El Destino del Cristiano


La existencia de un destino presume un origen, un principio o un punto de partida. Tal como en una competencia de carros o una carrera de maratonistas, de la misma manera hay una meta de salida y también una meta de llegada o destino. En la vida es indispensable tener objetivos claros y precisos si queremos llegar a nuestro destino. Muchos cristianos hoy en día no conocen cual es su destino. El apóstol Pablo tenía muy clara sus metas: “A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él. Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí” (Col. 1:28-29).

Nuestro Destino es ser transformados a la imagen de Cristo Jesús y cuando le veamos cara a cara completaremos esta transformación. Mientras tanto nos encontramos en el proceso de cambio y santificación. El objetivo del ministerio de Pablo era ayudar a que todos los creyentes fueran perfectos o completos en Cristo. Es importante recordar que la vida cristiana es el proceso de transformación para ser como Cristo y es el Espíritu Santo el que ayuda a transforma a los creyentes para lograr ese propósito.

Nuestro creador ya tenía diseñada y formulada nuestra vida y nuestro destino. El Salmo 139 en los versículos del 13 al 16 dice: “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien! Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos”. Antes que fuéramos concebidos Dios nos había formado en su mente de una manera extraordinaria. El ha marcado nuestro destino desde un principio y su voluntad para nosotros es enteramente beneficiosa y positiva, es por ello que no debe caber duda en nuestro interior a cerca del futuro que afrontamos, siempre y cuando nos mantenemos agarrados de su mano. Por tanto se hace necesario que nuestra manera de vivir se vea transformada a diario por pensamientos que se renueven a cada instante: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Rm. 12:2). 

Nuestro destino debería ser la meta a la cual nos acerquemos cada día un poco más, buscando ser constantes en ese avance y perseverantes en ese objetivo, el de ser santos y perfectos en Cristo Jesús. Satanás ha buscado la manera de impedir y desviar nuestra mirada de esa meta y cada día y en cada instante, empleará cualquier situación y a cualquier persona para lograr su cometido y crear en tu mente la idea que de que el destino de Dios para ti no existe y que la vida entonces, no tiene ningún sentido, solamente es pasajera y que por lo tanto hay que vivir el momento sin pensar en el futuro porque no lo hay. Mira lo que en el libro de Sabiduría[1] en parte de sus capítulos 1 y 2 dice al respecto y como se expone el pensamiento de aquellos que el enemigo utiliza contra el cristiano: “Porque Dios no hizo la muerte, y no le gusta que se pierdan los vivos. El creó todas las cosas para que existan;…. La tierra no está sometida a la muerte, pues el orden de la justicia está más allá de la muerte. Los impíos, sin embargo, llaman a la muerte con gestos y palabras; ven en ella a una amiga y se han prendado de ella; han hecho con ella un pacto y se hacen merecedores de caer en sus manos” (Sab. 1:13-16). 

Y en el mismo libro de Sabiduría en el capitulo 2 dice: “Partiendo de falsos razonamientos sacan estas conclusiones: Nuestra vida es corta y llena de decepciones, tendremos un fin y será sin remedio: nunca se ha visto que alguien haya subido del mundo de los muertos. Nacimos por pura casualidad, y cuando lleguemos al final será como si no hubiésemos existido. Nuestro soplo vital no es más que el vapor de nuestro aliento; nuestro pensamiento salta como una chispa del latido de nuestro corazón. Cuando llegue a extinguirse, el cuerpo regresará al polvo, y el espíritu se dispersará como una bocanada de aire. Con el tiempo se olvidarán de nuestro nombre, nadie más pensará en lo que hicimos; nuestra vida pasa como la sombra de una nube, se desvanece como niebla a los rayos del sol. Nuestra vida es sólo el paso de una sombra, cuando llega el fin es sin vuelta: una vez sellado, nadie vuelve.

Vengan, pues, gocemos de los bienes presentes, aprovechémonos de todo, ¡ea, vamos, es la juventud!, ¡que haya vino y perfumes! ¡No dejemos que se marchiten las rosas, pongámoslas en nuestra corona! ¡Que nadie de nosotros falte a nuestra comilonas; por todas partes dejaremos recuerdos de nuestras fiestas, pues ésa es nuestra herencia y nuestra suerte! Seamos duros con esos pobres piadosos, y lo mismo con las viudas; ¡nada de respeto con los viejos de cabellos blancos!" ¡Nuestra fuerza sea la ley! ¡La debilidad es prueba de que uno no sirve para nada! Hagamos la guerra al que nos reprende porque violamos la Ley; nos recuerda cómo fuimos educados y nos echa en cara nuestra conducta. Pretende conocer a Dios y se proclama hijo del Señor. No hace más que contradecir nuestras ideas, y su sola presencia nos cae pesada. Lleva una vida distinta a la de todos y es rara su conducta. Nos considera unos degenerados, creería mancharse si actuara como nosotros. Habla de una felicidad para los justos al final y se vanagloría de tener a Dios por padre.

Veamos, pues, si lo que dice es verdad y hagamos la prueba: ¿cómo se librará? Si el justo es hijo de Dios, Dios lo ayudará y lo librará de sus adversarios. Sometámoslo a humillaciones y a torturas, veamos cómo las acepta, probemos su paciencia. Luego, condenémoslo a una muerte infame pues, según él, alguien intervendrá. (Sab. 2:1-20).

E inmediatamente en el mismo capítulo 2 del mismo libro encontramos esta conclusión: “Así, es como razonan, pero están equivocados. Su maldad los enceguece, de tal manera que no conocen los secretos de Dios. No esperan la recompensa de una vida santa, ni creen que las almas puras tendrán su paga. Pero Dios creó al hombre a imagen de lo que en El es invisible, y no para que fuera un ser corruptible. La envidia del diablo introdujo la muerte en el mundo, y la experimentan los que toman su partido” (Sab. 2:21-24).

Que más decir acerca de lo que Satanás ha querido hacer en nuestra vida y cómo pretende desvirtuar el destino de Dios para el hombre. Lamentablemente ese destino fue manchado y corrompido por nuestra desobediencia, y hemos venido cayendo en la trampa del enemigo el cual se aprovecha de la naturaleza humana que está siempre inclinada al pecado. El Señor tuvo que entregar a su hijo para alcanzarnos la perfección y recuperar ese destino como hijos de Dios. En Dios existe la restauración. La Biblia nos enseña acerca de esto: “Ustedes estaban muertos a causa de sus faltas y sus pecados. Con ellos seguían la corriente de este mundo y al soberano que reina entre el cielo y la tierra, el espíritu que ahora está actuando en los corazones rebeldes. De ellos éramos también nosotros, y nos dejamos llevar por las codicias humanas, obedeciendo a los deseos de nuestra naturaleza y consintiendo sus proyectos, e íbamos directamente al castigo, lo mismo que los demás. 

Pero Dios es rico en misericordia: ¡con qué amor tan inmenso nos amó! Estábamos muertos por nuestras faltas y nos hizo revivir con Cristo: ¡por pura gracia ustedes han sido salvados! Nos resucitó en Cristo Jesús y con él, para sentarnos con él en el mundo de arriba.

En Cristo Jesús Dios es todo generosidad para con nosotros, por lo que quiere manifestar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia. Ustedes han sido salvados por la fe, y lo han sido por gracia. Esto no vino de ustedes, sino que es un don de Dios;" tampoco lo merecieron por sus obras, de manera que nadie tiene por qué sentirse orgulloso. Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados en Cristo Jesús con miras a las buenas obras que Dios dispuso de antemano para que nos ocupáramos en ellas.

Acuérdense de que fueron gente pagana; los que se llaman a sí mismos circuncisos, por una circuncisión quirúrgica, los llamaban a ustedes incircuncisos. En aquel tiempo no esperaban un Mesías, no tenían parte en el pueblo de Israel y no les correspondían las alianzas de Dios ni sus promesas; ustedes vivían en este mundo sin esperanza y sin Dios.

Pero ahora, en Cristo Jesús y por su sangre, ustedes que estaban lejos han venido a estar cerca. El es nuestra paz. El ha destruido el muro de separación, el odio, y de los dos pueblos ha hecho uno solo. En su propia carne destruyó el sistema represivo de la Ley e hizo la paz; reunió a los dos pueblos en él, creando de los dos un solo hombre nuevo. Destruyó el odio en la cruz y, habiendo reunido a los dos pueblos, los reconcilió con Dios por medio de la misma cruz.

Vino como evangelizador de la paz: paz para ustedes que estaban lejos, y paz para los judíos que estaban cerca. Y por él los dos pueblos llegamos al Padre en un mismo Espíritu.

Así, pues, ya no son extranjeros ni huéspedes, sino ciudadanos de la ciudad de los santos; ustedes son de la casa de Dios” (Ef. 2_1-19). 

Es en este último versículo en donde encontramos la revelación de nuestro destino, somos llamados ciudadanos de la ciudad de los santos y por tanto pertenecemos a la casa de Dios, Pablo lo afirmaría en su carta a los Filipenses: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Flp. 3:20).

Tú destino y el mío es estar en la presencia de Jesús. Como ciudadanos del cielo, nuestra raíz espiritual nos llama a nuestra patria celestial. Tu destino está con tu Señor Creador y Salvador y debemos aprender a volar hacia allá.

Tomado de mi libro Listo Para Volar - Un llamado a la Libertad, Cap. III, pag. 60

Autor: Mario Gutierrez

[1] El Libro de la Sabiduría de Salomón, es un libro bíblico del Antiguo Testamento y está incluido en el Tanaj judío hebreo-arameo (conjunto de los 24 libros de la Biblia hebrea y constituye, junto a otros libros, el llamado Antiguo Testamento). Se incluye en Biblia entre los llamados libros deuterocanónicos. En las Biblias, producto de la Reforma, son excluidos estos libros deuterocanónicos, a los cuáles llaman "apócrifos". 







.

El Milagro de Martha: Soplando vida.

El Milagro de Martha es un ejemplo más de la misericordia de Dios para con sus hijos. En los momentos más difíciles para Martha y para su familia, El señor estaba con ellos. Aquella misma tarde cuando la familia decidió reunirse para orar por la vida de Martha en lugar de quedarse en la  sala del hospital a la esperar del anunciado desenlace fatal, decidieron poner el control de la vida de ella en las manos de Dios, su madre entendió que debía entregar a su hija al Señor y cuando todos entendieron el significado de este acto y lo practicaron, Dios ya estaba obrando un milagro de vida y de esperanza.

Martha Arteaga, una joven Mexicana  de 20 años enfermó de gravedad. Un virus se había apoderado de ella, alojándose en diferentes partes y órganos de su cuerpo. Esa situación obligó a que fuera internada en el Hospital de Beneficencia Española de Puebla, en México, el 14 de Septiembre de 1998. El deterioro de la salud de Martha era alarmante. Había pasado casi un mes desde su ingreso al hospital, los médicos no encontraban ninguna explicación, los exámenes médicos que le fueron practicados no indicaban nada.
El reloj marcaba las 2:15 de la mañana. Teresita hermana de Martha había viajado desde El Salvador (País de residencia) hasta México para estar con ella y poder hacerle compañía. Estando en la habitación del hospital  Teresita veía como su hermana comenzaba a convulsionar y de inmediato alerta a las enfermeras y  éstas  al darse cuenta de la gravedad de la situación, sacan a Teresita de la habitación. La alarma “Código Rojo” se activa, dando el indicativo que el corazón de Martha se había paralizado, al instante  varios doctores comenzaron a hacerse presentes.
Teresita se encontraba en el pasillo, siendo testigo de todo aquel gran movimiento de médicos y enfermeras entrando y saliendo de la habitación de su hermana. El temor y la duda se habían apoderado de ella y la angustia de no saber lo que ocurría la invadieron de tal manera que su desesperación iba aumentando con rapidez.
Mientras todo eso sucedía,  de la habitación de enfrente a la de Martha, apareció una señora quien comenzó a hacerle compañía a Teresita, consolándola y dándole tranquilidad. Ella le dijo que si tenía fe en Jesús, él sanaría a su hermana. Esta mujer fue de gran ayuda para Teresita incluso orientándola en la firma de los documentos que en ese momento le pedían para autorizar el ingreso de su hermana a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital.
Ese mismo día por la mañana, Teresita fue a buscar a la señora para agradecerle su ayuda al estar con ella en tan angustiantes momentos, tocó en la puerta de la habitación de donde horas antes la señora había salido. Como nadie abría la puerta, Teresita entró en la habitación pero no había nadie, el lugar estaba vacío. Ella fue a la recepción a preguntar por aquella señora, pero la respuesta que le dieron fue que esa habitación estaba desocupada desde hacía dos días. Teresita recuerda que algo peculiar le llamó la atención de la señora, su blusa nunca la olvidaría, ésta era de un blanco intenso y resplandecía como si estuviera expuesta a la luz en un día soleado. Teresita quedó impresionada por esta situación y la guardó en su mente y en su corazón.
Pasados 13 días, Martha seguía interna en la UCI luchando por su vida, era un 28 de octubre, su cuerpo ya no resistía más. Los médicos no daban ninguna esperanza de vida, sus órganos iban muriendo poco a poco, todos los conocimientos de los médicos, los medicamentos y todos los esfuerzos por recuperar a Martha eran en vano. Los riñones comenzaron a fallar y se diagnosticaba una cadena de más fallos del resto de sus órganos. Si existía alguna esperanza de vida para Martha, no era nada alentadora puesto que el diagnóstico apuntaba a que si sobrevivía quedaría en estado vegetativo.
Ese día a las dos de la tarde, toda la familia estaba reunida en el hospital, Teresita pidió a todos que se unieran en oración, recordaba las palabras de aquella misteriosa señora de tener fe en Jesús. La familia estaba en un dilema, si  invertían su tiempo en orar o bien, en acompañar a Martha.
Hacía seis meses atrás que Teresita había asistido a un retiro espiritual y recordó algo que había aprendido: “Cuando nosotros ya no podemos hacer más, teníamos que entregarle a Jesús todos nuestros pesares y cargas, para que Él diera solución a ese gran dolor o esa gran necesidad que sintiéramos”. Precisamente esto mismo, Teresita se lo hizo saber a su madre.
Gloria, la madre de Martha y de Teresita, entregó a su hija a Jesús y también a María (esto por su formación Católica), lo hizo con todo su corazón y entre lágrimas dijo:
— Señor Jesús, tú me la diste y yo la recibí con todo mi corazón, pero si es tu voluntad ahora llevártela contigo, te la entrego, Padre bendito —.
A las 2:08 de la tarde, Teresita convocó a todos para la oración, escogieron hacerlo a través de rezo con un rosario. Teresita recordaba muy bien esa hora porque al momento vio su reloj para calcular el tiempo que le llevaría el rezo, esperando terminar antes que concluyera la hora  autorizada de visitas en la UCI la cual duraba hasta las 3:00 de la tarde, de lo contrario tenían que esperar la próxima hora de visita de 7:00 a 8:00 pm.
La familia terminó su oración a las 2:50, como faltaban 10 minutos para concluir la hora de la vista, Teresita y su madre decidían quien de las dos aprovecharía esos escaso minutos para visitar a Martha, no podían darse el lujo de esperar hasta el siguiente turno porque pensaban que sería muy tarde, dado el estado agónico de Martha. La decisión cayó en Teresita puesto que Gloria su madre, no soportaba ver a su hija en ese estado.
A la entrada de la UCI permanecía un guardia que controlaba el acceso, solo permitía pasar una visita por cada persona que estaba ingresada. Controlaba el nombre del visitante, la hora de entrada y la hora de la salida. Teresita se hizo presente y le dijo al guardia que pasaría a ver a su hermana y éste no se lo permitió argumentándole que la otra hermana de ella ya estaba dentro. Teresita se sorprendió,  puesto que  su otra hermana estaba en la sala de espera junto con toda la familia y por ser menor de edad no podía ingresar como visita a la UCI por políticas del hospital. Teresita rebatió  el argumento del guardia diciéndole:     
—Vea, mi otra hermana es aquella que ve ahí, no hay más—.
El guardia le aseguró que la otra persona que se encontraba dentro de la UCI era hermana de ella, argumentaba esa seguridad diciendo que  lo único que la diferenciaba de Teresita con esa persona, era la ropa que llevaba puesta, porque ambas  tenían un gran parecido físico.
Teresita desconcertada y molesta por la confusa situación y con cierta mofa increpó al guardia:
— A ver, dígame: ¿Cómo se llama mi hermana? —
Teresita se acercó a mirar el libro de registro en este se leía:
“Aranzazú Losano”.
Hora de entrada: 2:05 pm.
Hora de salida: (todavía estaba en blanco).

Teresita aseguró que aquello era una confusión, porque el apellido de su familia no era Losano y que, con seguridad se habían equivocado de familia al anotarla, ya que en la cama contigua a la de Martha, también estaba otra joven muy enferma y Teresita pensaba que aquella mujer debía  ser pariente de dicha joven. Ella insistió que la dejaran entrar ya que el tiempo de la visita estaba por terminar, faltaban tan solo 5 minutos.
Al llegar a la pequeña habitación de Martha, ella tenía, en su mano, la sonda que le habían insertado por la garganta la cual estaba conectada a un respirador artificial.
Martha viendo a Teresita le dijo:
— ¿Todavía estás aquí?—
Horas antes a este suceso, Martha se encontraba agonizando y presentaba en todo su cuerpo un color grisáceo el cual semejaba a un color de muerte como es típico de las personas que agonizan. Ella no había reaccionado desde su ingreso a Cuidados Intensivos, mucho menos no hablaba por su estado de inconsciencia.
Era maravilloso lo que estaba ocurriendo, durante la visita de la “misteriosa hermana” Martha presentaba  una coloración rosada en sus mejillas. La sonda que ella tenía en su mano se encontraba limpia como si nunca hubiera sido utilizada y Martha había recuperado la voz.
Teresita al ver que la sonda no estaba en su lugar se molestó y reclamó por el aparente descuido  a las dos enfermeras que ahí se encontraban de turno. Ambas enfermeras contestaron:
—Su otra hermana, la que es igualita a Ud. acaba de salir y con seguridad se deben haber encontrado con ella a la salida.  Ella no nos  dejó acercarnos a Martha porque nos dijo que estaría  al cuidado de su hermana durante todo el tiempo que durara la visita y que podíamos  despreocuparnos. —
Teresita al recapacitar sobre las respuestas de aquel guardia y de aquellas dos enfermeras quedó sin aliento, pensó que la “misteriosa hermana” era un ángel que había llegado a llevarse a Martha. Este pensamiento cobró fuerza ya que aquella mujer también visitó a la otra joven la qué moriría horas después. De inmediato Teresita comentó el suceso a los miembros de su familia, investigaron incluso con la familia de la otra joven, y aquel apellido Losano nunca les pareció familiar ni mucho menos conocido.
Poco después, el guardia de la entrada, también aseguró a Teresita que cuando ella subía las gradas que la conducían directamente a la UCI en donde Martha se encontraba, aquella “misteriosa hermana” bajaba a la vez  esas mismas gradas y que al encontrase ambas, ella colocó su  mano sobre la cabeza de Teresita (como un gesto de cariño y de consuelo). Teresita nunca se percató de esta situación, tampoco sintió nada.
A partir de aquel instante en que Martha recibiera a tan inesperada visitante, su estado de gravidez comenzaría a disminuir gradualmente.
Horas después Teresita y su familia descubrirían algo que las dejaría sin aliento: Aránzazu es uno de tantos nombres con que se conoce a la Virgen María[1].
Debido a que Martha había salido de peligro, los médicos decidieron sacarla de la UCI y pasarla a una habitación normal en el hospital. Por esos días Gloria, la madre de Martha tuvo un sueño, en el se veía con el Señor Jesús y él ponía sus manos llagadas sobre las de ella, al mismo tiempo le decía:
—Ve y con la fe que me tienes impónselas a tu hija—
Gloria se levantó de inmediato y de madrugada acudió al hospital para imponer las manos a Martha. Gloria comenta que sus manos las sentía muy calientes como si se le estuvieran quemando. Desde esos precisos momentos la salud de Martha mejoró notablemente día a día.
Martha estuvo un poco más de tres meses en el hospital, uno de esos meses lo pasó ingresada en la UCI. Los doctores reconocieron que era un gran milagro. Después de esto, ellos aseguraron que Martha tardaría por lo menos dos años en recuperarse y que no quedaría del todo bien por tantas complicaciones que había tenido. Martha fue dada de alta 23 de Diciembre de ese mismo año, paso la Navidad en casa. Su restablecimiento fue del 100%, no le quedo ninguna secuela. No tiene ninguna cicatriz del tubo en su garganta. Se casó el 8 de Septiembre del 2001. Por diferentes razones, Martha pospuso la fecha de su boda en tres ocasiones y sin saberlo en ese momento, la fecha seleccionada para su boda coincide con el día dedicado a la Virgen de Aránzazu. Martha vive en Puebla, México, junto con su esposo y  sus tres hijas. A su primera hija le puso el nombre Aránzazu quien tuvo que ser sometida a una operación de corazón abierto el 4 de enero del 2009, y su operación fue totalmente exitosa.
El Milagro de Martha es un ejemplo más de la misericordia de Dios para con sus hijos. En los momentos más difíciles para Martha y para su familia, El señor estaba con ellos. Aquella misma tarde cuando la familia decidió reunirse para orar por la vida de Martha en lugar de quedarse en la  sala del hospital a la esperar del anunciado desenlace fatal, decidieron poner el control de la vida de ella en las manos de Dios, su madre entendió que debía entregar a su hija al Señor y cuando todos entendieron el significado de este acto y lo practicaron, Dios ya estaba obrando un milagro de vida y de esperanza, no solo en Martha, también para todos.
Hay preguntas que surgen: ¿Quién sería aquella Señora que consolaría a Teresita en sus momentos de desesperación?  ¿Sería la misma mujer que se hizo pasar por la hermana de ambas? ¿Era  acaso el Ángel del Señor o el mismo Santo Espíritu de Dios que velaba el sueño de Martha? ¿Sería la misma Madre de Jesús que al igual como en las bodas de Caná de Galilea (Jn. 2:1-11) intercedía esta vez por la falta del “vino de la vida” en Martha y por la falta del “vino de  la fe” en Teresita y su familia? ¿A caso el apellido de aquella señora LOSANO era un mensaje oculto de Dios, queriendo decir: Jesús LA-SANÓ”?
La respuesta a estas preguntas las tienes solamente tú. Todo dependerá de la fe con que lo veas. Lo que si es seguro es que en aquel momento, Dios estuvo con Martha y con Teresita abrazándolas y hablándoles de su inmenso amor. El Señor obra de manera extraña. Siempre nos estará sorprendiendo. Nuestra mente estará confusa si pretendemos buscar explicaciones. Pero si mantenemos abiertos los ojos espirituales podremos entender sus maravillosas obras. Teresita le creyó a Dios, cuando aquella señora le dijo que tuviera fe en Jesús. Y Él respondió a esa fe. En el evangelio según San Marcos, capítulo 9, versículo 23 encontramos: “…Todo es posible para el que cree". Dios ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin. “…y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén”. Mt. 28:20. Ese hermoso e impresionante el milagro de sanación en la vida de Martha es solo un pequeño ejemplo del amor de nuestro Señor para con nosotros. Tratar de buscar cualquier respuesta con la lógica humana resulta imposible. Necesitamos solamente creer y dejarse llevar por lo que El quiera hacer.

Autor: Mario Gutiérrez
Extraído de mi libro: Listo Para Volar. Un Llamado a la Libertad


[1] “Nuestra Señora de Aránzazu” es un santuario católico mariano situado en el municipio de Oñate, en Guipúzcoa, País Vasco en España, donde se venera a la Virgen de Aránzazu, patrona de esta provincia y que se habría aparecido en 1496. En la ciudad de Guadalajara en México también existe un templo en honor a esa misma Virgen.

Condiciones Climáticas Para el Vuelo


Los mejores días para volar, son aquellos en los cuales los cielos están despejados o poco nublados y sin vientos cruzados. Un viento cruzado es aquel que tiene un componente perpendicular a la línea o dirección de viaje. En aviación se considera viento cruzado a aquel viento que sopla perpendicularmente a la pista de aterrizaje, dificultando los aterrizajes y despegues en comparación con un viento que siguiera el sentido de la pista. Si el viento cruzado es lo suficientemente fuerte puede provocar daños estructurales al tren de aterrizaje en las aeronaves que intenten aterrizar. Y a los que intentan despegar, esta fuerza puede llegar a causar que la aeronave se salga de la pista teniendo graves consecuencias.

En la vida y en el mover de todo cristiano existen vientos cruzados que no le permiten desenvolverse a plenitud, provocando que su vida se salga de la pista o del camino señalado por Dios y por consiguiente, la provocación de la caída y el daño subsecuente. Por lo tanto es necesario evitar esos vientos que se cruzan, no solo en la conducta y en el proceder del creyente, sino que además, evitar que se crucen en su mente. Un cristiano con pensamientos de duda y sin una fe arraigada en Cristo no puede tener esos cielos abiertos y despejados para actuar como se espera de él.

Creyendo y no dudando

Cuando queremos alzar nuestro vuelo en el Espíritu, necesitamos comprender que es de suma importancia que nuestro cielo, en este caso, nuestra mente, esté completamente despejada y sin vientos cruzados. Si los hubiere, necesitamos estar conscientes de su existencia, poderlos medir y realizar los cálculos necesarios para saber si nos pueden afectar al momento del despegue. No podemos alzar el vuelo si nuestra cabeza está llena de grandes nubarrones y de fuertes vientos cruzados que quieran impedir el remontarnos en aire. Nuestros pensamientos deben estar muy bien orientados y muy bien definidos para el logro de nuestros propósitos. La duda y el raciocinio humano son dañinos e impiden el despegue.

“Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados. 

— ¡Es un fantasma! —gritaron de miedo. 

Pero Jesús les dijo en seguida:

— ¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo. 

—Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua. 

—Ven — dijo Jesús. 

Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:

— ¡Señor, sálvame! 

En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: 

— ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” 

(Mt. 14:26-31).

Pedro al igual que su compañeros creyeron haber visto un fantasma, pero cuando el Señor les reveló su identidad, Pedro retó a Jesús pidiéndole una prueba que le confirmara si se trataba de él. Cuando Pedro bajó de la barca por mandato del Jesús y comenzó a caminar, sintió un viento fuerte y comenzó a hundirse. Jesús reveló a Pedro una gran verdad: La duda hunde y destruye el éxito de lo que te propongas. 

Uno de nuestros mayores “vientos cruzados” consiste en dudar que vayamos a lograr lo que Dios nos pide que hagamos. Esta duda proviene no solo del temor causado por los vientos fuertes que soplan directamente en nuestra contra, sino que también, la duda se origina cuando comenzamos a pensar racionalmente, es decir de una manera lógica, y comenzamos a formular preguntas como por ejemplo: ¿cómo lo hará Dios? ¿Cómo podrá ser posible todo esto? Cuando pretendemos responder a esas interrogantes, buscando una respuesta comprensible, comenzamos a imaginar decenas de opciones o posibilidades, las cuales solo nos pueden llevar a la confusión. Aquí está nuestro error. Dios no actúa como lo haríamos nosotros. El siempre lo hará de la manera menos pensada y de la forma menos ortodoxa.

Recordemos uno de los hechos más impresionantes en la historia de la Biblia: El Paso por el Mar Rojo. (Ex.14). Cuando el pueblo de Israel era perseguido por el Faraón fueron puestos “entre la espada y la pared” es decir entre el ejército de Faraón y el mar rojo. Para aquellos que por primera vez comenzaban a leer este capítulo del libro del éxodo, podrían ir imaginando una tremenda masacre del pueblo de Israel causada por los egipcios. Lo mismo, supongo, pensaron los que estaban allí en ese momento. Era lógico lo que se veía venir sobre la vida de todos ellos, solo hay que imaginar la escena. Casi todos hemos estado frente al mar y ante tal inmensidad cualquiera se siente pequeño e insignificante. Lo mismo sintieron los israelitas, ese sentimiento les creció de una manera gigantesca. El temor y la angustia de ser pasados por la espada de sus perseguidores, invadió sus mentes. ¿Cómo escapar? ¿Hacia dónde ir? ¿Qué hacer? Definitivamente la cara de la muerte estaba frente a ellos. La decepción en Dios y en Moisés era absoluta.

A muchos nos pasa igual. La angustia y la desesperación ante las presiones de la vida, hacen que se renieguen contra Dios. Y en ti, ¿existe alguna situación que te provoca ese sentimiento hacia la vida y hacia Dios?, ¿acaso será la noticia que el médico te dio diciéndote que tienes una enfermedad de muerte y que te quedan pocos días de vida? a lo mejor eres una persona joven y que te falta mucho por hacer y hoy tus planes de vida se ven truncados por tal anuncio; a lo mejor estás pasando por la experiencia del fallecimiento de la persona a quien amabas, o quizá estés tan desesperado por alguna circunstancia en particular y estás a punto de quitarte la vida porque piensas que no hay salida. ¡Espera un momento! ¡Detente! La historia del pueblo de Israel no termina de esa manera, quien se imaginaría que Dios abriría el mar para que el pueblo pudiera atravesar por él. Y quien imaginaría que ese mismo mar que sirvió para salvación del pueblo, sirviera también de muerte y de sepulcro para sus enemigos y angustiadores. Dios siempre tiene maneras de sorprendernos y de aliviar las cargas de la vida. Solamente tienes que saber que él te ama así como eres, así como estás. Deja que El tome el control de la situación, solo deja que el tome los mandos de tu nave (tu vida) y que la conduzca con maestría y excelencia como lo hace un experimentado piloto que ante cualquier turbulencia causada por fuertes tempestades, saca al avión de la situación controlándolo y alejándolo del peligro hacia espacios despejados y cielos azules.

Tomado de mi libro Listo Para Volar. Un Llamado a la Libertad.

Autor: Mario Gutiérrez

Palabra, Obediencia y Bendición


“Una vez, Jesús estaba a la orilla del Lago de Galilea y la gente se amontonaba alrededor de él para escuchar el mensaje de Dios. Jesús vio dos barcas en la playa. Estaban vacías porque los pescadores estaban lavando sus redes. Una de esas barcas era de Simón Pedro. Jesús subió a ella y le pidió a Pedro que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, y desde allí comenzó a enseñar a la gente. Cuando Jesús terminó de enseñarles, le dijo a Pedro: Lleva la barca a la parte honda y lanza las redes para pescar. Pedro respondió: Maestro, toda la noche estuvimos trabajando muy duro y no pescamos nada. Pero, si tú lo mandas, voy a echar las redes. Hicieron lo que Jesús les dijo, y fueron tantos los pescados que recogieron, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran en seguida a ayudarles. Entre todos llenaron las dos barcas. Eran tantos los pescados, que las barcas estaban a punto de hundirse”. Lc 5: 1-7

Busquemos las enseñanzas al rededor de esta lectura:

1. Mientras que otros buscan con ansias la Palabra y se amontonan al rededor del Señor para escucharle hablar, otros están tan ocupados y afanados en sus cosas que no escuchan a Dios, tal como los pescadores que limpiaban las redes. 
2. Las dos barcas del relato estaban vacías. Las barcas representan la vida, el hogar, la familia, el trabajo, la iglesia. Cuando no escuchamos a Dios y no estamos alimentados de su palabra, estamos vacíos, por más que intentemos obtener buenos resultados, seguiremos sin éxito alguno. Los pescadores habían trabajado toda la noche sin lograr pescar. Volvieron a casa con las manos vacías y lavaban sus redes desilusionados por la pesca infructuosa.
3. El Señor se fijo en las dos barcas vacías y escogió subirse a una de ellas. Jesús, en medio de la multitud distingue quien se está alimentado y quien se encuentra con hambre. Una gran cantidad de personas se agolpaban alrededor de él, y aunque lo rodeaban, el Señor logra distinguir en la orilla las dos barcas vacías. Jesús toma la decisión y sube a una de las dos barcas. El señor es misericordioso y entra en nuestra intimidad cuando más vacíos estamos y nos enseña, nos da sabiduría a través de sus palabras.
4. Después que Jesús enseña da indicaciones de echar las redes. Cuando Dios nos alimenta con el pan de la Palabra y nos da sabiduría, el nos indicará que hacer, y aunque quizá dudosos, debemos hacer las cosas por obediencia y con fe.
5. Pedro había intentado pescar toda la noche, pero lo había hecho por sus propios conocimientos y experiencia, y aún así no había obtenido resultados. Pero cuando lo hizo por mandato de Jesús (confiando en él) echó las redes, esta vez de día y no de noche. Los resultados fueron sorprendentes. Las redes se rompían. Cuando no Dios no está en nuestra vida, caminamos en oscuridad y fracasamos. Estando con él caminamos en la luz y somos exitosos.
6. Eran tantos los peces que Pedro llamó a los compañeros para que le ayudaran y entre todos llenaron las dos barcas que estaban vacías. Debemos aprender a compartir con los demás las bendiciones que Dios nos da. Cuando no somos egoístas y ayudamos a aquellos que están vacíos, tanto material como espiritualmente, las bendiciones abundarán para todos y nuestras vidas estarán repletas y en abundancia. Que hubiera pasado si Pedro no llama a sus compañeros, con seguridad su barca se hubiera hundido. A muchos les pasa, tienen tanto, no quieren compartir, terminando solos y hundidos.

Busquemos con ansias la Palabra, confiemos en las instrucciones de Jesús, compartamos con los demás las bendiciones, entonces recibiremos la bendición, hasta que sobre y abunde.

Autor: Mario Gutiérrez

El Evangelio: Lo que no es. Una mirada a ciertos errores actuales


Comparto este interesante artículo tomado de "LA PALABRA ENTRE NOSOTROS", Devocionario Católico en su edición Cuaresma  2013. (www.la-palabra.com)


Hace aproximadamente 800 años, un joven de Asís, llamado Francisco estaba rezando muy concentrado en la contemplación frente a un crucifijo en la deteriorada iglesia de San Damián. Estaba absorto en la contemplación cuando, de repente, escuchó una voz que venía del crucifijo. “Francisco”, le dijo, “anda a reconstruir mi iglesia, que como ves está en ruinas.” Movido por la voz, Francisco se puso de inmediato a trabajar para restaurar el ruinoso templo. Sacó los escombros, parchó el techo y colocó piedras nuevas para afirmar las paredes. Incluso salió a las calles de la ciudad a pedir dinero para comprar los materiales necesarios.
Pero no era esto exactamente lo que Dios quería decirle. Con el tiempo, Francisco se dio cuenta de que Jesús le pedía reconstruir espiritualmente toda la Iglesia, no reparar físicamente un templo.
El malentendido y la falta de una comunicación clara son naturales en la vida. Todos hemos dicho algo poco claro o hemos entendido erróneamente las palabras de alguien, y estos malentendidos a veces nos han llevado a cometer errores en el trabajo, hacernos una mala impresión de alguien o reaccionar con violencia a lo que nos ha parecido un insulto. Incluso, en ocasiones estos malentendidos nos han hecho cambiar la manera como llevamos la vida cristiana.
En el primer artículo, dijimos que era importante tener en claro cuál es el mensaje del Evangelio. Esta vez queremos referirnos a ciertas ideas erróneas que mucha gente tiene del Evangelio. Tal vez si podemos definir lo que el Evangelio no es, lograremos un mejor sentido de lo que sí es.
Errores primitivos. Recordamos que, en la época de la iglesia primitiva, los apóstoles se dedicaban de lleno a enseñar y predicar acerca de Jesús y de la buena noticia de la salvación, porque la mayoría de la gente, especialmente los que vivían lejos de Jerusalén, nunca habían oído hablar de Jesús. En su mayoría, los que no eran judíos no habían oído nunca decir que Dios deseaba redimir a la humanidad y ni siquiera sabían por qué era necesaria una “redención.”
Como el Evangelio era tan nuevo, los primeros creyentes tenían que hablar claramente y en forma precisa cuando compartían el mensaje: tenían que hablar en forma convincente acerca del pecado y la salvación; tenían que explicar quién era Jesús, por qué su muerte era importante para sus oyentes y cómo les podría cambiar la vida para mejor. En algunos casos, hasta tenían que presentar todo el concepto de la resurrección de los muertos.
Ya era bastante difícil compartir el Evangelio con los judíos, que buscaban a un Mesías diferente del que proclamaban los apóstoles. ¡Cómo sería dirigirse a los gentiles, los no judíos, cuyas creencias no tenían relación alguna con las Escrituras hebreas! Pero, por la gracia de Dios, el mensaje fue recibido. En una ciudad tras otra, judíos y gentiles por igual empezaron a aceptar el Evangelio de Jesucristo.
Luego surgieron los conceptos erróneos internos que tuvieron que afrontar los primeros cristianos. Por ejemplo, algunos cristianos de origen judío pensaban que los nuevos conversos gentiles tenían que aceptar diversos aspectos de la tradición judía para poder completar su salvación (Hechos 15,1-2). Y en la comunidad de Corinto, algunos conversos influyentes —a quienes San Pablo sarcásticamente llamaba “superapóstoles”— parecían estar dedicados a sembrar enseñanzas falsas y división en la iglesia (1 Corintios 1,11-17). Y no olvidemos que dos grandes apóstoles, Pablo y Bernabé, estuvieron enemistados durante casi catorce años (Hechos 15,36-41).
¿Religión o relación? La situación de hoy no es diferente de lo que era en la Iglesia primitiva, ya que todavía lidiamos con ideas erróneas sobre el mensaje del Evangelio; todavía afrontamos confusiones sobre lo que significa ser seguidor de Cristo y vemos muchos conceptos diferentes sobre quién es Jesús y lo que Él vino a hacer. A veces, estos errores contienen ciertas partes del mensaje, pero no el corazón del Evangelio.
Un ejemplo es que algunos ven el cristianismo —y hasta nuestra fe católica— solo como un sistema religioso, es decir, lo reducen a un modo de vivir o un conjunto de mandamientos y reglas. En el mundo católico podríamos decir: “Si voy a Misa el domingo, trato de hacer el bien y doy dinero a los pobres, estoy haciendo lo correcto.”
Hasta cierto punto, eso está bien. Pero, como Pablo se lo dijo a los corintios, la vida cristiana se trata de una relación personal con Jesucristo, no una serie de mandatos y prohibiciones. Como lo presentó Pablo, el corazón del Evangelio es un mensaje de reconciliación (2 Corintios 5,19), y la reconciliación en sí misma tiene que ver con las relaciones interpersonales, o entre nosotros y Dios. No se trata de un sistema o un método. El propio Jesús lo dijo: se trata de ser amigos con Él y dar fruto para Él durante toda nuestra vida (Juan 15,14-17).
Es cierto que la Iglesia nos anima a llevar un estilo de vida religioso, con prácticas tales como ir a Misa, rezar nuestras oraciones y observar el ayuno cuaresmal, pero la Iglesia en sí misma no es un sistema religioso: Es la congregación de un pueblo que busca tener y profundizar una relación de amor con Dios y el uno con el otro.
Entonces, cabe preguntarse: “¿Me ayudan estas prácticas a amar a Jesús más cada día? O ¿he dejado que no sean más que una rutina, cosas que hago solo porque se supone que las haga?” Durante la Cuaresma queremos invitarte a que decidas hacer que tus observancias se conviertan en oportunidades: busca a Jesús en la Misa, pídele que satisfaga tu hambre espiritual cuando haces ayuno, y en la oración, espera que el Señor te hable al corazón y te llene de su presencia.
¿Un lugar para modelos de virtud? Un concepto igualmente erróneo es la idea de que el cristianismo es principalmente un sistema de moral, lo que reduce el mensaje del Evangelio a una doctrina centrada en virtudes, como las de honestidad, justicia, bondad e integridad.
Claro que hay una larga tradición de moral cristiana arraigada en los Diez Mandamientos y en el Sermón de la Montaña, y todos estamos llamados a llevar una vida de virtud y hacer todo lo posible por fomentar el bien común, lo que incluye adoptar posturas en contra de cosas como el aborto, la injusticia económica y la inmoralidad sexual, y es cierto que debemos ayudar a los pobres, reconfortar a los ancianos y proteger a los débiles. Todas estas son partes necesarias de nuestra vocación de cristianos, pero la esencia de nuestra vocación está basada en la necesidad de un salvador, y su nombre es Jesús.
San Pablo puso esto en una perfecta perspectiva cuando escribió: “Por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios.” Y añadió: “Es Dios quien nos ha hecho; él nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano” (Efesios 2,8-10). Se supone que las convicciones morales que tengamos y las buenas obras que hagamos sean una respuesta al amor de Dios; pero nuestra fe está basada en el deseo de Dios de que nos reconciliemos con Él, y nuestra reconciliación llegó por medio de Jesucristo y su muerte en la cruz, no por medio de nosotros mismos ni de nuestro arduo trabajo.
¿Un Evangelio de hechura propia? Otro malentendido común respecto del Evangelio es la idea de que cada uno puede decidir lo que es o no es el mensaje de cristianismo, error que es parecido a lo que proponen algunos, de que no hay absolutos y que todo es relativo o subjetivo. Los relativistas afirman que un entendimiento es tan bueno como otro, es decir, que hay varios conjuntos de creencias diferentes que son válidos y que ninguna verdad es absoluta. El subjetivismo es similar, pero reduce la pregunta de lo que es la verdad a lo que cada persona piensa y percibe, o sea algo como: Yo tengo mis verdades y tú tienes tus verdades, y eso está bien mientras no nos hagamos daño el uno al otro.
Muy por el contrario, los católicos debemos creer todo que expresa el Credo de Nicea y las enseñanzas de la Iglesia, y aceptar las verdades que se proclaman en la Sagrada Escritura. Estas verdades no son ideas subjetivas ni dependen de nuestra propia interpretación; no son sugerencias ni ideas aisladas. Son verdades que constituyen los fundamentos de nuestra fe.
El verdadero peligro del relativismo y el subjetivismo es que estas filosofías nos aseguran que uno puede incluir a Dios en sus planes como una parte más y adaptarlo a sus expectativas. En efecto, estas filosofías hacen que la forma en que se experimenta a Dios sea más importante que Dios mismo.
Un fundamento seguro. Hay otras ideas erróneas acerca del mensaje del Evangelio, pero las tres que mencionamos son probablemente las más frecuentes, y mientras podamos identificarlas con mayor claridad, estaremos en mejores condiciones para hacerles frente. Es cierto que vivimos en un mundo lleno de ideas falsas y medias verdades sobre nuestra fe, pero no tenemos que aceptar esas ideas como si fueran la verdad. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo, si hacemos todo lo posible por entender claramente lo que es el Evangelio y mantener nuestra confianza en el Señor.
Queridos hermanos, Jesús desea guiarnos durante toda nuestra vida, y por eso entregó su vida por nosotros en la cruz. Allí nos quitó nuestros pecados, para que volviéramos a tener comunión consigo. Cristo quiere ser nuestro Señor y amigo más íntimo, el que dirige nuestros pasos con amor y quién nos lleva a la santidad. Así pues, en esta Cuaresma, hagamos que Jesucristo, el Hijo de Dios que murió y resucitó, sea el fundamento de nuestra fe.

La desobediencia a Dios trae sus consecuencias


Tapar los oídos al llamado
de Dios, puede causar sordera
espiritual permanente.
“Has estado buscando un empleo por mucho tiempo y el día de tu primera y única cita para emplearte  sales  a toda prisa, tienes el tiempo contado, en el camino te encuentras con un congestionamiento descomunal, se te pincha la llanta del vehículo, no llevas repuesto, olvidaste el celular para poder llamar y avisar que vas tarde, abandonas el vehículo, sigues a pie, cae una fuerte lluvia, no llevaste paraguas,  te mojas por completo, llegas tardísimo, encuentras el lugar de la entrevista cerrado, regresas decepcionado, llegas a casa, encuentras la puertas abiertas, te han robado todo, suena el teléfono de la casa, es tu pareja, rompe contigo, te sientas en las gradas, rompes en llanto, te dan ganas de quitarte la vida”.


Quizá parezca un poco exagerado la exposición anterior, pero con ese ejemplo he querido ilustrar una serie de algunos difíciles sucesos que pueden llegar a ocurrir en el transcurso de la vida de una persona. Todos los acontecimientos que suceden en la vida son consecuencias o resultados que tienen una causa, un origen. Sabemos que Dios ha establecido sus preceptos, mandamientos o reglas para una buena convivencia con los demás, y si cada persona las pusiera en práctica, nuestro mundo sería muy diferente al actual. En la Biblia podemos encontrar muchos ejemplos de consecuencias sucedidas por quebrantamiento de esas reglas. Podemos comenzar citando el caso de Adán y Eva. Ellos lo tenían todo, sus vidas y su futuro estaban garantizados y simplemente tenían que seguir una sola regla “Y Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Y Dios le dio al hombre un mandamiento; le dijo: "Puedes comer todo lo que quieras de los árboles del jardín, pero no comerás del árbol de la Ciencia del bien y del mal. El día que comas de él, ten la seguridad de que morirás” La desobediencia molestó a Dios y ordenó su la destitución del hombre del jardín de Edén y el sufrimiento consecuente adquirido: un trabajo con muchos sacrificios, un hijo muerto y el otro asesino. 

Para encontrar la respuesta a las situaciones difíciles que estamos experimentando, es necesario buscar en nuestro interior y mirar nuestra vida espiritual. Quizá esas situaciones negativas que nos pasan sean un llamado de atención para buscar una mejor relación con Dios.

En lo personal siempre he creído que Dios tiene el control de todo y muchas veces permite que pasen situaciones en nuestro entorno para llamar nuestra atención hacia él. Recuerdo otro caso bíblico que ejemplifica muy bien esta situación: La historia de Jonás 

“La palabra de Dios fue dirigida a Jonás, hijo de Amittay, en estos términos: Levántate, vete a Nínive, la ciudad grande, y predica contra ellos, porque su maldad ha subido hasta mí. Se levantó Jonás, pero fue para huir a Tarsis, lejos de la presencia de Dios. Descendió a Jafa, donde encontró un barco que salía para Tarsis, pagó su pasaje y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos del rostro de Dios. Pero Dios envió un fuerte viento sobre el mar, causando una tempestad tan grande que el barco amenazaba hundirse. Los marineros tuvieron miedo y cada uno invocaba a su Dios. Después echaron la carga del barco al mar para sacarle peso. Jonás, mientras tanto, había bajado al fondo del barco para tomar descanso, y dormía profundamente. El capitán se acercó a él y le dijo: "¿Cómo estás durmiendo? Levántate, invoca a tu Dios, quizá se acuerde de nosotros y no pereceremos. Después se dijeron unos a otros: "Echemos suertes para saber quién nos trajo ese mal. Echaron suertes y la suerte cayó en Jonás. Entonces le dijeron: "Tiene que haber un causante de nuestra desgracia; enséñanos, pues, cuál es tu oficio y de dónde vienes. ¿Cuál es tu país y de qué pueblo eres?" Entonces empezó a decirles: "Soy hebreo y temo a Dios, Dios del Cielo, que hizo el mar y los continentes.... Aquellos hombres tuvieron gran miedo y le dijeron: "¿Qué es lo que has hecho?" Pues ahora esos hombres sabían que huía de la presencia de Dios. Le dijeron: "¿Qué haremos contigo para que se calme el mar?" Pues el mar se embravecía. Jonás les contestó: "Llévenme y arrójenme al mar, y éste se calmará, porque sé que por culpa mía les ha sobrevenido esta tempestad. Pues, por más que los marineros se esforzaban remando por alcanzar tierra, no podían, y el mar cada vez se ponía más agitado. Entonces invocaron a Dios y le dijeron: "Oh Dios, no nos hagas perecer a todos por causa de este hombre, ni nos consideres culpables de su muerte, ya que tú, Dios, has obrado todo según deseabas. Luego, llevando a Jonás, lo tiraron al mar, y el mar calmó su furia. Aquellos hombres temieron a Dios y con gran respeto le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos”. (Jn 1. 1-16)

La desobediencia a Dios definitivamente trae sobre nosotros situaciones difíciles y peor aún, cuando no queremos saber nada de él. 

Cuando estamos en problemas no queremos reconocer que estos son causa de nuestra misma terquedad y desobediencia. Nos llegamos a volver tan insensibles y nos importa poco si nuestra situación daña la vida de los demás. Jonás se puso a dormir en los momentos difíciles y no le importó que los demás estuvieran padeciendo por causa de él. Al final, nuestra desobediencia no pasará inadvertida. Seremos objeto de recriminación a tal grado que las personas nos alejarán de sus vidas al saber que somos la causa de sus desgracias. 

Jonás al ser descubierto por los marineros, les pidió que lo arrojaran al mar para que este se calmara. Cuando nuestra situación ha sido descubierta y sale a la luz, muchas veces, nuestra actitud es derrotista y solo pensamos que la solución a nuestros problemas son las decisiones radicales fuera de la sabiduría de Dios. Es por ello que existen muchas decisiones de suicidios, divorcios, drogas, migración a otros países, etc. Cuando conozcamos a alguien con problemas, oremos a Dios por él y pongámoslo en las manos del Señor para que tenga sabiduría y lo libre se sus angustias.

Dios permitirá que pasemos situaciones no tan agradables para reconocer que sin él nada podemos hacer y que él es nuestra salvación. Jonás se ahogó en su situación y casi llegó a abrazar la muerte. Dios no permitió que muriera. Le mandó a un pez gigante que lo tragara, estuvo por tres días y tres noches dentro de este. Luego Jonás reflexionaría y sacaría sus conclusiones del porque padeció tanto. Solo hasta entonces Dios ordenó al pez que lo arrojara en tierra firme. La tierra representa la estabilidad, la libertad, la bendición y la respuesta de Dios a nuestras vidas. Cuando Dios nos rescata de la angustia, es necesario que reflexionemos para meditar acerca de la situación y entonces estar decididos a buscar el rostro del Señor. Solo hasta que pasemos por la escuela de Dios entonces podremos liberarnos de las consecuencias de la desobediencia.

Oración de Jonás

“En mi angustia llamé a Dios y él me respondió, grité desde el lugar de los muertos y tú oíste mi voz. Me habías arrojado en el corazón del mar, y la corriente me cercaba, tus olas y tus remolinos pasaban sobre mí. Y dije: He sido arrojado de tu presencia, nunca más veré tu santo templo. Me subían las aguas hasta el cuello, el abismo me rodeaba, las algas se enredaban en mi cabeza. A las raíces de los montes descendí, al país cuyos cerrojos se cierran para siempre, pero me hiciste subir de la fosa, ¡oh Dios, mi Dios! Cuando en mí se me desfallecía el alma, me acordé de Dios, y mi oración llegó a ti, a tu santo templo. Los que sirven los ídolos vanos sacrifican sus esperanzas; pero yo en acción de gracias te ofreceré un sacrificio y cumpliré mis votos: de Dios viene la salvación”.

Jn 2: 3 - 10

Autor: Mario Gutierrez

Los problemas de los hijos de parejas gay


Polémicas en torno a una investigación de la Universidad de Texas; según el estudio serían menos saludables y más propensos al suicidio y a la traición
Autor: Marco Tosatti | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it
En junio del año pasado, la revista científica estadounidense "Social Science Research", la "peer rewieved" más prestigiosa del sector, publicó dos estudios muy interesantes sobre los problemas de los niños que crecen dentro de una relación homosexual. Estos estudios modificaron el panorama del conocimiento al respecto. Las primeras investigaciones sobre este argumento (y tal vez estas sirvieron como base para las decisiones de la Corte Constitucional) afirmaban que no hay diferencia en el desarrollo afectivo y psicológico de los niños de parejas homosexuales y heterosexuales.

Hasta junio del año pasado, como explicaba Francesco Paravati (presidente de la Sociedad Italiana de Pediatría), los problemas relacionados con las «nuevas familias» eran fenómenos muy recientes, por lo que las investigaciones tenían un carácter preliminar y a menudo se realizaban con pequeños grupos y a breve plazo.

Uno de estos dos nuevos estudios es el del sociólogo de la Universidad de Texas, Mark Regnerus. Su estudio está dotado de un método inédito cuantitativa y cualitativamente. Se basó en una muestra mucho más grande y a nivel nacional; pero, sobre todo, dejó que fueran los «hijos» de padres homosexuales los que tomaran la palabra.

Entre los datos presentados, y que han creado polémicas, surgió que el 12% piensa en el suicidio (en contra del 5% de los hijos de parejas heterosexuales), son más propensos a la traición (40% contra 13%), a menudo son desempleados (28% contra 8%), recurren con mayor facilidad a la psicoterapia (19% frente a 8%) y requieren mayor asistencia social con respecto a sus contemporáneos. El 40 % de los casos indicó que ha contraído una enfermedad de transmisión sexual (en contra del 8%); son normalmente más pobres, menos saludables y más propensos al tabaquismo y a la criminalidad.

Además, el autor afirma que los estudios que se han publicado hasta ahora (y que sostienen la teoría de que no hay «ninguna diferencia» entre los niños que crecen en familias heterosexuales y "gay", «se basan en datos no casuales y poco representativos, usan muestras de dimensiones pequeñas que no permiten la generalización hacia la población más amplia de familias de homosexuales y lesbianas».

El movimiento LBGT de los Estados Unidos puso en marcha una fuerte campaña para deslegitimizar a Regnerus, que a menudo se ha mostrado a un paso del insulto y del linchamiento moral (con una violencia extraordinaria). Incluso reunieron firmas para pedir que la Universidad de Texas despidiera al investigador. Por ello comenzó una investigación interna para verificar la cientificidad del estudio. Sin embargo, el 29 de agosto del año pasado en el sitio web de la misma universidad apareció este comunicado: «La Universidad de Texas estableció que ninguna investigación formal puede ser justificada con respecto a las acusaciones de mala conducta científica presentadas en contra del profesor Mark Regnerus, con respecto a su artículo publicado en la revista "Social Science Research"». Según la Universidad, «no hay pruebas suficientes para justificar una investigación». Como sea, la investigación interna reconoció la legitimidad del trabajo del investigador y su fidelidad al protocolo previsto por la metodología para la investigación.

La Universidad de Texas se encuentra en el lugar 67 entre las mejores universidades del mundo, según el "US News and World Report. La investigación de Regnerus, además, fue aprobada por el "New York Times", que no es un dechado de simpatía para con las posturas tradicionales. El periódico escribió que «los expertos externos, en general, dijeron que la investigación fue rigurosa y que ofrece algunos de los mayores datos al respecto». La comisión "externa" estaba formada por un grupo de 18 científicos y profesores universitarios. Además, diferentes psicólogos y psiquiatras reconocieron la confiabilidad de los incómodos resultados.

PARA SER HUMILDES, HAY QUE SALTAR MUY ALTO


Cada vez que abrimos nuestros ojos a un nuevo día, tenemos un sinfín de oportunidades que debemos aprovechar para hacer la diferencia. El nuevo despertar nos trae espacios para ejercitarnos y ser cada ve mejores personas. La vida misma nos pone retos, pero también nos da las oportunidades de ser grandes y al mismo tiempo ser humildes.

En relación a lo anterior recordé una noticia que recientemente  se publicó y que le dio la vuelta al mundo, la cual comparto a continuación

El 14 de Octubre de 2012 Felix Baumgartner consiguió tres récords: realizar el salto más alto (a unos 38,900 metros); llegar más lejos con un globo (unos 39,005 metros) y ser el más rápido en caída libre. Baumgartner se convirtió en el primer hombre que supera la velocidad del sonido sin ayuda mecánica. Felix Baumgartner aterrizó sano y salvo en la tierra después de lanzarse desde una cápsula a 39 kilómetros de altura, a una velocidad máxima de 1,342.8 kilómetros por hora. «Cuando estaba allí parado en la cima del mundo, te conviertes en tan humilde, no piensas en romper ya los récords, no piensas en obtener datos científicos. Lo único que deseas es regresar con vida», aseguró tras el impresionante salto, según reportó la emisora CBS. «Algunas veces debemos ir realmente alto para ver cuán pequeños somos», agregó.

Felix Baumgartner, quien tenía la ambición de obtener cuatro records y que solo pudo conseguir tres, estuvo preparándose por mucho tiempo para realizar tan asombrosa Azaña, pero en el preciso instante de iniciarla se dio cuenta que habían cosas más importantes. El dijo “Lo único que deseas, es regresar con vida”. 

El hombre en el afán de alcanzar sus metas, muchas veces puede fácilmente perder de vista las cosas más importantes en su vida: su pareja, sus hijos, su salud, los amigos, los que te necesitan, Dios, etc.

Al iniciar el nuevo año, pongámonos encima de esas cosas que nos distraen, alcemos la vista lo más alto que podamos, y divisemos esas cosas que se nos escapan y que son tan importantes como la vida misma, para darles toda nuestra atención.


Ver el video: 


Autor: Mario Gutiérrez

CELEBRANDO LA NAVIDAD EN FAMILIA


Les presento una liturgia, preparada por Eduardo Cáceres Contreras, del Instituto de Catequesis de Santiago, para ser vivida en familia. El ideal es que se realice el 24 de diciembre previo a la cena.

Ambientación
- El comedor de la casa y ojalá también el living y la cocina debemos adornarlo de fiesta con motivos navideños.

- En distintos lugares de la casa podemos colocar carteles con frases alusivas al momento, por ej.: ¡Gracias, Señor, por venir a nuestra casa!, ¡Con Jesucristo renace nuestra esperanza! ¡Feliz Navidad en familia!

- En un lugar adecuado y visible ponemos el árbol de Navidad y dejamos un espacio para colocar un pequeño pesebre que iremos formando en el transcurso de la celebración.

- Música ambiental, si es posible. Sobre una mesa unas velas que se encenderán una vez proclamado el Evangelio, quedarán encendidas durante la comida para que la luz, que es Jesús, brille en la oscuridad.

- La Biblia debemos tenerla abierta en un lugar destacado y visible de la casa.

- Es importante de que todos los integrantes de la familia estén reunidos por lo menos 15 minutos antes de dar inicio a la celebración. (Es bueno que alguien se encargue de fijar la hora y avisar a los demás para que no se atrasen).

- No hay que olvidarse de apagar la T.V. 

*Acogida

- Los dueños de casa deben ir creando un ambiente alegre y acogedor.

- Saludan con cariño a los familiares que han venido a esta celebración y los invitan a todos a reunirse en torno al lugar donde se irá formando el pesebre.

Padre o cabeza de familia: Estoy contento porque nuestra familia se ha reunido. Me parece muy importante que juntos podamos darle a la Navidad el sentido que verdaderamente tiene. Y no quedarnos sólo con la costumbre de comer y recibir regalos. Los invito como familia cristiana a recibir en nuestro hogar a ese Dios que viene. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén

Un niño: (Pregunta en voz alta) ¿Qué es Navidad? ¿Por qué estamos reunidos hoy?

El padre o cabeza de la familia: Responde brevemente (a modo de sugerencia)

En la Navidad Dios se presenta como uno de nosotros, en nuestra tierra. En el pequeño pueblo de Belén se cumple la gran promesa de Dios: de la Virgen María, nace Jesucristo, rodeado por la naturaleza, los pastores y el campo. No nace en una mansión sino en la pobreza de un humilde pesebre. Nos reunimos hoy como familia, porque Jesucristo nace también para nosotros, para que lo reconozcamos y lo acojamos. Dios nos hace un gran regalo y, juntos, lo vamos a celebrar.

Si Jesucristo nace en Belén, pero no nace para nosotros, no vale la pena estar aquí reunidos.

(Silencio)

Un niño: Lleva un poco de paja hasta el lugar donde se armará el pesebre, debajo del árbol de Navidad.

La madre comenta: Jesús ha querido nacer pobre en un establo. Hoy son muchos los que nacen y viven pobre-mente, los que pasan hambre y no tienen pan en sus hogares. Pensemos en ellos. Jesús ama a los pobres. Algún día dirá: Bienaventurados los pobres..."

(Música)

Alguien coloca la figura de San José.

La madre comenta: Jesús es el Hijo de Dios. San José lo libró de los enemigos, cuidó de El y le enseñó a trabajar. Jesús obedecía. San José carpintero cuida de nosotros y ruega por los que no tienen trabajo.

(Silencio, Música)

Otra persona coloca la figura de la Virgen.

La madre comenta: La Virgen María es Madre de Jesús. Mujer sencilla como tantas de nuestro pueblo, muchas veces ignorada y humillada. En María no hay más pretensión que hacer la voluntad de Dios. Allí están José y María. Ellos esperan gozosamente la llegada de Jesús... Nosotros también queremos recibir con alegría a este niño en nuestro hogar.

A continuación uno de los hijos, colocando la figura del Niño en el pesebre proclama:

¡Hoy, Jesús ha nacido, ha venido a traer la Buena Noticia a los pobres, a anunciar a los cautivos su libertad, a darles vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos! ¡Hoy el Señor ha venido también a nuestra familia!

(En este momento podemos cantar: "Alabaré" o "Gloria Gloria, Aleluya").

(Después del canto)

La madre comenta: María ha captado en su corazón la resonancia del misterio de Dios, ella una mujer simple ha sido elegida para ser la Madre de Dios... ¡Miren! está arrodillada y adora a su Hijo Jesús que ha venido a salvar al mundo. Arrodillémonos también nosotros y adorémoslo como la Virgen.

Podemos orar unos momentos en silencio...

(Música)

Algunos se acercan y colocan figuras de pastores y reyes magos

La madre comenta: Muy pronto llegaron los pastores y los reyes magos. Reconocer al Hijo de Dios manifestado en un Niño indefenso y débil. Acuden con lo que tienen y son, para dar y no para recibir. Se arrodillan y antes de irse, le dejan sus regalos. Ofrezcamos a Jesús nuestros regalos y nuestras buenas intenciones.

Proclamación de la lectura del Evangelio (Lucas 2,1-20).

El Padre o cabeza de familia lee el texto:

Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio. Este fue el primer censo, siendo Quirino gobernador de Siria.

Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David; allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada.

Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.

En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados.

Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»

De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: «Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.»

Después de que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.» [Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. [17] Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían.

María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior.

Después los pastores regresaron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles se lo habían anunciado.

Luego, dice:

¡Hoy y siempre el Señor está con nosotros!

¡Cantémosle nuestro gozo!

(Todos cantan jubilosos un villancico, puede ser "A las doce de la Noche" o “Noche de Paz").

- En estos momentos se pueden depositar en un canasto las tarjetas y los regalos que se entregarán después de la comida.

- Cada integrante de la familia, en forma corta y sencilla, puede decir algunas palabras expresando sus deseos para el resto de la familia y para otros a quienes también Jesús viene. 

*Sugerencias

- Deseo que mis padres se quieran mucho y nos entreguen cariño y amor, para que así la luz de Jesucristo no se apague nunca en esta familia.

- Deseo que juntos recordemos a nuestros queridos familiares y amigos que ya no están con nosotros. Que nuestro regalo sea tenerlos presentes en esta Nochebuena.

- Deseo que Jesucristo transforme tantos corazones llenos de odio y que traiga la paz, la justicia y la verdad a nuestra patria.

- Deseo que en las familias que ha ocurrido alguna desgracia donde hay enfermos, cesantes, perseguidos,... esté la luz de la esperanza que es Cristo.

*Comida

- Antes de pasar a la mesa, se encienden las velas, (podrían ser encendidas por varios de los que se reúnen en torno a la mesa). Esta luz nos dará un clima de intimidad y de fiesta, signos de la Navidad.


Antes de comer se dan todos un abrazo de paz y felicitación. Luego estando en la mesa, uno de los niños puede decir la siguiente bendición:

Niño de Belén, bendice a los que vamos a disfrutar de esta sencilla comida, preparada con tanto cariño.

Bendice también a los que nada tienen y quédate para siempre con nosotros.

Todos: Amén