Nuestra mejor fragancia.

 
clip_image002Seis días antes de la Pascua fue Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Allí lo invitaron a una cena. Marta servía y Lázaro estaba entre los invitados. María, pues, tomó una libra de un perfume muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies a Jesús y luego se los secó con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume. Jn. 12:1-3
El perfume de nardo puro era extraído de las raíces secas de la planta herbácea conocida como nardo. Este era un valioso y fragante aceite que desde el siglo I d.C, se lo importaba directamente desde la India en envases de alabastro. Era un aceite de alto costo, y según el valúo de Judas Iscariote, costaba unos 300 denarios (Jn. 12: 5). Tomemos en cuenta que un denario equivalía al salario diario de un jornalero en esa época. Si tomamos de referencia el salario diario actual de $3.82 que gana un jornalero en el sector cafetalero en El Salvador, los 300 denarios representarían $1,146 (dólares americanos).
María no escatimó en el alto valor de su perfume al derramarlo en los pies de Jesús, ella simplemente hizo lo que su corazón lleno de amor y agradecimiento le dictaba. El Señor había restaurado la vida de maría y le había vuelto la dignidad.
¿Cuántas personas hoy en día han sido restauradas por el amor y la misericordia de Dios y no pueden “derramar” tan siquiera un poco de tiempo para servir y agradar al Señor? Jesús se merece lo mejor de nuestras vidas, nuestra mejor adoración, nuestro mejor esfuerzo.
“Tributen al Señor la gloria que merece su nombre…” Sal 29:2

Que el Señor te bendiga abundantemente.

Autor: Mario Gutierrez




¿APROBADO POR DIOS?

 
clip_image002¿Cómo sabes si el pastor o sacerdote de tu iglesia es un siervo aprobado por Dios?
Dice Jesús: "Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos? Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Así que por sus frutos los conocerán” Mat. 7:15-20
Hoy en día hay muchos que se autoproclaman “siervos de Dios”. Establecen iglesias, fundan congregaciones, piden que se les invite a participar en grupos de crecimiento y de oración solamente para “adueñarse” de ellos, todo con el ánimo de aprovecharse de la “ingenuidad” de las personas y sacar provecho para sí mismos. Entonces, ¿cómo evidenciarlos? En el libro del profeta Ezequiel encontramos los siguiente:
“El Señor me dirigió la palabra: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: ¡Ay de ustedes, pastores de Israel, que tan sólo se cuidan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño? Ustedes se beben la leche, se visten con la lana, y matan las ovejas más gordas, pero no cuidan del rebaño. No fortalecen a la oveja débil, no cuidan de la enferma, ni curan a la herida; no van por la descarriada ni buscan a la perdida. Al contrario, tratan al rebaño con crueldad y violencia. Por eso las ovejas se han dispersado: ¡por falta de pastor! Por eso están a la merced de las fieras salvajes” Eze. 34:1-5
El siervo verdadero y aprobado por Dios tendrá esta actitud y características:
“Me postré a sus pies para adorarlo. Pero él me dijo: ¡No, cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora sólo a Dios! El testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía" Apo. 19:10
“Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse”. 2Ti. 2:24
“¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo” Gál. 1:10
“Ciertamente les aseguro que ningún siervo es más que su amo, y ningún mensajero es más que el que lo envió” Jn. 13:16
Pidamos al Señor que mande siervos fieles, sabios y buenos para apacentar el rebaño, porque somos un pueblo numeroso y difícil de llevar.
“Dichoso el siervo cuyo señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber” Lc.12:43
Que el Dios te bendiga abundantemente.

Autor: Mario Gutierrez

SIN MAS DE QUE HABLAR

 
clip_image002“Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad. ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos? ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento? Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. Porque Dios "pagará a cada uno según lo que haya hecho". Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad. Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios” Rm. 2: 1-8
Estamos en el tiempo de la gracia, no lo desperdicies. Hoy es un buen momento para abrirte a Él, permite que Dios tome el control de tu vida. El traerá la paz que buscas y te hará descansar en su presencia. Las bendiciones te alcanzarán y nunca te sentirás triste y vacío. El levantará tu cabeza y victoria dará a tu casa.
Busquen al Señor mientras se deje encontrar, llámenlo mientras esté cercano” Is. 55:6

Que Dios te bendiga abundantemente.

Autor: Mario Gutierrez


El Ayuno, una práctica un tanto incomprendida.

 
clip_image002En la actualidad el ayuno es un tema que no muchos conocen a profundidad, más bien, se maneja de manera superficial y su práctica se realiza de igual forma. Por lo que he podido apreciar, no todas las personas que lo practican tienen una idea muy clara al respecto, y es por ello que me he atrevido a reflexionar acerca de dicha materia.. El tema, solo en sí mismo merece muchas páginas de estudio, pero trataré de sintetizarlo de la mejor manera.
Comencemos por reconocer que el hombre es un ser carnal y un ser espiritual, es decir tiene un origen o naturaleza material y una naturaleza espiritual. Dios creó del polvo (materia) al hombre (Gn. 2:7). Dice la biblia que Dios es espíritu y si el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gn. 1:26), entonces el hombre es un ser espiritual. Desde el inicio el hombre fue cautivado más por los atractivos carnales que por los espirituales.
Todos los días y a cada instante nuestro cuerpo está siendo alimentado a través de la ingesta de alimentos y de bebidas. También es alimentado a través de los sentidos, tanto por lo que vemos, por lo que oímos, lo que olemos, tocamos y sentimos.
¿Qué pasa entonces con el alimento del espíritu? ¿Cuál es la manera de nutrirlo? El cuerpo y el espíritu son opuestos, y para alimentar el espíritu, a diferencia de la carne, debemos de practicar la abstinencia, Pablo lo decía a los Gálatas: “Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais” Gál. 5:17 (B. Jer). Entonces para alimentar al espíritu necesitamos practicar la abstinencia, con ello permitimos que nuestro ser se concentre en el espíritu y no en la carne. Cuando ayunamos se deja de alimentar al cuerpo y damos paso al alimento del espíritu. Por otra parte los efectos o resultados que produce alimentar el cuerpo no son diferentes a los resultados que se logran con alimentar al espíritu, en ambos casos son similares, es decir, a través del alimento, el cuerpo adquiere los elementos esenciales para nutrirlo, y de la misma manera, el espíritu adquiere los nutrientes necesarios para fortalecerlo y desarrollarlo.
¿Cómo Ayunar?
Aunque la práctica bíblica era que durara generalmente un día (hasta el anochecer), la Biblia cita ayunos de tres días, siete días, tres semanas y cuarenta días.
Las personas ayunaban por diversas razones. Lo hacían, por ejemplo, para prepararse antes de recibir un mensaje de Dios y antes de ir a cumplir una misión especial de Dios. Pero lo hacían también con motivo de la muerte de un ser querido o para conmemorar catástrofes nacionales; y para implorar la ayuda de Dios, discernimiento o perdón.
El Ayuno En El Antiguo Testamento
La revisión detallada de textos en el Antiguo Testamento nos ofrece el siguiente cuadro:
1. La mayoría de los pasajes del precautiverio presentan el ayuno en un contexto de luto, tristeza y humillación (Juec. 20.26; 1 S 31.13; 2 S 1.12; 12.16-23).
2. Hay algunos pasajes que presentan el estado de tristeza y humillación en el contexto de la penitencia por el pecado (1 S 7.6; 1 R 21.9-27).
3. En los textos del cautiverio y especialmente en los del poscautiverio (donde se encuentran la mayoría de textos), el ayuno por lo general se presenta en el contexto de la penitencia y la humillación y como señal de conversión (Jer. 14.12; Jon 3.5; Esd. 8.23; Neh. 9.1; 2 Cr 20.3; Jl 1.14; 2.12; 2.15; Dn 9.3; Sal 35.13; 69.10; 109.24)
4. En Est 4.3 la reina pide a sus paisanos que ayunen como un acto de solidaridad. Así el pueblo haría simbólicamente lo que Ester estaba haciendo literalmente: exponiendo su vida en favor de su pueblo.
5. Llama la atención la reinterpretación profética de Is 58 y Zac 7. En ambos pasajes, lo que Dios quiere es la justicia social. Mientras que el pueblo practica el ayuno como obediencia a una exigencia ritual, el profeta coloca el ayuno en el contexto total de la vida y donde Dios quiere que tenga su contexto más feliz. En el caso de Zac 7 la pregunta que hizo el pueblo está mal hecha; el asunto no es si se celebra o no el ayuno, sino a qué acción o actitud del pueblo responde esa práctica.
Isaías presenta al ayuno como una acción de solidaridad. Con este tipo de ayuno surge la posibilidad de que las personas acomodadas y solventes experimenten lo que día a día viven los pobres y hambrientos.
En el ayuno, sugiere Is 58, el que tiene se hace vulnerable y débil y puede mirar a Dios como fuente de vida y de sustento. En el ayuno, el rico aprende a ser pobre en espíritu; y el pobre imparte al rico la actitud de humilde espera delante de Dios. Podríamos decir que toda acción litúrgica o cultual apunta al bien del ser humano y a la gloria de Dios (véase Mc 12.28-34).
6. Hay dos casos, semejantes al de Jesús, en los que Moisés (Éx 34.28 ) y Elías (1 R 19.8) ayunan durante cuarenta días, en el desierto.
El Ayuno En El Judaísmo
La ley de Moisés específicamente mandó ayunar en el DÍA DE EXPIACIÓN. Esto llevó a que el día se conociera también como "día del ayuno" (Jer 36.6) o "el ayuno" Hechos 27.9. Después del cautiverio se establecieron intervalos regulares para la celebración del ayuno. Según Zac 8.19, en el cuarto, en el quinto, en el séptimo y en el décimo mes habría de observarse otros cuatro ayunos que recordaban desastres en la historia de los judíos. Y está también el ayuno antes de la celebración del Purim, que se instituyó en los días de Ester (Est 9.31).
El Ayuno En El Nuevo Testamento
El ayuno se menciona también en el Nuevo Testamento. Los judíos devotos ayunaban (Hch 27.9). Algunos ayunaban los lunes y los jueves (Lc 18.12). Otros, como Ana, que servía a Dios en el templo con "ayunos y oraciones" (Lc 2.37), lo hacían más a menudo. Los discípulos de Juan el Bautista ayunaban (Mc 2.18). Jesucristo ayunó cuarenta días y cuarenta noches antes de la tentación (Mt 3.2). Asimismo, se menciona el ayuno de Cornelio (Hch 10.30), de los cristianos de Antioquía (Hch 13.2-3), de Pablo y Bernabé (Hch 14.23), y se registra la recomendación de Pablo a los matrimonios (1 Co 7.5).
Algunos opinan que pasajes como Mt 17.21, Mc 9.29, Hch 10.30 y 1 Co 7.5 no deben tomarse en cuenta porque no se encuentran en los manuscritos más antiguos, pero la existencia de estos versículos en muchos manuscritos demuestra por lo menos que la iglesia primitiva creía en el valor del ayuno.
Jesús no canceló la práctica, pero pidió que sus seguidores lo hicieran con la mirada fija en Dios, no en los hombres (Mt 6.16-18).
Mi querido hermano, espero que de hoy en adelante puedas practicar el ayuno con una conciencia de lo que esto significa y no solo por hacerlo, o lo que es peor, como muchos, que solo lo toman como una moda o bien como un medio para mantener la figura.

Que Dios te bendiga abundantemente.

Autor: Mario Gutierrez

CLAVE PARA SER UN TRABAJADOR EXITOSO



Muchos se preguntan que pueden hacer para convertirse en trabajadores de éxito. Es muy cierto que la preparación es de suma importancia, porque entre más capacitada se encuentre la persona mejores oportunidades tendrá de encontrar un buen empleo o de superarse dentro de la empresa para la cual trabaja. 

Pero ¿te has fijado que existen personas con experiencia, de amplios conocimientos y muy bien calificadas para desempeñarse en cualquier puesto, pero nunca llegan a prosperar, o lo que es peor, fracasan? 

Aquí hay una buena respuesta a esta interrogante: Es muy probable que aquellos que perdieron sus trabajos o no han logrado alcanzar el éxito, no conocen ni y mucho menos, ponen en practica el siguiente texto bíblico: 

“Esclavos, obedezcan a sus amos terrenales con respeto y temor, y con integridad de corazón, como a Cristo. No lo hagan sólo cuando los estén mirando, como los que quieren ganarse el favor humano, sino como esclavos de Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios. Sirvan de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres, sabiendo que el Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho, sea esclavo o sea libre”. Efe 6:5-8. 

Pide al Señor la sabiduría que necesitas para practicar el servicio y la obediencia con sinceridad y convicción dentro de tu trabajo, dando con ello honra y gloria a Dios en todo tiempo y verás que todo cambiará a favor tuyo y los que trabajan contigo sentirán orgullo de tenerte por compañero y colaborador. 

Que el Señor te bendiga abundantemente.

Autor: Mario Gutierrez



ESCUADRILLA AEREA- TRABAJO EN EQUIPO



Escuadrilla aérea. Trabajo en Equipo.

Recibe el nombre de Escuadrilla al grupo de aeronaves de un determinado tamaño que contiene entre 2 a 4 elementos de vuelo. Entiéndase por elemento de vuelo aquel que se compone de entre 2 y 4 aeronaves. En otras palabras podemos decir que la Escuadrilla puede llegar a formarse hasta con 16 aeronaves. Así mismo podemos hablar de un escuadrón el cual se compone de entre 2 y 4 escuadrillas. El objetivo de establecer este orden jerárquico de unidades es para calcular la magnitud de fuerza que se va a emplear en una misión de vuelo. Es aquí en donde encontramos el valor y el significado del vuelo conjunto. Un ataque en grupo es mucho más contundente que un ataque realizado individualmente. Con este tipo de fuerza en el ataque se logra cubrir más terreno y mayor continuidad en su accionar.

            La Biblia nos da ejemplos de personas que lograron trabajar en equipo y combatir al enemigo, ganando la batalla. Son personas que supieron unir sus fuerzas y combinar sus habilidades logrando con ello una mayor efectividad en su defensa y ataque contra las asechanzas del enemigo. Comencemos con un ejemplo sencillo y práctico de entender.

            En el evangelio de Marcos, capítulo 2 versículos 3 al 12dice: “Y mientras Jesús les anunciaba la Palabra, cuatro hombres le trajeron un paralítico que llevaban tendido en una camilla. Como no podían acercarlo a Jesús a causa de la multitud, levantaron el techo donde él estaba y por el boquete bajaron al enfermo en su camilla.
            Al ver la fe de aquella gente, Jesús dijo al paralítico:
            Hijo, se te perdonan tus pecados—.
            Estaban allí sentados algunos maestros de la Ley, y pensaron en su interior: ¿Cómo puede decir eso? Realmente se burla de Dios. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?
            Pero Jesús supo en su espíritu lo que ellos estaban pensando, y les dijo:
            — ¿Por qué piensan así?  ¿Qué es más fácil decir a este paralítico: Se te perdonan tus pecados, o decir: Levántate, toma tu camilla y anda? Pues ahora ustedes sabrán que el Hijo del Hombre tiene en la tierra poder para perdonar pecados—.
            Y dijo al paralítico:
            —Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa—.
            El hombre se levantó, y ante los ojos de toda la gente, cargó con su camilla y se fue.
            La gente quedó asombrada, y todos glorificaban a Dios diciendo:
            —Nunca hemos visto nada parecido—“.

Comencemos por notar algunas situaciones que la Biblia no menciona, pero que sí podemos inferir, por la escena que está sucediendo en la narración anterior. Imaginamos la situación: la Biblia dice que cuatro hombres aparecieron llevando a un paralítico en una camilla. No se especifica si este hombre tenía una parálisis parcial o completa, lo único que sabemos es que para poderlo transportarlo era necesario una camilla. Tampoco sabemos cuánto tiempo tenía de estar paralítico, pero lo que sí es seguro que la vida para ese hombre no era nada grata. En ese tiempo, para una persona en tales condiciones era muy difícil poder desenvolverse, pues había mucha marginación, incluso, algunos creían que la condición de estas personas era un castigo de Dios por sus pecados y hasta los podían considerar que estaban “malditos”. Estas personas, como ese hombre, no podían trabajar, ni ser independientes, tenían que subsistir de la limosna y de la ayuda de otros que se compadecían de ellos. Tampoco la Biblia no nos dice si este hombre tenía una familia. En fin, debo suponer que la situación de vida para él era caótica y miserable.


Pero llegó un momento en la vida de ese hombre en la cual hubo unas personas que se encontraron con él y pusieron la mirada en su necesidad. En lo personal quiero creer que no fueron los cuatro hombres que simultáneamente se encontraron con el paralítico, fue un proceso gradual para que todos compadecieran, es probable que el primero de ellos que tuvo el encuentro motivara al resto. Esta primera persona al ver la condición del paralítico ideó algún plan para ayudarle y por lo cual llamó a otro que quizá pasaba por el lugar. De la misma manera fueron llamados los otros dos. Quizá alguno de esos cuatro hombres, conociera a Jesús o al menos tenía que haber escuchado hablar de él. Recordemos que al Señor le seguían grandes muchedumbres y se conducía por muchos lugares predicando acerca del Reino, predicaba la paz, el amor, el perdón y hacía milagros expulsando demonios y sanando a los enfermos. Pienso que otro de los cuatro tuvo la idea que para llevar al paralítico, era más fácil hacerlo en una camilla y propuso construirla para transportarlo. A lo mejor otro de ellos planificaría la ruta por donde deberían irse para encontrase a Jesús, y el otro llevaría alimentos y agua para el camino. ¿Te das cuenta? los roles de cada uno de esos cuatro hombres eran muy diferentes pero complementarios. La situación quizá pudo haber sido de otra manera, pero lo que sí es seguro, que cada uno de esos cuatro hombres jugó un papel importante para cumplir el propósito de ayudar al paralítico, ellos sabían que no podían sanarle, pero si podían colaborar y hacer todo lo posible para llevarlo ante Jesús quien si tenía el poder para hacerlo. En resumen podemos enumerar la labor de los cuatro:
Se encuentran con el paralítico. Tuvieron un encuentro con su Misión.
Se dieron cuenta que el hombre estaba enfermo, sabían que estaba paralítico y por tanto necesitado. Tuvieron percepción y consciencia de la situación de aquel hombre.
Tuvieron compasión por su situación. Se solidarizaron con él.
Sabían que tenían que hacer algo para cambiar la situación del paralítico. Sintieron el llamado.
Estos hombres conocían a Jesús o probablemente habían oído hablar de él. Sabían que él era la respuesta que necesitaban.
Decidieron llevarle a Jesús. Tomaron acción.
Al hacerlo, se toparon con una multitud y se dieron cuenta que no iba a ser nada fácil cumplir con lo que se habían propuesto, a pesar de ello, idearon otro plan y lo subieron por el techo de la casa. Fueron sabios y perseverantes.
Abrieron un orificio en el techo hasta crear un espacio por donde lo pudieran bajar. Trabajaron en Equipo.
Al bajarlo lo colocaron en medio de la gente, delante de Jesús. “Dieron en el blanco” cumplieron con el objetivo.
El ejemplo de estos hombres nos muestra como el trabajo en equipo es de gran valor y fortaleza en la vida del ser humano. No podemos ayudar a los demás sin contar con la ayuda de otros. Ellos descubrieron que juntos tenían fuerza. Que hubiera pasado si uno de ellos hubiera dado marcha atrás. Es probable que la labor para tres hubiera sido difícil o quizá no se hubiera podido llevar a buen fin su propósito. Es aquí donde vemos la importancia de la unidad y del trabajo conjunto, así como las Escuadrillas aéreas tienen el propósito de crear fuerza en el ataque, así nosotros, debemos unir nuestro accionar contra las asechanzas y planes del enemigo. Al paralítico, el enemigo lo tenía atado y limitado, pero la sabiduría y la unidad de los cuatro pudieron más. Jesús admiró esa labor de unidad a tal grado que dio una respuesta positiva a las intensiones de ellos, dando sanidad interior y sanidad física al paralítico, eliminando las ataduras de pecado y de enfermedad que lo esclavizaban. Si esos cuatro hombres no hubieran hecho su labor con seguridad el paralítico hubiera seguido igual, limitado y pidiendo limosna. Quizá habría muerto en la misma situación, pasando desapercibido para muchos. Es más, este suceso, nunca se hubiera escrito en la Biblia.
En la vida del cristiano debe existir la práctica constante de realizar trabajos conjuntos, en equipo con otras personas. Necesitamos contar con las habilidades de los demás porque complementan las nuestras. Cada uno de nosotros tiene una función específica en esta vida y cada uno depende de otro para realizarla. Pablo lo dice muy claro en la carta a los romanos: “Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás” (Rm. 12:4-5). Muchos de los problemas que existen hoy en día en las iglesias se podrían evitar si tuviéramos consciencia de estas palabras. En la actualidad la situación de fronteras y divisiones entre los miembros de nuestras congregaciones son de mucha preocupación. El recelo, la auto-dependencia, la crítica y el menosprecio están golpeando fuertemente la unidad que Cristo estableció. Es imperativo que todo cristiano mantenga siempre en mente que solo el amor, la tolerancia y la aceptación de los demás, junto con el reconocimiento de sus habilidades, podrán dar marcha atrás a las deserciones de los miembros de las iglesias y también eliminar los desencantos causados por nosotros mismos.
La práctica constante de la unidad será un detonante de admiración de aquellos que se mantienen expectantes y se convertirá en un atractivo natural que permitirá un crecimiento favorable y sano de la iglesia de Cristo. Pablo lo dice muy claro en la primera carta a los Corintios: “Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo, ya seamos judíos o gentiles, esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Ahora bien, el cuerpo no consta de un solo miembro sino de muchos. Si el pie dijera: “Como no soy mano, no soy del cuerpo", no por eso dejaría de ser parte del cuerpo. Y si la oreja dijera: “Como no soy ojo, no soy del cuerpo", no por eso dejaría de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo el cuerpo fuera oído, ¿qué sería del olfato? En realidad, Dios colocó cada miembro del cuerpo como mejor le pareció. Si todos ellos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? Lo cierto es que hay muchos miembros, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decirle a la mano: “No te necesito." Ni puede la cabeza decirles a los pies: “No los necesito." Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles son indispensables, y a los que nos parecen menos honrosos los tratamos con honra especial. Y se les trata con especial modestia a los miembros que nos parecen menos presentables, mientras que los más presentables no requieren trato especial. Así Dios ha dispuesto los miembros de nuestro cuerpo, dando mayor honra a los que menos tenían, a fin de que no haya división en el cuerpo, sino que sus miembros se preocupen por igual unos por otros. Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él. Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo.
En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en diversas lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones para sanar enfermos? ¿Hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos? Ustedes, por su parte, ambicionen los mejores dones”. (1ª Co. 12: 13-31).
Quizá algún día veremos a las diferentes iglesias que creen en Jesús, unidas en un solo sentir, en un solo espíritu. Dios nos de la sabiduría y la misericordia que necesitamos como miembros individuales de su cuerpo para reconocer con humildad que todos somos iguales ante Dios y que todos nos necesitamos.

Autor: Mario Gutierrez

El Bonsái y la Palabra de Dios

 
clip_image002

Recientemente tuve la oportunidad de visitar la casa de unos amigos y al recorrerla me llamó mucho la atención que en su jardín, existe gran variedad de arboles Bonsái. Nunca había tenido la oportunidad de mirar con detenimiento estos hermosos arbolitos. Mi amigo Marco, dueño de la casa, me explicaba acerca de la técnica, tiempo y la paciencia que deben ponerse en práctica para cultivar este arte.


Indagando un poco al respecto encontré lo siguiente: Bonsái es una palabra japonesa que significa literalmente bon = bandeja + sai = naturaleza (aunque etimológicamente procede del término chino penjing o penzai, que significa pén = bandeja + zāi = cultivar) y consiste en el arte de cultivar árboles y plantas, reduciendo su tamaño mediante técnicas, como el trasplante, la poda,, el alambrado, el pinzado, etc., y modelando su forma para crear un estilo que nos recuerde una escena de la naturaleza. El arte del bonsái se originó en China hace unos dos mil años, como objeto de culto para los monjes taoístas. Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra. Durante siglos la posesión y el cuidado de los bonsáis estuvo ligado a los nobles y a las personas de la alta sociedad. Según la tradición, aquellos que podían conservar un árbol en maceta tenían asegurada la eternidad. Así fue como los monjes disponían los árboles pequeños en vasijas a lo largo de las escaleras de los templos y hasta eran fuente de culto.


Te preguntarás que tiene que ver el arte del Bonsái con la palabra de Dios. Aquí está a respuesta. Mientras Marco, mi amigo, me explicaba sobre dicha práctica, mi mente iba sacando analogías respecto al cultivo de la palabra de Dios. Para practicar el arte del Bonsái se requiere: Primero, que te atraiga; segundo, que tengas paciencia y estés dispuesto a invertir tiempo en ello; y tercero, que sigas las instrucciones al pie de la letra para tener éxito en el cultivo. Pues eso, precisamente, es lo mismo que tú necesitas para cultivar la palabra de Dios en tu vida. Una cosa es que tengas una Biblia en casa y la leas, solo por hacerlo, y otra cosa, es que en verdad quieras profundizar en ella y sacar lo mejor de si para tu vida.


Así como el Bonsái era símbolo de eternidad para esos monjes taoístas, así debe ser para nosotros el cultivo de la Palabra. La palabra de Dios debe ser nuestra vida y nuestra eternidad. “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”. Jn. 5:24


La maceta en la que se siembra el pequeño árbol, debe ser para ti y para mí, la mente, el alma y el espíritu, es decir: todo tu ser. Si logras “sembrar” la Palabra en ti, aprenderás a vivir y alcanzarás eternidad.


El cuidado del Bonsái requiere de un cuidado especial como lo es la poda, alambrado (para dar forma), abono y riego. El cultivo de la Palabra requiere que constantemente podes de tu mente todo aquello que estorba su crecimiento y que distorsionar el significado de la misma. Requiere “alambrarla” en otras palabras, mantener la dirección en la cual ella te quiere conducir. Necesitas “abonarla” y “regarla”, es decir, ayunar, orar, permitiendo que la unción del Espíritu te abra la mente para que puedas entenderla.


La arte del Bonsái, recompensa al que lo practica, ya que le proporciona satisfacción. La Palabra de Dios, nos proporciona la salvación y luz: “Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina”. Sal 107:20. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. Sal 119:105


El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor! Pro 16:20 .


Autor: Mario Gutierrez

PENSAMIENTOS Y DESEOS





Quiero comenzar este tema sobre la base que todos sabemos que como hijos renovados y redimidos por la sangre de nuestro Señor, estamos llamados a ser cada vez más espirituales y menos carnales y por el hecho de ese llamamiento es que no debemos descuidar la oración y el ayuno, no solo para matar la carne sino para fortalecernos espiritualmente y reprender los ataques a los cuales nos vemos sometidos. “porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra malicias espirituales en las alturas” (Ef. 6, 12). Quiérase o no, estamos inmersos en un mundo espiritual. En este mundo espiritual encontramos el espíritu humano, el espíritu maligno y el Espíritu Santo de Dios “Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, este no es de Él” (Rm8, 9) 

Muchas de las formas en que este mundo espiritual se comunica con nosotros son a través de visiones y sueños, estos a su vez se convierten en pensamientos y deseos. Dios obra mediante las leyes de la mente, y puede usar causas secundarias. Los sueños, por ejemplo, pueden influir en la vida espiritual de las personas. El sueño desmoralizó al enemigo y alentó a Gedeón. (Jue_7:13). El sueño de la mujer de Pilato tuvo (Mt 27.19). Cuando la revelación no era aún completa Dios dio, en ocasiones, mediante sueños, instrucciones o mensajes proféticos a los suyos e incluso a personas que no lo conocían. Estos sueños parecen haber llevado consigo las marcas de su origen divino. Dios habló de esta manera: a Abimelec (Gn 20.3); a Jacob (Gn 28.12; 31.10); a Labán (Gn31:24); a José (Gn 37.5, 9, 10, 20); al copero y al panadero de Faraón (Gn 40.5); al mismo Faraón (Gen_41:7, 15, 25, 26); a Salomón (1Ki_3:5); a Nabucodonosor (Dan_2:1, 4, 36; 4:1, 2); a Daniel (Dn 7.1); a José, el prometido de María (Mt 1.20); a los magos (Mt 2.12). El poder de interpretar de manera precisa los sueños proféticos fue otorgado a ciertos personas: A José (Gn 41.16), a Daniel (Dn 2. 25-28, 47). Por tanto debemos tener mucho cuidado, ya que muchos de nuestros visiones y sueños que a la vez se pueden transformar en deseos pueden venir, no necesariamente, del Espíritu Santo.

Pero como podemos hacer para distinguir el origen de nuestros pensamientos y deseos. Me parece que pudiéramos resumirlo en cuatro pasos:
Debemos practicar la oración y el ayuno para conocer el pensamiento y deseo de Dios en nuestra vida o servicio. “Volví mi mirada hacia el Señor Dios para invocarlo en la oración y suplicarle por medio del ayuno, la penitencia y la ceniza”. (Dan 9,3) 
Lo segundo sería esperar en el Señor y ver que es lo que pasa. “Todo lo que él hace llega a su tiempo; pero ha puesto la eternidad en sus corazones, y el hombre no encuentra el sentido de la obra divina desde el principio al fin” (Ecc. 3, 11). Si el pensamiento o deseo es humano o del maligno, desaparecerán, pero si es de Dios, se harán cada vez más fuerte y real. 
También debemos confrontarlos con la Biblia, para verificar que no exista contradicción alguna con la Palabra de Dios. Aquí encontraremos crecimiento y respuesta. En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el alma y el espíritu, los huesos y los tuétanos, haciendo un discernimiento de los deseos y los pensamientos más íntimos” (Heb 4,12) 
Debemos pedirle al Señor que nos lo confirme. “Pide a Yahvé, tu Dios, una señal, aunque sea en las profundidades del lugar oscuro o en las alturas del cielo” (Isa 7:11). Dios siempre lo confirmará. 

Satanás también conoce las escrituras y también puede infundir pensamientos y deseos en nosotros, pero no puede luchar ante una fe que viene dada por Dios, esta fe debemos conseguirla no solo por el conocimiento de Dios sino que por escuchar su Palabra y permitir que ésta transforme nuestra vida, nuestro servicio y nuestro ambiente y que cada día podamos dar testimonio de ello. Pero no solo se trata de escuchar y o leer su palabra se trata en verdad de “escuchar” cada palabra, profundizar en su significado. Es por ello que el transcurso de esta reflexión les he subrayado frases de la escritura que considero encierran una enseñanza profunda y un significado que va más allá de lo que aparenta. <por eso se hace necesario que le pidan al ES que les de la sabiduría necesaria para ello>

Por lo tanto debemos poner en práctica estos pasos para conocer cuales pensamientos y deseos vienen de Dios y no de los hombres. Todos: Sacerdotes, religiosos, Pastores y laicos, somos humanos y por tanto imperfectos, a pesar de esto, Dios nos utiliza a través de su ES, pero debemos a prender a distinguir cuando Dios habla a través de alguno de estos siervos y no los siervos hablando por Dios, adjudicando que “Son los deseos de Dios…” o “esto dice el Señor” o “el Señor quiere…”. Porque los mensajes pueden ser dados por simples “caprichos” humanos.

“No he encontrado más que estupidez en los profetas de Samaria: profetizaron en nombre de Baal y extraviaron a mi pueblo Israel. Luego vi cosas horrorosas en los profetas de Jerusalén: adulterio, apego a la mentira. Apoyan a los perversos de tal manera, que nadie se arrepiente de su maldad. Para mí son todos ellos como Sodoma, y los habitantes son como los de Gomorra. Esta es, por tanto, la sentencia de Yahvé de los Ejércitos sobre estos profetas: Les daré como comida ajenjo, y como bebida agua envenenada, porque a partir de los profetas de Jerusalén la corrupción ha cundido por todo el país. Esto dice Yahvé: No escuchen las palabras de estos profetas que profetizan para ustedes, porque los engañan contándoles las visiones de su propia imaginación y no lo que sale de la boca de Yahvé. A aquellos que desprecian la palabra de Yahvé les aseguran "que tendrán paz", y a todos los que siguen los caprichos de su corazón, "que ninguna desgracia les va a suceder". Pero, ¿quién de ellos ha asistido a una reunión con Yahvé? ¿Quién ha visto y oído su palabra? ¿Quién se ha fijado en sus palabras para transmitirlas? El temporal de Yahvé estalla, una tempestad se desencadena y se precipita sobre las cabezas de los impíos. Es la cólera de Yahvé que no se calmará hasta que no haya cumplido y realizado el propósito de su corazón. Después entenderán ustedes todo esto claramente. Yo no mandé a estos profetas ¡y vinieron corriendo! Tampoco les hablé y se pusieron a profetizar.¿Acaso asistieron a alguna reunión conmigo? ¡Entonces, que transmitan mis palabras a mi pueblo, que lo hagan volverse de su mal camino y de sus obras perversas!¿Soy yo un Dios sólo de cerca?, dice Yahvé, ¿no soy Dios también de lejos?¿O puede un hombre ocultarse en un escondite sin que yo lo vea?, dice Yahvé. El cielo y la tierra, ¿no los lleno yo?, dice Yahvé. Me he puesto a escuchar lo que dicen los profetas que profetizan en mi nombre falsamente; sus palabras son: "¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!" ¿Hasta cuándo habrá, entre los profetas, profetas de mentira que profetizan falsamente y que cuentan lo que han inventado? Pretenden, con los sueños que unos a otros se cuentan, hacer olvidar mi Nombre a mi pueblo, como sus padres se olvidaron de mi Nombre por seguir a Baal. (Jer 23:13)


En conclusión, aprendamos pues a reconocer cuando habla el Espíritu de Dios “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. "Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: Abba Padre. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios" (Rm 8, 14-16).

Si un mensaje, profecía, instrucción o consejo te hace sentir:

1. Esclavizado, no viene de Dios, Jesús vino a dar libertad a los cautivos.

2. Si te quieren alejar de Dios, es falso. El Espíritu Santo es unidad.

3. Si te quita el "alimento", no es del Señor. Cristo dijo Yo soy el Pan de vida.

4. Si te quita el "crecimiento", no viene de Dios, ¡Bendito el que confía en Yahvé, y que en él pone su esperanza! Se asemeja a un árbol plantado a la orilla del agua, y que alarga sus raíces hacia la corriente…

Que Dios te bendiga abundanetmente.

Autor: Mario Gutierrez

EN BUSCA DE LA AUTENTICIDAD



Para lograr que nuestra vida sea una experiencia única es necesario tener una visión sin defectos y que ésta sea lo suficientemente amplia. Esto se logra quitando los “estorbos mentales” que impiden dicha visión. Debemos lograr una visión 20/20 y rediseñar el parabrisas de nuestra vida, sin parámetros que distorsionen esa visión. Es decir, que no existan prejuicios y preconcepciones para aprender las enseñanzas de Dios. Las cosas del Espíritu debemos aprender a verlas y recibirlas como niños.


Me encanta ver a los niños. Un niño disfruta de las cosas que le rodean. No tiene parámetros que le impidan o que lo limiten en su descubrimiento del mundo que les rodea. Su “mundo” no está viciado ni contaminado. No existe la discriminación ni la duda y tampoco el miedo, eso se lo proyectamos y se lo enseñamos los adultos de acuerdo a lo que hemos aprendido en la vida. La inocencia de los niños es la que agrada a Dios. “Le traían también niños pequeñitos para que los tocara, pero los discípulos empezaron a reprender a esas personas. Jesús pidió que se los trajeran, diciendo: "Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo que el que no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él." (Lc. 18:15 -17).


La inocencia la podemos definir como un estado de desconocimiento, donde se da una menor experiencia en comparación relativa a las experiencias sociales aprendidas, o bien, por una comparación absoluta a una escala normativa en el conocimiento y actuación de las personas. En otras palabras la inocencia es una vida sin contaminación ni influencias de ningún tipo. Es por ello que Jesús diría que debemos recibir su Reino como un niño, sin críticas, sin objeciones y sin limitaciones. Recibir la enseñanza de Dios con inocencia no es recibirla con ignorancia. En contraste con la ignorancia, la inocencia se toma generalmente como un término positivo, aduciendo que la carencia de conocimiento proviene de una carencia de maldad. Entonces la gente que carece de capacidad mental de entender la naturaleza de sus actos puede ser considerado inocente sin importar su comportamiento. De este significado viene el término inocente para referirse a un niño de corta edad carente de razón.


Puesto que la experiencia es el primer factor para la determinación del punto de vista de una persona, la inocencia a menudo también se utiliza para implicar una ignorancia o carencia de experiencia personal. Siendo esto así podemos comprender que es en la inocencia en donde El Espíritu Santo actúa con mayor libertad en las personas y es así como él comienza a realizar sin mayor obstáculo su obra transformadora. Cuando nosotros actuamos como niños en las cosas de Dios, facilitamos esa bendita labor del Espíritu. Pero cuando actuamos cuestionando y criticando como adultos basados en conocimientos humanos, posiciones empíricas y experiencias de otros, obstaculizamos la actuación del Espíritu y lo que él tiene para nosotros. El Espíritu quiere que seamos ciudadanos del Reino y que habitemos en él como seres libres para que lo gocemos y lo disfrutemos. Jesús enseño una gran verdad a sus discípulos a cerca de esto mismo: “En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?" Jesús llamó a un niñito, lo colocó en medio de los discípulos, y declaró: En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos. El que se haga pequeño como este niño, ése será el más grande en el Reino de los Cielos. Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe. Al que haga caer a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que le amarraran al cuello una gran piedra de moler y que lo hundieran en lo más profundo del mar. ¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Tiene que haber escándalos, pero, ¡ay del que causa el escándalo!” (Mat 18:1-7).

Jesús quiere que seamos como niños para alcanzar la plenitud. Y da una advertencia muy seria para aquellos que contaminan la inocencia espiritual con la cual fuimos creados. Es por ello que necesitamos anhelar la enseñanza pura de Dios para descontaminarnos de los conocimientos insanos adquiridos y de las experiencias nocivas vividas. Ya lo dice la Biblia en 1ª Pe. 2.2: “Como niños recién nacidos, busquen la leche no adulterada de la Palabra; gracias a ella crecerán y alcanzarán la plenitud”.

Es necesario que en el conocimiento de Dios seamos como niños prestos en aprender, pero ante las situaciones que amenacen nuestra libertad espiritual y nos impidan alzar el vuelo de nuestra vida, debemos ser como adultos maduros, responsables y serios para defender esa libertad y podamos volar hacia nuestro creador.“Hasta que todos alcancemos la unidad en la fe y el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser el Hombre perfecto, con esa madurez que no es menos que la plenitud de Cristo. Entonces no seremos ya niños a los que mueve cualquier oleaje o viento de doctrina o cualquier invento de personas astutas, expertas en el arte de engañar. Estaremos en la verdad y el amor, e iremos creciendo cada vez más para alcanzar a aquel que es la cabeza, Cristo. (Ef. 4:13-15).


Que Dios te bendiga abundantemente.


Autor: Mario Gutierrez

El Simulador de Vuelo

 
Simulador de vueloUn simulador de vuelo es un sistemaque intenta replicar o simular la experiencia de volar una aeronave de la forma más precisa y realista posible. Los simuladores de vuelo son muy utilizados para el entrenamiento de pilotos en la industria de la aviación para el entrenamiento de pilotos militares para simulación de desastres o fallas en vuelo y para el desarrollo de aeronaves.
Dios también ha creado un simulador de vuelo. Este simulador tiene el propósito de entrenarte para la vida mediante sueños y visiones. Es aquí en donde el hombre tiene un encuentro con su propósito y su misión. Los sueños y las visiones son los métodos que el Señor ha empleado para comunicarse con sus hijos y con sus profetas. Al igual que un piloto es entrenado dentro de un simulador para realizar prácticas y familiarizarse con la aeronave, de la misma manera el hombre es preparado por Dios para su destino. Uno de los hombres que pasó por la experiencia de un simulador de vuelos fue José, cuya vida está narrada en el primer libro de la Biblia, el Génesis. José tuvo sueños en donde veía el futuro que Dios tenía reservado para él.

—Miren, les dijo, el sueño que he tenido —
—Estábamos nosotros atando gavillas en medio del campo, cuando sucedió que mi gavilla se levantaba y permanecía derecha. Entonces las gavillas de ustedes la rodearon y se postraron ante la mía—
Sus hermanos le dijeron:
— ¿Eso quiere decir acaso que tú vas a reinar sobre nosotros, o que vas a mandarnos? — (Gn. 37:6-8).
Tuvo José todavía otro sueño:
—Tuve otro sueño; esta vez el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí —
Su padre, que también lo escuchaba, lo reprendió y le dijo:
— ¿Qué sueño es ese que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos tendremos que inclinarnos ante ti?— (Gn. 37:9-10).

Y José llegó a ser el principal en Egipto después del faraón. Libró a Egipto de siete años de una gran sequía y con su sabiduría alimentó a multitudes, incluyendo a su propia familia.  Los sueños que Dios le dio a José se cumplieron. Dios le mostró a través de ellos cual era su destino, no solo sus hermanos se tuvieron que inclinar ante él, lo hicieron muchos que llegaban a implorarle su ayuda.
Y tu que sueñas? Si Dios te ha dado un sueño, El se encargará de proporcionarte todos los recursos y los medios para que se haga una realidad.

Dios te bendiga abundantemente.

Autor: Mario Gutierrez

¿Mujer Fuerte o Mujer de Fortaleza? Tu decides.

Mujer de FortalezaUna mujer fuerte hace ejercicio todos los días para mantener su cuerpo en forma.
La Mujer de Fortaleza se pone de rodillas en oración para mantener su alma en forma.
La mujer fuerte no le teme a nada.
La mujer de fortaleza muestra valor en medio de su temor.
La mujer fuerte no permite que nadie obtenga lo mejor de ella.
La mujer de fortaleza da lo mejor de ella a todos los demás.
La mujer fuerte camina con mucha seguridad.
La mujer de fortaleza sabe que Dios la levantará cuando ella caiga.
La mujer fuerte viste su rostro de confianza.
La mujer de fortaleza se viste de gracia.
La mujer fuerte tiene fe y sabe que es suficientemente fuerte para
la jornada.
La mujer de fortaleza tiene fe de que es durante la jornada donde
ella se hace fuerte.
Dios te bendiga abundantemente.

Autor: desconocido













El Temor a Volar

clip_image002
Cuando hablo de volar pienso en varias personas que el solo tema les produce temor, muy probablemente debido a experiencias negativas vividas en el pasado o bien por alguna noticia que escucharon sobre desastres aéreos y ello les impactó de alguna manera. Los temores son parte de la existencia de toda persona y está claro que no es posible vivir con ellos porque limitan el accionar de la vida y perjudican los resultados, por tanto se hace necesario aprender a contrarrestarlos. Lo primero que una persona necesita hacer para eliminar el temor en su vida es tener “confianza”. Si por ejemplo hablamos de eliminar el miedo a volar, para lograrlo es necesaria procurar que todos los elementos que están relacionados con el vuelo generen seguridad y ello creará en la persona la confianza necesaria para que sea capaz de dar el primer paso en contra de su temor. Permíteme explicártelo de la siguiente manera: para volar con seguridad tres cosas son básicas y fundamentales. Primero un avión en excelentes condiciones físicas y mecánicas, segundo unas inmejorables condiciones climáticas, es decir cielos despejados y sin fuertes vientos, y tercero un experimentado piloto que capitanee la nave. Si se da la combinación de estos tres elementos de manera simultánea, la persona con temor a volar tendrá mayor confianza y eso le facilitará la decisión para alzar el vuelo. En sentido metafórico es posible decir que el avión es tu vida, las condiciones climáticas son tus actitudes y el capitán es nuestro Señor Jesucristo. Si ordenas tu vida, mantienes una mente abierta y dispuesta en aprender e invitas al Señor para que tome el control, el Espíritu Santo hará la obra en ti eliminado el temor y con ello lograrás alcanzar los propósitos de tu vida.
Es preciso que tu vida sea corregida y rectificada para lograr generar seguridad y confianza. Una vida desordenada y con desperfectos es sin duda alguna un generador de desconfianza y afecta a los que están a tu alrededor como la familia, la comunidad, la iglesia y hasta tu país. Con el capitán Jesucristo siempre puedes confiar y contar con él en todo momento. El es fiel y nunca falla, siempre está a tiempo y dispuesto a conducir tu vida y llevarte a lugares que nunca pensaste ir, proporcionándote un vuelo seguro, confiado, tranquilo y sobre todo placentero. Tu actitud y disposición son la llave que te permitirá el emprender y hacer realidad tus sueños, objetivos y tus propósitos de vida. Si no tienes la actitud adecuada y la disposición correcta tendrás malas experiencias muy parecidas a las de un vuelo en condiciones meteorológicas negativas en donde el avión se sacude con fuertes movimientos causados por vientos huracanados y tempestades que amenazan con derribar la aeronave.
Como cristianos debemos reconocer que Dios nos ha dado la vida y nos ha proporcionado a Jesús como el experimentado capitán, lo único que puede limitarnos es la actitud que tengamos. Si nuestra actitud es abierta a Dios y sumisa a sus enseñanzas, entonces aprenderemos lo que necesitamos para ser libres y volar sin restricciones por la vida y entrar con gozo y con júbilo a nuestro hangar en las moradas celestes, donde habitaremos junto con nuestro Señor Jesucristo.
Que Dios te bendiga abundantemente.

Autor: Mario Gutierrez



Entrando en Barrena

clip_image002
El término “entrar en barrena” o lo que es lo mismo “caída en barrena” se utiliza en el ámbito de la aviación para referirse al descenso vertical, brusco y rápido de un avión rotando sobre su eje vertical y con el eje longitudinal más o menos inclinado respecto al horizonte. Es una maniobra más bien peligrosa por la dificultad que presenta en salir de ella y puede ser consecuencia de un incidente, como por ejemplo, un fallo en los motores que provoque un descenso brusco de la velocidad y de no corregirse a tiempo, el aparato podría acabar estrellándose.
En la vida pasa igual y muchas personas ante las enseñanzas de Jesús “entrar en barrena”, produciendo que todo el conocimiento adquirido y lo que cada uno se creían en la vida, se venga a pique y se estrelle contra el piso desintegrándose en su totalidad.
Hoy quiero compartir contigo una parábola que puede hacer que cualquiera “entre en barrena”:
“Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos”. Mat 20:1-16.

Muchos se sorprenden con esta parábola, ya que les parece injusto que se premie de la misma manera a todos, sin tomar en cuenta que algunos llegaron primero junto con sus obras y sus sacrificios. Pues bien, creo que Jesús quiso sacarnos de la mente, que no es por méritos como llegamos al cielo sino que es por gracia, una gracia igual y pareja para todos. Conviene entonces, mirar más de cerca la parábola, pues Jesús establece una comparación, no entre varios trabajadores, sino entre diversos grupos de trabajadores. Cada grupo puede representar un pueblo, una asociación, una clase social o una congregación.  Unos recibieron la Palabra de Dios hace muchos años atrás, otros recién la reciben. Y a lo largo de la historia, Dios llama a los diversos pueblos o personas a que vengan a trabajar a su viña.
Dios llamó a Abraham y le encargó, a él y a sus descendientes, su obra en el mundo. Más tarde, en tiempo de Moisés, mucha gente se juntó a su grupo para salir de Egipto, y lo mismo sucedió en los siglos siguientes.

Los antiguos reivindican constantemente su derecho a ser tratados mejor que los demás, pero la viña no les ha sido encargada en forma exclusiva.

Uno de los mayores obstáculos a la revolución de Jesús es el espíritu de propiedad que se encuentra en los grupos, incluido los religiosos. Los que son herederos de varias generaciones cristianas se creen con derechos y no aceptan que los nuevos cambien las reglas del juego. Y eso no es solo de hoy día, basta con ver en Hechos 22, 22 (la furia de la muchedumbre cuando Pablo habla de ir a los pueblos paganos).

Después de la venida de Cristo, el Evangelio fue llevado a otros pueblos, hasta entonces paganos. Entraron en la Iglesia y formaron la cristiandad. También ellos pensaron que el Reino de Dios y la Iglesia eran cosa suya. El rey de España se llamaba el Rey muy Católico, y mucha gente consideraba que los indios entrarían en el Reino de Dios al mismo tiempo que se sometían al rey de España. 

Hasta nuestros días no han faltado las familias que se extrañan cuando la Iglesia critica sus privilegios y ya no les concede los primeros asientos en el templo. Dicen que la Iglesia los traiciona, porque siempre han pensado que la Iglesia era suya. En la parábola todos son puestos igualdad y reciben el mismo denario la moneda de plata del sueldo diario. ¡Que se alegren por haber sido llamados a trabajar cuando estaban desocupados! Notemos que solamente a los primeros se les determina un sueldo. Es un signo más de que los primeros son los judíos a los que Dios trae la salvación en cumplimiento de un contrato (su alianza con ellos), mientras que los otros son pueblos paganos a los que la salvación llega como don gratuito, ni prometido, ni esperado (Rom 15,8-9).

La frase "salió a contratar trabajadores" nos dice que este hombre salió como había salido el sembrador, tal y como había salido Jesús (Mc 1,38) para traer la salvación a los hombres.

Los primeros se quejaron  diciendo "los considera igual que a nosotros". Posiblemente los obreros de la última hora figuraban originariamente a los pobres, seguidores de Jesús. La sociedad religiosa no les había dado la oportunidad de despertar y de participar en el trabajo de Dios, Los ambientes cómodos no deben escandalizarse si Jesús demuestra tanto aprecio a los pequeños y a los pecadores, "olvidando" a los justos. Tampoco deberán escandalizarse si Dios algún día, les da a éstos, los primeros puestos. Ellos, que desde la primera hora han conocido la Ley y se sintieron obligados a cumplirla, podrían ser pagados de último pero deberían tener el privilegio de haber oído primero la Palabra de salvación y trabajar con orgullo en el Reino para que a los demás, les llegue también la salvación. Se trata simplemente de un tema de compartir y no de ser egoísta. Este parece haber sido el sentido original de la parábola, pero visiblemente Mateo la refiere a otra situación, la de los pueblos paganos que entran a la Iglesia, y nosotros debemos referirla a las masas sin evangelizar que rodean iglesias sin ambición.

Autor: Mario Gutierrez