llamándolos por sus nombres, abriendo nuestros brazos y con ello dando a conocer que sí se puede vivir y hacer de este lugar en donde estamos, un mundo mejor para vivir.

Autor: Mario Gutiérrez

Signos de la Resurrección

El primer día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra que cerraba la entrada del sepulcro había sido removida. 

Fue corriendo en busca de Simón Pedro y del otro discípulo a quien Jesús amaba y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto."

Pedro y el otro discípulo salieron para el sepulcro.

Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Como se inclinara, vio los lienzos tumbados, pero no entró. Pedro llegó detrás, entró en el sepulcro y vio también los lienzos tumbados. El sudario con que le habían cubierto la cabeza no se había caído como los lienzos, sino que se mantenía enrollado en su lugar. Jn 20:1-7

Reflexión: La resurrección de Cristo Jesús es el símbolo de amor y de victoria más grande de la humanidad. Jesús dio la vida por nosotros, por el perdón de nuestros pecados y por darnos la vida eterna. Pero esta resurrección sería en vano si nosotros no reconocemos el valor que ello tiene en nuestra vida de cristianos. Es necesario no solo morir con él, sino que además vivir con él. Y para poder vivir con él debemos ser parte de esta resurrección, ¿Cómo? Dando signos de resurrección. A continuación tres signos que debemos practicar:

1er. Signo: Despojarnos de nuestra vida pasada.
Los lienzos o envolturas del cuerpo. Estas se quedaron en el sepulcro. Representa el despojarnos del "hombre viejo"

Como ustedes saben, todos nosotros, al ser bautizados en Cristo Jesús, hemos sido sumergidos en su muerte. Por este bautismo en su muerte fuimos sepultados con Cristo, y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre, así también nosotros empezamos una vida nueva. Una representación de su muerte nos injertó en él, pero compartiremos también su resurrección. Como ustedes saben, el hombre viejo que está en nosotros ha sido crucificado con Cristo. Las fuerzas vivas del pecado han sido destruidas para que no sirvamos más al pecado. Rm. 6:3-6

2º. Signo: Revestirnos con una nueva vida.
Se les pidió despojarse del hombre viejo al que sus pasiones van destruyendo, pues así fue su conducta anterior, y renovarse por el espíritu desde dentro. Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad. Por eso, no más mentiras; que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte del mismo cuerpo. Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les dure hasta la puesta del sol, pues de otra manera se daría lugar al demonio. El que robaba, que ya no robe, sino que se fatigue trabajando con sus manos en algo útil y así tendrá algo que compartir con los necesitados. No salga de sus bocas ni una palabra mala, sino la palabra que hacía falta y que deja algo a los oyentes. No entristezcan al Espíritu santo de Dios; éste es el sello con el que ustedes fueron marcados y por el que serán reconocidos en el día de la salvación. Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad. Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en Cristo. Efe 4:22-32

3er Signo: Enseñar y Compartir.
Y les dijo: "Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se niegue a creer se condenará. Estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas; tomarán con sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos. Mc 16:15-18

Autor: Mario Gutiérrez

Como se Mide la Vida



La vida no se mide anotando puntos, como en un juego.
La vida no se mide por el número de amigos que tienes,
ni por cómo te aceptan los otros.

No se mide según los planes que tienes para el fin de semana
o por si te quedas en casa sólo. No se mide según con quién sales,
con quién solías salir, ni por el número de personas con quienes
has salido, ni por si no has salido nunca con nadie.

No se mide por las personas que has besado. No se mide por la
fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca
de coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.

No se mide ni por lo guapo ni por lo feo que eres,
por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos,
ni por el tipo que música que te gusta.
La vida simplemente no es nada de eso.

La vida se mide según a quién amas y según a quién dañas.
Se mide según la felicidad o la tristeza que proporcionas
a otros. Se mide por los compromisos que cumples y las
confianzas que traicionas.

Se trata de la amistad, la cual puede usarse como algo sagrado
o como un arma. Se trata de lo que se dice y lo que se hace
y lo que se quiere decir o hacer, sea dañino o benéfico.

Se trata de los juicios que formulas, por qué los formulas
y a quién o contra quién los comentas. Se trata de a quién
no le haces caso o ignoras adrede. Se trata de los celos,
del miedo, de la ignorancia y de la venganza.

Se trata del amor, el respeto o el odio que llevas dentro de ti,
de cómo lo cultivas y de cómo lo riegas. Pero por la mayor parte,
se trata de sí usas la vida para alimentar el corazón de otros.

Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros
y esas decisiones son de lo que se trata la vida. Hacer un amigo
es una gracia. Tener un amigo es un don. Conservar un amigo
es una virtud. Ser un amigo es un honor y un privilegio.

Autor: (desconocido)

Los Triunfadores



A veces los triunfadores no son aquellos a los que todo el mundo aplaude y reconoce. No son los que construyeron grandes obras, dejaron constancia de su liderazgo o viajaron, en primera clase.

A veces los triunfadores no son los administradores geniales, ni los visionarios del futuro o los grandes emprendedores. Por ello, tal vez no los reconoceríamos en medio de tanto pensador, filósofo o tecnólogo, que supuestamente conducen a este mundo por la senda del progreso.

A veces el triunfador no es el negociador internacional, o el hacedor de empresas de clase mundial o el deslumbrante estadista que asiste a reuniones cumbre. No es el que se afana por exportar mucho, sino el que todavía se importa a sí mismo.

Porque el triunfador puede ser también el que calladamente lucha por la justicia, aunque no sea un gran orador o un brillante diplomático.

El triunfador puede ser igualmente el que venció la ambición desmedida y no fue seducido por la vanidad o el poder.

Es triunfador puede ser el que no viajó mucho al extranjero, pero que con frecuencia hizo travesías hacia el interior de sí mismo para dimensionar las posibilidades de su corazón.

Es el que quizás nunca alzó soberbio su mano en el pódium de los vencedores, pero triunfó calladamente en su familia y con sus amigos y los cercanos a su alma.

Es, quizá, el que nunca apareció en las páginas de los periódicos, pero sí en el diario de Dios; el que no recibió reconocimientos, pero siempre obtuvo el de los suyos; el que nunca escribió libros, pero sí cartas de amor a sus hijos y el que pensó en redimir a su país a través de la asfixiante aventura de su trabajo común y rutinario y aquel que prefirió la sombra, porque, finalmente, es tan importante como la luz.

A veces el triunfador no es el que tiene una esplendorosa oficina, ni una secretaria ejecutiva, ni posee tres maestrías; no hace planeación estratégica ni elabora reportes o evalúa proyectos, pero su vida tiene un sentido, hace planes con su familia, tiene tiempo para sus hijos y encuentra fascinante disfrutar de la hermosa danza de la vida.

A veces el triunfador no es el que pasa a la historia, sino el que hace posible la historia; el que encuentra gratificante convencer y no sólo vencer y el que de una manera apacible y decidida lucha por hacer de este mundo un mejor lugar para vivir.

El que sabe que aunque sólo vivirá una vez, si lo hace con maestría, con una vez le bastará.

A veces el triunfador no tiene que ser el que construyó grandes andamiajes y estructuras administrativas, pero supo cómo construir un hogar; no es el que tiene un celular, pero platica con sus hijos, no tiene e-mail, pero conoce y saluda a sus vecinos, no ha ido al espacio exterior, pero es capaz de ir hacia su espacio interior y sin haber realizado grandes obras arquitectónicas, supo construirse a sí mismo y fue, como dice el poeta, el cómplice de su propio destino.

A veces el triunfador suele ser Teresa de Calcuta, o Francisco de Asís o Nelson Mandela, o tal vez la enfermera callada, el obrero sencillo y el campesino olvidado, porque como personas triunfaron sobre la apatía o el desencanto y con su esfuerzo cotidiano establecieron la diferencia.

A veces el triunfador puede ser el carpintero pobre de un lugar ignorado, o una mujer sencilla de pueblo o un niño humilde que nació en un pesebre, porque no había para él lugar en la posada...


Por Rubén Núñez de Cáceres
De su libro: Para aprender la Vida